05 abril 2014

Capitulo 78 Thanks for making me a fighter

Un lugar solitario. Un día gris. Personas, unas cuantas, lloran. Un cura pensando qué decir. Flores. Y un ataúd.
Las personas se acercan lentamente, se abrazan, se consuelan. El cura abre un libro, lee unas palabras que nadie comprende, ni siquiera él, tan lejanas en el tiempo que ya no sirven. Cierra el libro, mira los rostros, mira el ataúd.
-Dios, esto es muy penoso.
Da una señal, todos entienden que no sabe qué decir y no lo juzgan, porque nadie sabe qué decir.
Dos hombres vestidos de azul bajan lentamente el ataúd. Abby, Juliet, George y Cris, lanzan unas flores, amarillas, “como a ella le gustaban”.
Elizabeth se abraza a Harry, otra vez entierra a alguien querido, el más querido. Paul se traga las lágrimas, abraza a su hermana y a su cuñado. Mimi permanece inmóvil, sin pestañear. John mira todo desde lejos, impotente ante esa escena, que parece repetirse una y otra vez en su vida.
De pronto, alguien arroja un puñado de tierra. Otro más se suma, y otro, y otro, y así van cayendo más tierra y más flores amarillas.
-No lo hagan por favor, ¡no lo hagan! ¡NO LO HAGAN!











La boca y la garganta dolieron de tan resecas, pero la sensación desapareció con el dulce alivio de la bocanada de aire inflando los pulmones, refrescando el cuerpo.
Una luz blanca, cegadora, hirió mis ojos, pero soporté, a pesar de no ver más que eso, luz.
Moví la cabeza, la nuca dolía de forma espantosa, pero la vista parecía dejar de hacerlo, aunque no distinguía nada. No tenía idea de dónde estaba ni qué me había sucedido, aunque recordaba algo: un ahogo terrible, Mimi gritando, y la sensación e incluso resignación de saber que moría. Sí, daba por sentado que estaba muerta, aunque sentía dolor, mucho, tanto que no sabía de dónde provenía, pero sentía que me aplastaba. Supuestamente, los muertos no sentían nada, ¿por qué yo sí? Esa pregunta dejó de tener sentido cuando los recordé a todos: había dejado a mucha gente, y ahora estarían sufriendo, así como los había visto. Me sentí profundamente triste.
Cerré los ojos, esperando que pasara lo que tuviera que pasar, completamente entregada, preguntándome si toda la gente que moría se sentía tan triste como yo.
Unos ruidos indescifrables me sobresaltaron, y abrí los ojos. Distinguí la figura de alguien, después de unos segundos vi que era una mujer inclinada sobre mí. Apareció otra figura de otra mujer, y luego oí claramente la voz de un hombre.
-Avisen que preparen todo para las pruebas.
-Doctor, no nos está escuchando.
Quise hablar pero no pude, intenté mover los labios, o aunque sea un dedo, pero fue en vano. Opté por mover los ojos, aunque no viera con nitidez, pero quería decirles que sí, que los oía.
-Samantha, nos debe escuchar, recuerde que lo último que muere es el oído. ¡Ahí! ¿Ve? ¡Mueve sus ojos!
Los moví más, pestañé. En la niebla que cubría mis ojos, distinguí que el hombre sonreía.
-Hola Mercy. Bienvenida a la vida.









Estar seguro de estar muerto y después no estarlo genera contradicciones. Si bien no tenía ganas de morirme, la esperanza de volver a encontrar a aquellos que había perdido casi me había hecho cambiar de idea. Ahora resultaba que no estaba muerta, pero podía estar en una situación peor. Recordé lo que el médico de mi padre me había dicho: muerte o estado vegetativo. Bien Mercy, por lo menos no había perdido  la memoria, pero lo más probable era que hasta que me muriera en serio estaría postrada, sólo moviendo los ojos, sin ver.
-Mercy, ¿me escuchás? Tratá de mover la boca, decinos algo.
Intenté obedecer al hombre, pero me fue imposible.
-Doctor, debe estar dolorida.
-Es verdad, inyecta morfina.
Ay no. la morfina, el remedio de los moribundos. O me moría del todo, o me convertiría en adicta a eso, y me terminaría muriendo. Llegué a la conclusión de que me moriría de cualquier modo. ¿Por qué mi vida era tan complicada?
-Intentalo otra vez, por favor.
Para mi sorpresa, el dolor había desaparecido. Sentí que la mujer me quitaba el respirador artificial y acercaba su oído a mi boca. Con esfuerzo, moví la lengua y abrí la boca, y me sentí agotada de sólo hacer eso.
-Agua…
-¡Bien! Samantha mojale los labios. Tranquila Mercy, estás muy bien, mirá, podés hablar.
Al fin sentí humedad en los labios, distinguí la sonrisa del dichoso doctor  al ver que lograba chupar algo de agua del algodón empapado que la mujer apoyaba en mis labios.
-No veo…
-¿Cómo? –preguntó la tal Samantha.
-No…no veo…
-Creo que dice que no ve.
-¿No ves nada de nada?
Asentí lentamente, aún prendida al algodón mojado.
-Veo…
-Debe ver mal –concluyó el médico- Tranquila, en unas horas tus ojitos estarán bien. Fueron muchos días cerrados.
¿Muchos días? ¿De qué hablaba? No entendía nada.
Entró otro hombre, al que noté mucho más alto que el médico, además de ir vestido de verde. Me asusté, ¿sería un militar? ¿Estaría en un campo de concentración nazi, fascista, franquista, o lo que carajo fuera? Recordé que la guerra hacía rato que había terminado, pero una nunca sabía.
-El señor te hará masajes para ver cómo están tus músculos. –aclaró el médico-¿Sentís que está tocando tus pies?
Negué con la cabeza.
-¿Y que te da golpecitos en las rodillas?
Otra vez negué.
-Ahora te tocaré las manos, apretá mis dedos.
No sentí nada, y tampoco sentí fuerzas para apretar. Oí un suspiro.
-Hay que hacer ya mismo los estudios. Duérmanla.










Cuando abrí los ojos, la vista seguía borrosa, pero al rato se aclaró. Me alegré, pude ver paredes blancas; una mesita también blanca frente a mí, con un florero y una florcita plástica roja; una ventana a la izquierda, por la que entraba la luz del sol. La luz cegadora no estaba encendida. También me alegré porque ya sabía dónde estaba, en el hospital, tenía vistas esas habitaciones. Moví la cabeza, a mi alrededor había cables, tubos, aparatos ruidosos. ¿Cómo había dormido con tanto barullo?
-Buenos días, Mercy –oí la voz de Samantha y al fin la pude ver. Una mujer joven, rubia, con su birrete de enfermera. Bellísima, parecía Marilyn-Te hicimos algunos estudios y exámenes. Estás muy bien, pero llevará su tiempo.
Asentí, tratando de creer en sus palabras. ¿Cuánto habría de verdad  y cuánto de mentira en ellas?
-En un rato podrá verte tu mamá, ahora vendrá el doctor.
Efectivamente, rato después, apareció el doctor. No dijo mucho ,sólo me revisó los ojos y los oídos.
-Retírese Samantha, así puede verla la familia.
La enfermera obedeció, el médico se sentó en la silla que ella ocupaba.
-Ay Mercy Wells…Serás un caso complicado, ¿sabés? Pero no imposible. Necesitaré de tu esfuerzo y tu tozudez, que ya me dijeron que tenés. Sos dueña de una librería, ¿verdad?
Asentí, a la vez que inspiraba hondo, sintiendo una punzada en el pecho.
-¿Y amigos?
Otra vez asentí.
-¿Estás enamorada?
En ese momento recordé la cita con Richard, arruinada porque yo estaba ahí, atada a una cama. Me sentí peor, pero sin querer sonreí al recordarlo.
-¡Ey, bien! ¡Podés sonreír! Buen signo. Y además, una muestra clara de que está enamorada. Vamos a usar todo eso para que luches y pongas lo mejor de vos, pronto saldrás de acá.
Moví la boca, y él se inclinó, quitándome el respirador.
-¿Qué me pasó?
-¿Qué? 
Me di cuenta de lo inaudible que salía mi voz, y del esfuerzo que me costaba que aunque sea saliera eso.
-¿Qué me pasó?
-Ah…Verás, tuviste un infarto grande, jodido. El cerebro también se vio afectado por la falta de oxígeno. Tuvimos que operarte.
Sentí que me ahogaba, me colocó el respirador nuevamente.
-Tuviste algo parecido a lo de tu padre. Sí, leí su historia clínica, la de él, y la de todos los Wells que encontré. Los Wells…Parecen estar condenados a sufrir esto. Salvo que vos tuviste muchísima más suerte. Estuviste cinco días sin despertarte, ni yo sabía qué te iba a pasar. Es una gran alegría que estés acá, y con posibilidades de mejorar.
“Posibilidades de mejorar”. Con todo eso que me había dicho, las posibilidades seguramente eran vivir en una silla de ruedas, que me dieran de comer en la boca, y dar lástima por vaya a saberse cuántos años, hasta que el destino de los Wells me visitara nueva y definitivamente.
-¡Bien! ¡Podés llorar! –lo odié, estaba llorando y él festejando un puto “progreso”.








Sí, me quería morir. Me negaba rotundamente a vivir de esa forma. La idea me la confirmé al ver a mi madre llorando a mi lado, supuestamente de alegría, y yo sin siquiera poder tomarle la mano, o decirle algo entendible. Dijo que muchos estaban allí, que querían verme, pero que no los dejaban pasar. Sobre la mesita con el florero dejó unos papelitos, dijo que eran cartitas de todos, que el médico las leería conmigo, para examinarme. Le oculté las lágrimas hasta que se fue.
-Haremos una prueba –dijo el doctor entrando. Otra vez lo odié por verme llorar-Te mostraré una carta, la mirarás, y me dirás si podés leerla. Lo hacés, y luego yo te hago preguntas sobre ella, para ver si la entendiste. ¿De acuerdo?
Desdobló uno de los papeles y lo sostuvo frente a mis ojos. De inmediato reconocí la letra de Jonathan.
-¿La ves?
Asentí.
-Tratá de leerla.
“Que…querida…Merc…” Mierda, apenas entiendo mi nombre. Me angustié. Seguí leyendo, o tratando de unir todas esas letras. El médico sostenía el papel, aparentaba tener una paciencia infinita. Continué leyendo, aunque con desesperación notaba que a algunas letras las reconocía, y las palabras también, pero no comprendía su significado. Miré al médico.
-No podés, ¿no? –se acercó y me quitó el respirador.
-Sólo un poco…
Me colocó el respirador otra vez, sonriendo. Me di cuanta que era joven, y muy guapo. Bien, me estaba muriendo y pensaba que el médico estaba bueno, merecía una patada.
-Tranquila, con el correr de los días eso también mejorará.








Durante los quince días que permanecí en terapia intensiva, lo único que mejoró fue el oído, con el que reconocía todo lo que no podía ver por estar rodeada de cosas. En lo demás, los movimientos eran nulos, y la voz ronca, acatarrada. Eso impedía que me comunicara con todos los que venían  a verme, lo que les decía, no lo escuchaban o no lo entendían, así que me limitaba a asentir, negar, y ver cómo disimulaban las lágrimas.
El médico se llamaba Cyril Sheen, él y Samantha eran los que me hablaban y me revisaban continuamente. De observarlos, aprendí a reconocer sus expresiones, y siempre eran desalentadoras, porque simulaban que todo estaba bien.
Por las noches, cuando el hospital quedaba en silencio y sólo se escuchaban los ruidos de mis máquinas, lloraba, lloraba mucho. Aquello me parecía lo más injusto, no veía motivos para luchar porque no veía los motivos del porqué me había sucedido eso. La explicación de los Wells no me convencía, porque yo no tenía la culpa de haber nacido Wells. Me di cuenta que, de tan triste que me sentía, pasé a ponerme rabiosa. Y eso, claramente, me jugaba en contra.








Al fin me pasaron a terapia intermedia cuando pude prescindir del respirador. Me puse alegre cuando noté que mi voz volvía a ser la de antes, y mi vista estaba completamente mejor. Pero en cuanto al carácter…dejaba mucho que desear. Estaba harta de ese lugar, de la cama, de los ruidos, los médicos, los estudios, la gente…todo. Odiaba al mundo entero que vivía feliz fuera de las paredes de ese hospital.
-¿Sentís algo? –Cris me miró ilusionada, después de pasar varios minutos masajeándome una mano. En los días que yo llevaba ahí, ella era la única que había conseguido arrancarle unas palabras al hombre de verde, el masajista, que parecía mudo. De él aprendió lo que debía hacerme.
-No.
Continuó otro rato, tranquila, a pesar de mis muestras de impaciencia.
-¿Ahora?
-No, te dije que no.
-Pero…
-No, ya está, dejame. –fijé mi vista en la ventana.
-A ver, seguiré con la otra mano.
-¡Ay dejame tranquila! ¿No ves que no siento nada, que no puedo mover ni un dedo?
-Por eso te estoy haciendo esto.
-No te gastes, esto no se soluciona con masajitos, porque no se soluciona con nada. ¿O te creés que no veo a los médicos, a las enfermeras? Soy un caso imposible.
-Lo serás por el carácter podrido que tenés.
-Y bueno, ¿qué querés? ¿Qué esté feliz, festejando como si fuera mi cumpleaños? Dejate de joder, a mí no me engañan, no soy tonta. Todos me miran con lástima.
-Pero Mercy, tenés…
-“Tenés, tenés, tenés” ¿Y porqué tengo que hacer cosas? ¡Si yo no pedí esto! ¿Sabés qué? Andate, dejame sola.
-Tampoco es para que me trates así. Está bien que estés enojada, pero si vos no tenés la culpa, yo mucho menos.
-Y bueno ,andate, te estoy diciendo que me dejes.
-¿Sabés que sí? Me voy, sos una desagradecida, estás viva y te quejás.
-¡No quiero estar viva así! ¡No entendés nada!
-No, la verdad es que no entiendo. Me voy, que me trates así a mí, bueno, pero ayer no sé qué le dijiste a tu madre, yo la vi, y ella no se merece eso.
-No me importa.
Sin mirarla, sentí  que me traspasaba con sus ojos llenos de bronca. Agarró su saco y se fue dando un portazo. Me mordí los labios para no llorar de rabia por lo que me pasaba y por lo que había hecho. Escuché que alguien golpeaba la puerta, me alegré de pensar que fuera ella, pero lo arruiné.
-¡No te quiero ver! ¡Andate de una vez!
La puerta se abrió, y vi a Jonathan.
-Mercy…¿estás bien?
-No, no estoy bien. Andate vos también.
-Te traje los números  de la librería, así los controlamos juntos.
-No quiero ver nada, no quiero saber nada de la librería, te regalo Alejandría Libros si querés, si total no puedo leer.  Dejame. ¡Dale, andate! ¿Qué me mirás?
-Me parece que el ataque te afectó bastante el  cerebro. No sos la misma.
-Ya lo creo que no soy la misma, que yo recuerde nunca estuve casi un mes en una cama sin poder moverme. Andate de una vez.
Pasé toda la tarde sola, rumiando la bronca y tragándome las lágrimas, por puro orgullo. No quería que nadie me viera así, pero insistían, y eso me daba más enojo. Odiaba todo eso, quería que me devolvieran los días y los dolores robados, las ganas de reírme,  la posibilidad de soñar con un futuro que, al parecer, ya no tenía. Otra vez odiaba al mundo, y a Dios, el culpable de eso.
-¿Cómo estás hoy? –Cyril entró, con su sonrisa, sentándose en el borde de la cama.
-Estoy tan  bien que me pondré a bailar la jota aragonesa. Qué pregunta idiota.
-Mercy, ya te dije que esto…
-Sí, ya sé, es “complicado”, pero hay que “luchar”. Mire, ya me aprendí sus discursos.
-A ver, primero y principal, empezá a tutearme. Soy joven, llamame por mi nombre.
-Como quieras, Cyril. ¿Tan joven sos?
-Bastante, unos años mayor que vos, me recibí rápido.
-Qué envidia. ¿Tené idea de cuánto me falta para morirme? Así voy calculando también, cuánto tiempo tendré que aguantar estar así.
-Ojalá lo supiera…Podés estar un día más, o un año. El cerebro tiene esos misterios.
-De gusto te recibiste tan rápido, no sabés nada.
Rió, y se me quedó mirando. Me sentí incómoda.
-Bueno, si es así, duplicá la dosis de morfina y acabemos con esto. Eutanasia ya.
-Mercy, no puedo hacer eso.
-¿Por qué? Soy mayor de edad, estoy en uso de mis facultades mentales, te lo estoy pidiendo. Traé los papeles que hay que firmar. Si no está legislado, no importa, te doy mi permiso.
-Lo siento, pero no puedo. Si supiera con certeza que nunca te recuperarás…Y tampoco, no lo haría.
-Creo que sos un cobarde.
-Y vos también. Por no pelear.
-Esta conversación  no tiene sentido.
-Deduzco que me estás echando.
-Exacto.
Asintió y caminó hacia la puerta, antes de irse me miró.
-Está bien que estés enojada, es un modo de descarga. Pero te recuerdo que no sos la única del mundo, y que no todos se pelean así con la vida.
Se fue, cerrando la puerta detrás de sí.
-Andate  a la mierda. –dije poniéndome de costado y tapándome con la sábana hasta la cabeza. Cuando cerré los ojos, reaccioné: me había dado vuelta y me había tapado sola. Otra vez volvía a tener movimientos.










La mañana fue un vómito constante. No sé qué carajo me habían hecho tragar para hacerme más estudios ni bien se enteraron que ya podía moverme. Dejé caer la cabeza sobre la almohada, agotada. Tener movimiento significaba, además, tener dolores. Tantos días quieta habían atrofiado mi cuerpo, por lo tanto mover un dedo era sinónimo de lágrimas.
Cyril había decretado no más morfina, sino cosas mas livianas. El resultado era pobre sino contamos mis quejas pidiendo a gritos la morfina. Según él y sus dichosos estudios de los que se la pasaba hablando, ya me había convertido en adicta y debía alejarme de ella cuanto antes. Mi llanto pidiéndosela confirmaban todas sus suposiciones.
Todo empeoró cuando, sentada, llorando y peleando con él, miré debajo de la bata o camisa que llevaba puesta desde que me habían internado. Desde más debajo de la altura de mis senos hasta las clavículas, se extendía una espantosa cicatriz que surcaba mi pecho.
-¿Qué es esto? –le pregunté asustada, interrumpiendo otro de sus discursos.
-Ah, Mercy, eso es de la operación que tuvimos que hacerte casi de urgencia.
-¿Me operaron el pecho? Pensé que era la cabeza.
-¿La cabeza? Eso ni se toca. Era el pecho, había que operar sí o sí. Tranquila, mucha gente tiene cicatrices de operaciones cardíacas.
-Ya lo sé, las he visto, pero no tan horribles como esta. Y además, se nota mucho…
-Con el tiempo irá cambiando el color y ya no se verá tanto. No sé, quizás en unos años puedas hacerte alguna cirugía para mejorarla. Hubo que ser un poco bestia, Mercy, era necesario abrir y no pensar tanto en la estética.
No podía dejar de verla. Tras que nunca había tenido un cuerpo lindo, ahora también tenía esa cosa fea, que parecía un bicho, o me hacía parecer un bicho a mí. Daba la sensación de que en cualquier momento se abriría y saldrían todas las tripas. Con una mueca de asco, la tapé.
-Creo que tenés visitas, me voy. En  un rato paso a verte, antes de que duermas.
-Cyril, por favor, dame morfina. No aguanto más los dolores.
-Te daré otra cosa.
-¡No, otra cosa, no!
-Si te alterás, es peor.
-Odio a los médicos.
-Ya lo sabía, me di cuenta. Vamos Mercy, calmate y ya no tendrás dolores fuertes.
-¡No Cyril, no! A ver, decime porqué me pasó todo. Porque aún no he preguntado. Ah, no me vengas con el destino de los Wells, los médicos no hablan del destino.
-Ok, te haré una breve explicación. –se sentó en la cama, me tomó una mano-¿Sentís algo?
-Sí, dolor. No me toques, duele mucho.
-Bien, aunque no lo creas, es un buen síntoma. Bueno, te diré: lo tuyo fue una serie de factores. Primero, el congénito.
-Eso ya lo sé, sobre papá me dijeron lo mismo.
-Y si ya lo sabías, ¿por qué nunca te trataste?
-Porque…no creía que me iba a suceder lo mismo. En realidad, creo que no lo hice por miedo a que me dijeran que sí, que me iba a pasar, y…Sí, fui una tonta.
Cyril suspiró, me miró a los ojos. Vi por primera vez lo verdes que eran los suyos.
-Hay otras cosas. Cigarrillo, por ejemplo. ¿Cuántos fumás por día?
-A veces un atado completo,  a veces ni uno.
-No fumes más, ninguno. Y otro problema: alcohol. Sé que tuviste problemas con eso.
-Soy una adicta, ¿lo ves? Primero alcohol, ahora morfina. Ah, veo que mis familiares y amigos ya te contaron todo sobre mí.
-Era necesario. Tuviste suerte que yo estaba aquí, soy el mejor en mi especialidad.
-Bueno, qué modesto. –rió y se acercó más.
-Otra cosa más, el stress.
-¿Eh? Eso lo tienen los oficinistas o los empresarios.
-Y vos. Y no hablo del stress de manejar una fábrica o especular en la bolsa, sino el acumulativo, el que te dan las amarguras, los sustos, las situaciones de muchos nervios…
-Ah sí, de eso tengo a montones, y ya me estoy dando cuenta qué fue el desencadenante. El culpable es Friederich.  No lo conocés, pero es un…
-Ya sé quién es.
-Ay no…no me digas que vino…
-Tranquila, no. Me lo contó todo un tal Richard,  un chico que estuvo aquí todas las noches. Lo dijo porque yo necesitaba informaciones, comprendé que no sabía qué tenías ni porqué viniste a parar al hospital. Pero prometí no decir nada, me dijo que no querías que lo supiera nadie.
Me quedé pensativa, Richard había estado allí.
-Sí, estuvo. –sonrió Cyril, adivinando mis pensamientos-Ahora desapareció, probablemente porque se enteró que echás a todo el mundo. Cuando se te pase el mal genio, quizás vuelva…Ah, mirá, se me olvidó mencionarte otros dos factores: una anemia que no sé cómo la llevabas encima, y tus problemitas cardíacos de pequeña que, según tu madre, mientras vivías con ella te tratabas, pero después ya no. Así que, lamento decirte esto, pero la única que culpable, sos vos.
-Bah, seguro que si me cuidaba, me pasaba igual.
-Quizás, pero no habría sido tan complicado. Bueno, te dejo, pensá bien todo.
Cyril desapareció, dejándome con mis dolores. Así que la culpable era yo…
Escuché que golpeaban la puerta y que enseguida se abría. Era John, hacía días que no lo veía, y la verdad era que lo extrañaba un poco. Bueno, mucho.
Apenas si me saludó, y se sentó en la silla que estaba junto a mi cama.
-¿Qué te pasa? –preguntó, serio.
-Otro con la misma pregunta.
-Mercy, yo sé que esto es muy duro, que lo estás pasando para la mierda, pero no entiendo tu enojo. Como te pasó a vos, le puede pasar a cualquiera, y nadie te dejo sola, estamos con vos, nosotros también sufrimos y la pasamos mal.
-Veo que Cris ya te dijo.
-Todos me dijeron.
Suspiré, me mordí los labios para aguantar una fuerte punzada en las piernas y también las lágrimas.
-Ay John…Me siento tan mal, no entiendo. Cyril acaba de decirme que la culpa es mía, y tiene razón, pero hay tanta gente que toma y fuma y nunca va la médico y vive hasta los 100 años y nunca le pasa nada, y a mí sí. Está bien, veo que estoy mejorando, pero tengo miedo que todo termine en esto, que los avances se frenen, que tenga que vivir atada a los calmantes y que ya no pueda hacer nada por miedo a terminar otra vez en el hospital. Yo quería vivir bien, quería mi vida sana, no sé si era feliz pero era normal. Y ahora ya no. Perdoname por ser tan cabrona.
Me abrazó fuerte, sentí más dolor, pero aguanté porque necesitaba que él me abrazara, como había hecho siempre que me había sentido tan mal. Se separó y me revolvió el pelo.
-Me cuesta entenderte, pero trato de hacerlo, me enojé con vos por lo que hacías, pero después me acordé de lo mal que estuviste y se me pasó. Es una alegría que te hayas salvado, vas a ver que cuando salgas de acá estarás mejor que antes.
La puerta se abrió y vi a Cris, que ni me miró.
-John, ya tenemos que irnos.
-Uy, es verdad, tenés pocos minutos de visitas. –John me dio un beso en la frente y se puso de pie –Nos vemos mañana.
-Nos vemos. –la miré a ella, que le decía algo a él y se disponía a irse-Ok, ok,ok. Reconozco que me comporté como una desalmada, y pido perdón.
-John, vamos.
-Cris…
-¿Qué?
-Por favor, perdoname.
-Pedile perdón a tu madre, a Jonathan, a Mimi, y tu médico, y a todos a los que maltrataste.
-De acuerdo, lo haré. Pero ahora te pido perdón a vos. Por favor.
-Está bien, perdonada. Pero lo volvés a hacer y te rompo un tubo de oxígeno en la cabeza.
-No hay duda de que son cuñadas, ya no se soportan.
-La culpa es tuya por “encuñarnos” –reí.
-Ay John –dijo ella- se ríe. Volvió a reírse.
-Sí, ¿no es genial?
-Oigan, dejen de mirarme como si fueran mis padres y vengan a darme otro abrazo, que si bien me duele todo, quiero abrazos de oso.
Sonrieron y nos dimos un abrazo grupal, de esos bien apretujados.
-Gracias chicos. Gracias a todos por no dejarme ir.





****************
Y aparecí yo, trayéndoles capítulo bien deprimente, para demostrar que si hay alguien dramático, soy yo XDDD Pese a eso, espero que les haya gustado. Sino, ya saben, pongan todas sus quejas o metanme presa, lo que les resulte más cómodo.
Las dejo que disfruten del fin de semana, saludos!

P/D: Atención al próximo capítulo, yo sé porqué se los digo. 




9 comentarios:

  1. Dios Mio !! Me Has Dejado Sin Palabras , Tienes un gran talento y sigo manteniendo mi opinion esto nunca me lo hubiese imaginado es genial Sos una Genia María. Dios pobre Mercy :/ esperemos que se recupere pronto en un momento pense lo peor :'( ,ademas por un momento Mercy me hizo acordar a Ana Guerrico de padre coraje que maltrataba a todos por lo que le pasaba . y John siempre dando su gran humor acido tipico de el , ahora me voy despidiendo que sos una grosa y es enserio Besotes Enormes De Oso Panda ♥♥♥♥ ☺

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  2. Ayyy!!!!!!!!!!! OYE! porqu'e nos has hecho esto? :'(
    Mercy anda con unas cosas que Dios santísimo, de milagro se salvó, porque Casi que se muere.
    Y que? Tú y tu mala maña de cambiar todo de un momento a otro. Yo que creía que solo era un desmayo y que en este capi Richard la abrazaría y le demostraría su amor y blah blah blah.
    Y me llegás con ésto?
    NO, vos si sos bien odiable no? (NEHH MENTIRAS I <3 YOU)
    Ya te conocía yo esas mañas de cambiar todo, pero hay una GRAN diferencia entre que un día Que Mercy está super feliz vea a la novia esa de Richard y a él besándose, y que Mercy tenga una cita con Richard y de repente Mercy se muriera por 5 días. WOW.

    Mis mejores deseos para Mercy genia.
    Con todo mi amor y abrazos apapacharrantes,
    Vale.

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  3. ¡PERO VAMOS A VER!
    PERO.... PERO... PEROOO... ¡¿PERO ESTO QUE ES LO QUE EEEEEES?!
    Ay, espera que pille aire, hija, espera que aún estoy hiperventilando y eso que hace como unas 18 o 19 horas que leí el capi por primera vez (digo por primera porque lo he releído porque del impacto lo necesitaba, jajajaja). Por cierto, siento no haber encontrado otra manera mejor de empezar el comentario, pero me reafirmo porque fue lo primero que dije cuando te leí... Ainsh, la verdad es que creo que nos has pillado por sorpresa a todos, que nadie se esperaba esto tan grave que le ha pasado a Mercy. Tal vez, como Valentina decía arriba, esperábamos algo más light y más suave. Si no un desmayo, algo que le pudiera acarrear un problemilla más o menos significativo, pero no tan bestia como lo que le acaba de ocurrir. Ya sabes, lo que te dije anoche: cualquier fallo hepático derivado de sus problemas con el alcohol, una cirrosis, algo de eso combinado con su anemia... Vamos, algo así, preocupante pero no TANTO. Y nada, vas y nos sorprendes y nos dejas a todas :O cuando nos hemos enterado de lo del infarto... Y encima de los jodidos. Que mal rollo, nena, sobre todo con todos aquellos que somos "sensibles" al tema... :/ Pero bueno, va, me dejo de gaitas y de malos rollos y me voy a comentarte este estupendo capi como se merece! ;) Así que nada, vayamos por partes, como le gustaría a nuestro querido amigo Jack el Destripador, que si no después se me quedan la mitad de cosas por decirte y se me queda una espinita clavada dentro, jajajaja.
    Bien, empecemos... Nena, como me vuelvas a empezar un capi así, a la que le da un chungo parecido o peor porque será fulminante es a mí en lugar de a Mercy. Un entierro. Te juro que empecé a leer y en esos momentos tuve que hacer un esfuerzo monumental por no volver a la conversación de whatsapp que estábamos teniendo para empezar a preguntarte como una histérica el porqué de todo eso. Afortunadamente, en el segundo párrafo mi parte racional se apoderó de mí y me dije a mí misma: "A ver, Cristina, no seas cazurra tontaca. El fic está contado en primera persona y aún falta mucho para que termine el capi y aún hay fic por delante. Y sin Mercy no hay fic, así que, por lógica, no se puede haber muerto". Estarás contenta, no? Me hiciste hacer silogismos a la 1 y pico de la madrugada y después de unas cuantas cervezas... Esto es meritorio, nena, mucho, jajajajaja. Aún así, no creas que las tenía todas y menos mal que ese primer fragmento del entierro duró poco, porque si no... Ya estaba yo a punto de ponerme a llorar, sobre todo después de leer esa frase en que decía que John lo miraba todo desde la lejanía, sin asumir muy bien que OTRA VEZ le hubiera ocurrido eso de perder a alguien tan cercano... :( Bueno, sea como sea, lo importante es que NO HAY ENTIERRO que valga. Porque al final la fortuna ha tenido dos dedos de frente y ha hecho que la parca pase de largo, que ya está bien de que se ensañe siempre con los mismos, leñe! No puedes imaginarte la alegría al ver que Mercy había, como dice el médico, "de vuelta a la vida"! :D

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  4. Y alegría, alegría, sí, y mucha, porque después de pasarse unos días debatiéndose entre la vida y la muerte, el subconsciente de Mercy ha decidido que oye, que en esto del mundo de los vivos no se está tan mal y que tal vez podría pasarlo bastante bien si vuelvo... Jajajajajaja. De todos modos y fuera coñas, la verdad es que esta alegría, como que dura poco. Bueno, a ver, que quiero explicar bien esto que acabo de decir... Obviamente para la gente a la que quiere, la alegría es inmensa. Y es que bueno, de tenerla ya casi por muerta, a verla que de repente abre los ojos y es capaz incluso de hablar, pues imagínate. Pero por otra parte, para Mercy no hay alegrías que valgan: ella estaba bien y de repente, zas, se ve como se ve; postrada en una cama y sin sentir su cuerpo, sin apenas moverse y con una cicratiz de cuatro pares de cojones en el pecho después de que le hicieran una operación muy bestia a vida o muerte. Y ahora vas y le intentas explicar que aún tiene que estar agradecida por haber salido de ésta, que lo de la operación le salvó la vida y que lo de la cicratiz se la debe sudar muy mucho y que debe tener paciencia para volver a llevar una vida más o menos normal, aunque no esté segura a ciencia cierta de que la pueda llevar y vea que los esfuerzos y los medicamentos actúan más bien poco. La verdad es que en cierto modo entiendo su enfado con el mundo y con su suerte y además, tal vez, todos haríamos lo mismo en una situación así. El estar bien y después ver que no lo estás puede ser algo muy duro y a ella le ha ocurrido... No obstante tampoco está bien que se ponga en el plan "no quiero ver a nadie ni quiero que nadie me trate de decir nada" en el que se ha puesto, pero bueno, pese a los enfados (incluido el mío, que joer qué genio tengo :P ), es una reacción completamente comprensible: piensa que da pena y que no mejora, cuando no es verdad ni lo uno ni lo otro. Si sus amigos y su madre y la gente a la quiere está allí es por voluntad propia y porque la quieren, no por lástima. Y sí que va mejorando, poco a poco, muy lentamente, pero lo hace: primero ver, después hablar, después, el dolor (que aunque joda es mejor que no sentir NADA, que eso sí que te debe generar una impotencia para morirte...). Así que bueno, solo espero que la recuperación no sólo sea física sino también anímica, porque buena falta que le hace.

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  5. Siguiente, el tema de por qué fue causado este infarto, y de los gordos. Genética y hábitos de vida más stress. Joder, creo que Mercy a partir de ahora va a tener que replantearse el cambiar su estilo de vida de una manera radical: ni tabaco, ni acohol (y ahora ya no sólo por el hecho de "estás enganchada y tienes que dejarlo", sino por el hecho de que si lo prueba, ya sabe de lo que hay riesgo) y nervios y sustos los menos posibles. Lo de los sustos no depende de ella, y espero que no se los den o la botella de oxígeno se la parto a quien ose a hacerlo, jajajajja, pero lo de los nervios, se va a tener que tomar la vida con más calma... Y espero, eso sí, que lo del enganche por la morfina se le vaya poco a poco, que leñe, caso será que ahora se deje el alcohol y se enganche a la cosa chunga esta... Esperemos que el doctor haga bien su trabajo de desengancharla... Por cierto, hablando del médico: me gusta este tipo. Está haciendo un buen trabajo y es gratificante (pese a que vaya un poco de listillo por la vida venga presumir de sus logros y conocimientos) que sea él precisamente el que esté tratando a Mercy. Además, se ha tomado mucho interés en ella y me da a mí que hará todo lo que esté en su mano y más por hacer que se quede lo mejor posible.
    Ah, por cierto, es bonito ver que Richard ha ido al hospital a ver cómo estaba, aunque no la haya visto en persona. La verdad es que dice mucho de él y de que quizá ahí pueda haber... algo. Se preocupa y fue todos y cada uno de los días en los que Mercy estaba inconsciente. Y además, con su información sobre Friedrich también ha aportado su granito de arena en tanto en cuanto ha informado al doctor sobre el susto que tal vez desencadenó todo esto... (sólo de pensar en eso, al maldito cabrón ése me dan ganas de pillarlo por la garganta y apretar hasta que se haga azul y se muera mil veces... grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr... Ojalá le den su merecido al hijo de una grandísima puta éste!)
    Qué? Que me tranquilice??? A sí, sí, tranquila, ya lo hago... jajajajja. Vale, va, tomo aire y sigo...Creo que lo mejor para tranquilizarme, creo yo, que va a ser que me dibuje una escena feliz en mi mente. Y la escena feliz la ha dibujado, de nuevo en este capi, el encuentro con John. Ainsh, hay que ver la capacidad de comunicación de estos dos, siempre tan capaces de entenderse entre ellos y de decirse las cosas tal cual son, a la cara, sin rodeos y de hacerse ver la realidad mutuamente. Porque vamos, la entrada triunfal de John con la frase "qué te pasa?" ha sido épica. Creo que ésas tres palabras eran precisamente las que necesitaba oír Mercy para reaccionar y ver que no puede estar perpetuamente enfadada con el mundo, que tiene que abrir los ojos de una vez y dejar de culpar a todos por algo de lo que no tiene la culpa nadie (ni siquiera ella aunque lo piense). Y por cierto, escena de sonrisa la del final, la del abrazo. Cómo no le voy a perdonar yo a mi Mercy, eh? Si yo... Si yo por mi Mercy MA-TO! Cómo no la voy a perdonar? Jajajajajaja. Si es que... Bueno, al menos me alegra ver que tal vez esto marque un inicio en sus relaciones con los demás, que deje de echar a todos de su lado y que deje que la apoyen y que estén ahí dándole fuerza, que buena falta le hace ;)
    Y después de esta escena feliz por el alivio que supone (Mercy está viva y lo demás no importa por ahora), me despido no sin antes decirte de nuevo que enhorabuena por este genial capi, que nos ha hecho tener el corazón en un puño a todas las que te hemos leído. Esperaré con ansias el siguiente, que se me aventura muy intenso también.
    Besotes genia!
    Y otro abrazo para Mercy (y su cerebro creador) bien fuerte! :D

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  6. Yo se que te hice esperar para esto pero... volví. VOLVÍ! (y mirá que no tarde tanto como Perón que dijo voy y vuelvo y tardo 18 años mi general querido pero volvi io e''' iioooo) che! cheeeeeeeee! PERO QUE MALA LECHE QUE TIENE ESTA CREATURAAAAAAAA!! DIOS SANTO QUE ALGUIEN LE TIRE UN CENTRO! ah bue igual che esta buena porque la Mercinchus es igual o mas loca que todos nosotros juntos y MA MA MA MA MA MEEEEEE ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! Y SI! uno no sabe como va a reaccionar ante semejante nok out de la life, la vita la sdjhkdjs como debe ser en alemán porque vio usté que en alemán es medio raro todo igual los alemanes están re buenos bueno, depende que alemán pero, lo que esta bueno también es el struddel o como se diga viste q uno come como gorda vaca de alambrado si si así. ah? bueno sigo, RINGO ME AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOR! si BOMBONCIIIIIIIIIIIIIIIIN! Te hago todo meno la tarea digamos como dice una amiga, de la amiga de una chica que hace veinte años que no veo, ah si, la cosa es el refrán. Digamos que, un muchachín, como este que esta más bueno que dormir en día de lluvia teniendo en cuenta que los días de lluvias son frecuentes ya que la presion atmosférica es... emmm digamos que es un tierno porque vos sabes que es un tierno y yo también lo se Y ES UN PACTO SOCIAL porque las normas están hechas para prohibir y regular conductas y RINGO PRESIDENTE! RINGO PRESIDENTE! EEEEEEEEEEEEEH VOOO CRISTINAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA KITCHNEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEER! ah si, decía, disculpa. Ringo es un bomboncito en verano, así que se derrite solo y sabrositamente y ahhhhjakksjasdanjfndkkj me derrito yo con la sensación termica que hay hoy aca viste. mmmmm. Es jodida la merchu, HEAVY JODIDA ESSS! pero bue, se ve que se rompe el mate contra el paredón y vuelve OOHH VUELVEEE QUE LAAA VIDA SIN TII SE NOOOOS VAAAAAAAAAAAA! PERO QUE SUSTO QUE ME DISTE! PENSE QUE PARABA LAS PATAS! y si, en ese momento si San Martín cruzó los Andes libertó Chile y que se yo, no importaba, importaba que VEA LA LUZ Y LA ESQUIVE! SI ESQUIVALA MAMITA! NO VALLAS PARA HAYA QUE ESTA EL COCO! SI EL COCO! bueno, puede ser infantil pero a veces funciona que se yo.... puede ser no sé igual VOLVIO! se ve que esta de honda tardar en volver pero VOLVIOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!! y bueno, bueno bueno, volveeeerrr con la frenteee marchiiiiitaaaaaaaaaaaaaaa ♫ y no se como sigue pero bue, es un tangazo! TANGAZO! jajajjaja viste como en cronica? si, así.... no. jajajaj si asi si. Si sisi usted se ha sacado un... SOBRESALIENTE E E E E E E E E E E EE E ! así nos ponen nota re neeeeeeeeeeeeeeerdddddds somos pero si, UN SOBRESALIENTENCHUS se saco! aunque esto le va a costar una demanda por no dejarme estudiar y un daño económico pero igual HACELA LIBRO Y VENDELA QUE TE COMPRO DOS MILLONES TRESCIENTOS MIIIIIIIIIIIIIIIIIL!

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  7. Parte dos. Ah si, pasaron como tres horas desde que quiero publicar el comentario INTERNEEEEET BOTOOOOOOOOOON! te odio. Chau. ah si, bueno, cheñola quiero decirle que su nove esta muy chunita y que eso a la mayoria de las personas les gusta y a los locos como yo.... TAMBIÉN!!!! ah que lindo! bueno, en estos días le va a estar llegando la demanda a avenida siempreviva de la ciudad de Pepperland.Sí, espero se consiga un buen loyer.
    Y si querés escuchar un tema depre pero lindo, escucha You better move on de los rolling si, no se pero escucha esta bueno porque te deprime un poco pero, si pones por youtube capaz que enganchas una foto sensualona de brian jones y bueno ISDFAJKASFHDFASKJDFHJDFASHKDFKHSDKJL pero, no deja a eso me dedico yo, vos escribi que eso lo haces bien, mira que te lo dice IO.
    Bueno, en resumen, recapitulando, en sintesis y todos los "RESUMI ESTO NOMÁS" estuvo muy muy lindo, triste si, pero la vida no es un camino de rosas y hay que vivir peleandola porque sino, vos te quedas, los demás siguen y el que perdió el tren no pasa dos veces (si sabras vos y yo con el bondi, adáptese al transporte publico) y bueno Mercy esta en esa etapa que no sabes para donde salir disparando si ponerte en Adolf o en Lazy asi que... bueno, me gusta, esta maravillosamente redactado y MUUUUUUUUUCHAS FELICITACIONEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEES!


    Pd: you beeeeetteeeer mooooveee ooooooonnnn ♫ ah no, aca es HEEEEEEEEEEEEEEY HEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEY BABYYYYYYYYYYYYYYYY! (Ringuis te dedica esto, like)+



    PD1: si estoy loca
    PD2: te estas riendo?
    PD3: NO?
    PD4: DALE!
    PD5: yo se que soy IRRREEESISTIBLEE!
    PD6: No jodas, REITE!
    PD7: yellow.... ah si, REITE NENNNNNAAA! ROCK AND ROLLLL ENENENNENENENENEN NENAAAAAAAAA!
    PD8: Ringo quiere que te rias
    PD9: DAAAAALEEE!
    PD10: Yo sabía TE REÍIIISTE! asi que solo queda decir.... GERONIMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!





    PD20: los demás no valian la pena leerlos.
    PD21: RINGO SENSUALOOOOOOOOOOON! PERRITOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!




    PD100: I don't know why you say goodbye and I say HELLOOO! pero bueno che....

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  8. Sos increíble!! Pense que al principio se había muerto y en esos segundos mi vida como lectora no tuvo más sentido. "Cerré los ojos, esperando que pasara lo que tuviera que pasar, completamente entregada, preguntándome si toda la gente que moría se sentía tan triste como yo." ME ENCANTÓ ESA PARTE! No se como hacés, tenes el don sagrado jajajaj Es increíble el giro que dio la historia, no lo puedo creer, enserio. Pobre mercy

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