30 agosto 2011

Capitulo 6 Mi compañero John

Me dí vuelta, buscando al tal Lennon que sería mi compañero de banco. Vi una mano en alto al fondo, que se movía, llamándome. Junté mis cosas y caminé por el pasillo formado por los bancos. No me gustaba la idea de estar al fondo, no iba a ver un carajo, además al fondo siempre se sentaban los peores aunque....estaría bueno estar entre los peores.

Solo unos dos metros me separaban de mi compañero cuando los dos nos miramos con cara de asombro

-Vos sos...-empezó a decir el señalándome con su dedo índice

-Vos sos....-empezé a decir yo

-¡Vos sos mi vecina!

-¡Vos sos mi vecino!

Largamos una carcajada que hizo que todos se dieran vuelta a mirarnos y que el preceptor pusiera cara rara. Mi compañero hizo a un lado sus cosas, dejandome espacio para sentarme.

-John Lennon –dijo extendiéndome su mano

-Mercy Wells –dije estrechándosela

-Un gusto tenerte como vecina, aunque no te vi mucho, no estás siempre en la calle, como yo

-Jajaja, la verdad es que estuve ocupada acomodando cosas, las mudanzas son así

Un hombre entró y se presentó como el profesor de matemáticas

-Genial –dije- primera hora del lunes con matemáticas

-Es la hora que no voy a tener nunca-dijo John

-¿Por?

-Los lunes voy a entrar tarde jejeje

-Todos los días entrás tarde –dijo un chico rubio que estaba sentado adelante nuestro

-Callate Shotton, todo lo que sabés es gracias a mi

-Si claro, como no.

-¡A ver esos alumnos del fondo! –dijo el profesor

Nos callamos, pero solo por un momento. El profesor comenzó a hablar de los objetivos de la materia

-Objetivos de la materia –dijo John- ¿qué objetivo puede tener? Ninguno. ¿Acaso vas a comprar pi x radio al cuadrado de pan?

Solté una risita.

-Ey, no te rías, el profe te va a descubrir.

-Ok John –dije burlonamente

-¿Así que te gusta Elvis?

-¿Como lo sabés?

-Me lo contó un pajarito. Tonta, el otro día lo pusiste a todo lo que daba.

-Ahh cierto, lo había olvidado

-Mentira, ¿como vas a olvidarlo si me viste a mi? Yo soy inolvidable

Solté otra risita, y el profesor dejó de explicar para mirarme fijamente

-Alumna cuéntenos a todos, asi nos reímos también

Sentí como me ponía colorada. Era la primera vez que me retaban asi, delante de todos. ¿Acaso sentarme con este chico ya estaba trayéndome problemas?

-Profesor, ella no tiene la culpa, la hice reír yo- dijo John levantando la mano

-Cuando no, Lennon tenía que ser...-dijo el profesor tomando una tiza y comenzando a escribir en el pizarrón

-Gracias –le susurré

-De nada, pero aprendé a no reírte tan fuerte, porque otra vez no te voy a salvar.

Lo miré extrañada y me hizo una mueca, iba a reírme otra vez cuando me tapó la boca con la mano

-Si te quedás sentada acá, vas a tener que reirte despacito, porque yo no voy a dejar de decir y hacer cosas solo para que no te rias y no te reten. Ya te dije que no te voy a estar salvando

Lo decía de una forma graciosa, que hacía que me sonriera mucho, pero aún tenia su mano tapandome la boca.

-Ok –dije cuando me liberó.

Busqué en mi mochila hasta que encontré el estuche de mis anteojos. Los saqué y me los puse. Vi que John me miraba

-¿Qué?

-Usas anteojos

-¿Vos también te vas a reír?

-No. Yo también uso –sacó del bolsillo de su camisa unos lentes y se los puso -¿Ves? Si no, no podría sentarme acá, no veo nada.

Comenzé a copiar lo que el profesor escribía, por suerte veía bien pese a estar al fondo. Ya llevaba dos hojas escritas cuando miré hacia la carpeta de John. Estaba muy entretenido haciendo dibujitos

-¿Qué es? –pregunté curiosa

-Shhh....vos copiá, así después me lo prestás.

Seguí copiando, pero la curiosidad me ganaba, quería ver qué dibujaba

-Dale, dejame ver

-Ey, ¡que confianza tomaste! Mirá –me dio la hoja, donde habia una historieta

-¿Y esto?

-Es la historieta oficial del colegio. De todo lo que me entero hago dibujos, así que te conviene portarte bien si no querés salir escrachada.

Leí la historieta: “The Quarry comic” era su título. “Hoy presentamos: la vuelta a clases”. Estaba dibujado el nuevo director, el preceptor y el profesor de matemáticas. Debajo de ellos un cartel que anunciaba que eran los “Nuevos Tres Mosqueteros”. Después un chico dibujado, sentado junto a una chica. “Peter está feliz, porque lo sentaron con Jenny, ahora podrá verle bien las te...”

-¡John! ¿Como vas a escribir esto?

-Escribo cosas peores –respondió riendo- ahora prestame lo que copiaste, ¿ya terminaste de leer? Tengo que empezar a pasarla.

Le devolví la hoja, y él se la pasó al chico rubio que estaba delante nuestro, que empezó a contener la risa, y pasó la hoja a otros chicos.

-Muy bien, ahora resuelvan ustedes el problema –dijo el profesor sentandose en su escritorio.

-Dame mi carpeta, voy a hacer la tarea –dije tironeando

-Ey, ey, esperá.

Todos comenzaron a charlar, y algunos leían por la historieta de John.

-Shotton –dijo John golpeando la espalda del chico rubio

-¿Que te pasa? –dijo dandose vuelta

-Te presento a mi compañera y vecina

-¿Ella es tu vecina?

-Si –respondí- me llamo Mercy

-Yo Pete –respondió sonriendo

John se giró hacia otro chico que estaba sentado del otro lado del pasillo, a su izquierda

-Ey, Ivan, te presento a mi vecina, Mercy

-¡Hola chica nueva! Soy Ivan Vaughan

-Bien, hechas todas las presentaciones, ¡a trabajar! –dijo John frotandose las manos

-Ya empezé coe el problema

-Muy bien, Wells, seguilo, después pasamelo

-Creo que sos un haragán

-Creés bien. ¿Cuantos discos de Elvis tenés?

-Todos

-Yo también. Algún día voy a ser como él.

-jaja y yo voy a ser la Reina Isabel

-Che, estás tomando demasiada confianza chiquita, acá los chistes lo hago yo

-No soy ninguna chiquita

-Ah si ¿cuantos años tenés?

-17

-¿Cumplidos en...?

-Febrero

-Te gané, yo los cumplí en octubre, este año cumplo 18

Mientras charlabamos hacía el problema, hasta que lo terminé y él lo copió.

-Muy bien, veo que todos charlan, así que deben haber terminado –dijo el profesor poniendose de pie- a ver....a ver....voy a nombrar a alguien y me dirá la respuesta. Bueno, Lennon estuvo muy animado desde el principio de la clase, así que sabrá responderme.

John me miró y le hice entender que leyera lo que acababa de copiar.

-La respuesta es... 11.527 cajones

-Muy bien, veo que comenzó el año muy aplicado.

-Gracias –me dijo con una sonrisa

-De nada, es por la que te debía

Solo sonrió y sonó el timbre. Él salió con sus amigos y yo decidí quedarme en el salón. Al cabo de unos minutos, escuché la armónica y me asomé al patio. John y sus amigos estaban tocando la armónica y golpeando unos tachos. El timbre sonó de vuelta y entraron todos otra vez.

-Buena música –le dije

-Ya lo sé nena, somos muy buenos

-Jaja que presumido. Tocás bien la armónica.

-Y eso que llevo pocas clases, me enseña mi tío George. ¿Vos tocás algo?

-El piano, y tengo una armónica, aunque no la toco mucho, no me llaman mucho la atención los instrumentos de viento.

-Yo quiero una guitarra, pero no me la compran.

La clase comenzó, literatura inglesa, con Shakespeare y todos esos, o sea, un completo aburrimiento. John parecía mas interesado en esta materia pero yo no, asi que inconscientemente empezé a dibujar los márgenes de la hoja

-Ahh vos también haces dibujitos en clase!

-Si, pero es porque estoy aburrida

-¿Y vos crees que yo dibujo porque soy un talento que no puede contener la inspiración? Yo también dibujo porque estoy aburrido.

El resto de las horas pasaron igual. Charlaba con John, era sumamente gracioso, pero me contenía de reírme durante las clases. No sé porqué, pero nunca había tenido confianza con un chico, siempre los varones me parecieron unos salvajes, y este también lo era, pero tenia algo que hacia que me divirtiera con todo lo que decía y hacía. Empezé a asustarme.¿Me estaba gustando? Lo miré, y no, no, definitivamente no me gustaba, pero lo estaba considerando como algo mas que un compañero de banco con quien me obligaron a sentarme. Me sacó de mis pensamientos la voz de la profesora que en ese momento estaba hablando.

-Y para mañana, traen hecho todo esto

-Qué suerte que tengo una vecina inteligente –dijo John guardando sus cosas- ¿a qué hora paso?

-¿Qué?

-A que hora paso para que me des la tarea –dijo haciendo una cara de nene

-No te la voy a dar, por caradura

Soltó un risa y se fue caminando hacia la salida del colegio, ya que al fin había terminado la jornada. La primer jornada de clases en Liverpool.

-¿Vamos? –escuché la voz de John detrás mio

-¿Adónde?

-¿Cómo adónde? ¡A nuestras casas! ¿No vivimos enfrente?

-Si, pero me viene a buscar mi papá

-Ay cuidado, a la niña mimada la vienen a buscar-vio mi cara, una cara de asesina- perdón, me di cuenta que no tengo que decirte eso

-Muy bien –dije sin cambiar mi cara. Después hice una sonrisa- Si querés te llevo, viene mi papa a buscarme

-No gracias, voy caminando. Nos vemos.

Papá llegó en su auto, solo por esta vez iba a venir a buscarme, porque era mi primer dia de clases, tenía esos detalles que me gustaban aunque me tratara como nena chiquita. Creo que John tenia razón.

-¿Y? ¿Como fue todo?-pregunto sonriente

-Bien –le conteste mientras subía- el chico que vive enfrente es mi compañero

-Que bien, van a poder pasarse las tareas cuando falten

-Si, ya lo creo...-dije recordando cuando John me habia pedido la tarea- además es mi compañero de banco, porque nos hicieron sentar con varones

Llegamos a casa y fui a saludar a mi madre, que estaba esperándome con la comida. Fui al baño a lavarme bien las manos y a cambiarme, entré a mi habitación y miré por la ventana. John recién estaba entrando a su casa. Sonreí.

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Holitas! como andan lectoras? Yo contenta y no sé por qué jaja cada vez estoy mas loca! Bueno, me voy a merendar porque tengo mucha hambre, espero que les haya gustado el capitulo de hoy.

Nos vemos!

28 agosto 2011

Capitulo 5 Majo y el primer día

-¡Mamá, por favor! ¿Por qué siempre comprás la ropa tan grande?

Si, como ven, estábamos en la tienda de uniformes. Y mi madre, demasiado previsora, estaba comprándome ropa extra-grande, pensando que algún día del único año lectivo que me faltaba cursar iba a crecer en altura y gordura.

-Después te queda todo chico

-Pero si solo es por este año

-Ay bueno, est bien deme un talle menos –le dijo a la empleada de la tienda.

Trajeron la ropa y me la probé, ahora quedaba un poco mejor, claro que la falda era muy larga...pero de eso me encargaría yo y mis tijeras jejeje

Salimos de la tienda cargadas de bolsas. Habíamos comprado un sweter, la falda, dos camisas, el blazer, la corbata y las medias. Y una remera, buzo y pantalón para las condenadas clases de esa apestosa materia llamada gimnasia (nótese mi disgusto con esa materia)

-Acá tenés dinero, yo me voy a casa, vos comprá los útiles –dijo mi madre dándome dinero.

-Ok mamá.

Fui hasta una librería y compré dos cuadernos, lápices, goma, lapiceras y una mochila nueva. Salí de allí, estaba bastante cansada, ya que la librería estaba llena de gente y tardaron en atenderme, así que cruzé a la plaza que estaba enfrente. Me senté en un banco, corría un aire fresco pero había sol, cerré mis ojos. Me gustaba sentir el calorcito del sol en la cara y escuchar lo que pasaba a mi alrededor, sin abrir los ojos, entraba “en otra dimensión”.Pero...me quedé dormida.

-Mercy....Mercy....-escuché.

Me asusté mucho y abrí los ojos. Ante mi estaba Abby muy sonriente.

-Parece que estás cansada –me dijo entre risas

-Al parecer si....no pensaba que me iba a quedar dormida...

-Eso te pasa por andar escapando y tomar licuados en la noche ¿como estás?

-Bien, que casualidad encontrarte acá.

-Si, las dos andamos con compras de la escuela –dijo mostrandome una bolsa cargada de útiles

-Si....la maldita escuela...

-Lo mismo digo...

Sorpresivamente, pegó un salto y extendió su mano libre, saludando a alguien que estaba en la otra calle

-¡Majo! ¡Ey!

Una chica se acercó corriendo, muerta de risa

-Ey loca ¿que hacés acá? –le preguntó

-Acá estoy, con un amiga

Hagamos un corte. ¿Dijo “Amiga”? ¿Me estaba considerando su amiga?

Definitivamente, hoy es un día de milagros, voy a marcarlo en el almanaque.

-Es una frase hecha pero la voy a decir igual –dijo Majo extendiéndome su mano- “los amigos de mis amigos son mis amigos” jaja. Me llamo Majo. Majo McCartney.

-Un gusto Majo, soy Mercy Wells

-Veo que andan con asuntos de escuela

-Si, ¿ya tenés todo? –le preguntó Abby

-Si, casi todo. Mi hermano me robó un cuaderno, asi que voy a tener que comprar otro

-Te cuento Mercy –dijo Abby- ella es hermana de un compañero mío de colegio, Paul.

-¿Compañero? –dijo burlonamente Majo-¿no querrás decir novio?

-Callate tonta

-El me dijo que fueron novios en el jardín de infantes jaja

-Dejá de decir tonterías, mas delante de Mercy

-¿Y qué? Si es tu amiga tiene que saber que mi hermano y vos compartían sus galletitas y pintaban juntos jaja

Abby solo la miró con rabia, y yo me reía, tanto de lo que contaba Majo como de la cara de Abby. Me puse de pie, se me estaba haciendo tarde

-Chicas, me voy, un gusto conocerte Majo

-Vamos con vos –dijo Abby- tenemos que ir hacia el mismo lado

Caminamos juntas unas cuadras, me causaba mucha gracia como Abby y Majo peleaban. Pero a la vez parecían chicas muy serias, muy pensantes. Majo, pese a que reía sin parar, parecía mucho mas madura que cualquier chica de su edad, ya que tenia 14 años. Y Abby...parecía mas madura que yo, y eso que yo era la mas grande. Pero bueno, mas maduro que yo es hasta un nene de 4 años, porque a veces me doy cuenta que soy una perfecta chiquilina. Y lo peor es que no hago nada por cambiarlo.

Llegué a mi casa y mi madre estaba esperandome

-La comida se enfrió. ¿Por qué tardaste tanto?

-Estaba charlando con unas chicas

Almorzamos y después de limpiar, me fui a mi habitación a escribir, ya que no tenía otra cosa que hacer, mi piano aún no llegaba. Escuché música que provenía de la calle y me asomé a la ventana. Mi vecino, del cual solo sabía su nombre, estaba otra vez tocando la armónica.

-Love me tender –dije apenas

Hice una sonrisita y puse en el tocadiscos el disco de Elvis que tenía ese tema. Lo puse a todo volumen y abrí la ventana. Me asomé y el chico estaba mirando. Hizo una sonrisa con su armónica en alto. Yo me reí y lo saludé. Iba a decirme algo cuando mi madre entró a mi habitación y me giré para verla

-Ay ¿por qué esa música tan alto? Me estresa –dijo bajando el volumen

Solo la miré con cara de fastidio. Volví a mirar por la ventana pero el chico ya no estaba. Quizás a el también lo habian retado, como a mi.

Dos días después, un camión trajo a lo que mas amaba en el mundo, después de Elvis: mi piano. No me separé de él hasta el domingo en la noche, cuando mi madre me dijo si ya tenia todo listo para la escuela. Oh, no. No tengo nada listo. La mochila no está armada y la ropa no está planchada. Pero la falda si está lista, porque me encargué de sacarle centímetros ni bien fue comprada. Planché todo rápido y acomodé las cosas en la mochila. Quise seguir con el piano, pero me mandaron a dormir temprano. Otra vez empezaría el suplicio de acostarse temprano, perder la tarde haciendo tareas, ir a gimnasia, y lo peor de todo: levantarse temprano.

No dormí casi nada. Estaba nerviosa, no conocía nada de la nueva escuela, justo las dos chicas que conocía iban a otro colegio y yo ya me veía sola, quizás soportando a un montón de tontos, como en Londres. Terminé levantandome mas temprano de la hora fijada. Me hice el desayuno y estaba tomandolo cuando apareció mi padre

-Te voy a llevar yo

-Ok, pensaba que iria en autobús

-No, yo te llevo, el colegio no queda cerca del trabajo, pero vamos a al misma hora.

Terminé de desayunar y fui a mi habitación. Alli me esperaba el reluciente uniforme. Me abroché la camisa, intenté atar la corbata pero en el verano ya habia olvidado como hacer el nudo. La tiré sobre la cama y me puse la falda, las medias y los zapatos. Fui hasta la habitación de mi madre, que arreglaba la cama

-Mamá ¿me haces el nudo?-dije mostrandole la corbata

Solo hizo una cara de “que inútil que es” y me anudó la corbata. Me puse el sweter y el blazer, tomé la mochila y bajé. Ya estaba lista para salir cuando me di cuenta que no me habia peinado. Fui hasta el baño me cepillé el pelo y me lo até con una cinta azul.

Bajé nuevamente y mi padre ya estaba esperandome dentro del auto. Saludé a mi madre y subí.

El viaje hasta el colegio duró unos 15 minutos.

-Llegamos –dijo mi padre sonriendome

Un arco en la entrada anunciaba “Quarry Bank School”. Se veía un lindo parque y al fondo un edificio antiguo. Y por todos lados, chicos y chicas con el mismo uniforme que yo. Saludé a mi padre y me bajé del auto

-Bien Mercy –me dije- ya estás aquí. Ahora a afrontar todo lo que venga y como venga.

Caminé por la senda que entraba al parque y me quedé parada en la escalinata, al sol. Todos charlaban con sus amigos, la única que estaba sola era yo. El timbre sonó y todos entraron, se dirigieron a una especie de auditorio. Entré y me senté en las últimas butacas. Un hombre pelado y gordo, con anteojos, se presentó como el nuevo director. Dio un largo discurso, sobre los ideales de la escuela y cosas que al parecer a ningún estudiante le importaba, ya que todos estaban en otro mundo. Después dieron por concluído el acto y todos comenzaron a salir, dirigiéndose a sus aulas. Ahi sentí lo que era ser “la nueva”. Lo que quería ser cuando era pequeña, ya que cuando habia algún compañerito nuevo, la maestra lo trataba bien y todos querían ser sus amigos. Pero al parecer, conmigo no iba a ser asi. Fui caminando por un pasillo hasta que encontré un cartel en una puerta que decía ”3º año”.

-Debe se acá –pensé-entré y aun no habia nadie. Me senté en el segundo banco, del lado de las ventanas, ya que si iba al fondo no veía bien el pizarrón, porque soy miope.

De inmediato comenzaron a entrar mas estudiantes, algunos ni me miraban y otros me observaban con curiosidad.

Luego entró un hombre, con cara de malo y anteojos, bastante parecido al director

-Alumnos- dijo solemnemente- soy su preceptor. Me llamo Oscar. Como sé que este curso tiene unos cuantos revoltosos, he tomado una decisión. Pero antes les presentaré a una nueva compañera. La señorita Wells.

Todos me miraron y sentí como la sangre se me subí a los cachetes. Sonreí.

-Bien –continuó diciendo el preceptor- la decisión que tomé es que los varones se sentarán con chicas

Hubo un murmullo general, de desaprobación.

-Y los elegiré yo –terminó de decir Oscar.

Comenzó a decir apellidos de varones y apellidos de chicas, y todos, con mala cara, comenzaron a cambiarse de lugar, algunos peleaban porque no querían dejar su lugar para pasarse al del compañero/a. Vi que ya estaban casi todos acomodados, solo faltaba yo.

-Y por último –dijo el preceptor- Wells se va a sentar con....Lennon.

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Majito! apareciste! ¿vieron que yo cumplo? Gallo cumple! (para las que no saben: mi apellido es Gallo kikirikí) XD

Bueno, otra vez les agradezco sus comentarios, la verdad, saber que alguien lee esto es muy lindo, sobre todo que leen y no mueren en el intento jajaja

Besines para todas y cuidense!

25 agosto 2011

Capitulo 4 Abby

Llevaba un rato esperando que alguien viniera a preguntarme qué quería tomar. Miré a mi izquierda y me encontré con la mirada de la chica, que se sonrojó

-Ehh...-dijo tímidamente- tenés que hacer el pedido ahí –dijo levantando su dedo índice en dirección a la barra

-Ahh...no sabía...-me morí de vergüenza- ...gracias...

Me acerqué hasta el mostrador y un hombre un poco mayor me preguntó qué quería.

-Un licuado de frutilla –dije casi inaudiblemente, todavía me duraba la vergüenza.

El hombre pidió que hicieran el licuado y mientras me cobró. Unos instantes después agarré la copa de licuado y la llevé con cuidado a la mesa, sonreía como tonta, parecía que nunca en mi vida habia visto un licuado. Me senté y con mucho placer empezé a tomarlo, ya me había olvidado de mi vergüenza. Me sentí observada y miré nuevamente a la chica, que se sonrojó nuevamente, esta vez por ser descubierta. Sólo le hice una sonrisita, mas que nada de agradecimiento, si no hubiera sido por ella, hubiera pasado horas esperando que alguien viniera a tomar mi pedido.

Seguí tomando mi amado licuado, hasta que escuché una voz cerca mío

-Ehh... no sos de acá ¿no?

Era la chica, que estaba parada a mi izquierda, tomada del espaldar de la silla.

-No...¿tanto se me nota? –pregunté riendo

-S...si...¿sos de Londres?

-Si, y vos sos adivina ¿no?

-Jajaja, no, es que nos damos cuenta cuando alguien es de Londres.

-¡Qué facultad tan extraña que tienen los habitantes de Liverpool! ¿Querés sentarte?

-Ehhh bueno....gracias –se sentó con cuidado –me llamo Abby Robinson ¿y vos?

-Mercy Wells.

-Tengo 16 años

-Yo 17 –dije mientras le daba otro sorbo a mi licuado

-Ahh, parecías de menos...

-jaja, todos dicen lo mismo...

-¿Y qué estás haciendo sola, de noche, acá?

-Lo mismo puedo decir de vos, al fin y al cabo sos menor que yo

-Jaja, tenés razón, perdón por mi curiosidad

-No hay drama. Estoy acá porque mis padres se acostaron a dormir y yo no tenía sueño y me escapé

-¿Te escapaste?

-Si. ¿Es algo muy rebelde?

-Ehh...digamos que si...

-¿Y vos que estás haciendo?

-Ehhh...nada...-me respondió mirando hacia la ventana, había cambiado su expresión, parecía triste

-Te dejó plantada ¿no? –le dije y me sentí una caradura por preguntar algo así, pero se le notaba mucho

-¿Como lo sabías?

-Ya ves, adivina con adivina se entienden jeje

-jaja así parece...y si, me dejó plantada.

-¿Y como se llama el poco hombre ese? –lo dije casi con bronca, me reventaba cuando hacian eso con una chica

-Jason –dijo apenas- no sé para qué estoy acá, si sé como es....debe estar riéndose

-No te culpes, simplemente le creíste.

-Si pero yo sabía que él es así, lo que pasa es que me gusta y cuando me invitó a tomar algo acá, le creí, y resulta que no vino....soy una tonta –paso su mano por sus ojos, para ocultar unas lágrimas que amenazaban con salir

-Cuando lo veas escupilo jaja

-No me van a faltar ganas.

-Que raro

-¿Que cosa?

-Nunca charlo con chicas de mi edad, es mas, pasé mi vida escolar sola, sin nadie, y de pronto me pongo a charlar con una chica desconocida en una cafetería de Liverpool.

-Dijiste que adivina con adivina se entienden, a lo mejor somos brujas jajaja

-¡O nos conocemos de otra vida!

-¡O llegamos juntas en un plato volador!

Empezamos a reírnos a carcajadas, parecía que nos habiamos olvidado de todos nuestros problemas y solo nos importaba bromear. Y de verdad, esta chica algo tenia, no podia ser que me sintiera tan a gusto con ella. O quizás era porque estaba decidida a que en Liverpool mi vida tenía que cambiar y estaba empezando ese cambio por conocer a Abby.

-¿Y tenés que ir a la escuela? –preguntó Abby

-Si, tengo que hacer el último año

-Que suerte, a mi me faltan dos...¿a qué escuela vas a ir?

“Uy” pensé. No tenía idea de cómo se llamaba mi escuela, tan poco me importaba que ni siquiera le había preguntado a mis padres. Pero su nombre lo habia escuchado en alguna que otra conversación, o mas seguramente discusión, de ellos.

-Te soy sincera, no me acuerdo.-le respondí riendo

-¿Como que no sabés como se llama tu nueva escuela?

-No, no sé. Bah, creo que algo de Quarry no sé qué.

-¿Quarry Bank?

-Si, que se yo

-Ayy que lástima, no nos vamos a ver! Yo voy a al Liverpool Institute

-Liverpool Institute –repetí- me gusta ese nombre. Mas que Quarry Bank. ¡Quiero cambiarme!

-Jajaj, si ya te anotaron no creo que te cambien, igual esa escuela es buena

-No quiero una escuela buena. Cuando dicen que una escuela es buena es porque es aburrida

-Tenés razón, a lo mejor conocés gente divertida. Igual espero que nos veamos, quizás en el colectivo

-Si, estaría bueno seguir viendo a la primera persona que conocí en Liverpool, aunque ya vi a mi vecina de enfrente.

-Lo vas a pasar bien en Liverpool, de verdad. Bueno, creo que me voy.

-¿Tus padres saben que estás acá?

-Les dije que venía a la casa de mi tía, vive acá enfrente. Pero bueno, ya ves, hubiera sido mejor si la iba a visitar antes que esperar a este infeliz.....¡ay no! ¿que digo? Gracias a te conocí.

-Bien por Jason, parece que sabe hacer algo bien jaja si es que es bueno conocerme a mi

-Claro que si, sos la primera londinense que no me cae mal.

-Te acompaño, yo también me voy.

Salimos juntas a la puerta de la cafetería, Abby tenía que hacer dos cuadras hacia el lado donde yo vivía, así que fuimos charlando juntas, hasta que llegamos a una esquina y nos despedimos. Caminé pensando que quizás acababa de encontrar a una amiga, no la conocía bien pero me inspiraba mucha confianza. Desde que había perdido a Noelia no tuve mas amigas. Era una compañerita que quería mucho, aunque en un principio la molestaba bastante, pero luego ella se cambió de colegio y cuando quise verla nuevamente, sus padres me pusieron un sinfín de excusas. Siempre supe que no me querían, eran de una extraña religión y creo que me consideraban un peligro para su hija. Una vez soñé que había muerto y llamé muchas veces a su casa, pero otra vez me pusieron sus tontas excusas y ya no llamé mas. Y nunca mas la vi, así que a veces pienso que murió.

Llegué a casa y abrí sigilosamente la puerta. La cerré lo mas despacio posible y me saqué los zapatos. Subí de puntitas las escaleras y entré a mi habitación. Me metí en la cama con la alegría de haberme escapado y que mis padres no se hayan enterado, me sentía toda una rebelde sin causa, y me dormí mirando las cortinas, pensando que al otro día tendría que ir a comprar tela para hacer unas nuevas.

Me desperté a la mañana, me vestí con lo primero que encontré y bajé. En la sala estaba mi madre, con todo mi uniforme del colegio londinense desparramado por los sillones.

-Buenos días –le dije un poco extrañada

-Buenos días...lo único que sirven son los zapatos

-Pero si está todo perfecto, la ropa está sanita

-No. Hay que cambiar todo, es totalmente distinto el uniforme de tu nueva escuela, solo te van a servir los zapatos. Así que apurate, vamos a ir a comprar todo nuevo

-¿Ahora?

-Si, ahora, no hay que perder mas tiempo, las clases comienzan la semana que viene

-¿Q..que? ¿La semana que viene?

-Si

Ayy no. Había olvidado por completo que en apenas siete días volvería a la escuela, a esa cárcel con pizarrones y encima cárcel nueva, con gente nueva, no conocía a nadie....no, esto era demasiado para mi ¿Por qué no esperaron un año mas para mudarse? Así terminaba la escuela en Londres. Pero no. Me había propuesto que todo tendría que ir mejor acá. Así que quizás era algo muy bueno que terminara la escuela en Liverpool. Eso lo comprobaría la semana que viene.

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María apareciste!! jaja, espero que te haya gustado tu personaje!

chicas de a poco van a ir apareciendo, no desesperen! tengo en cuenta a todas, y les agradezco por hacerme feliz con sus comentarios tan lindos!

Nos vemos!!

23 agosto 2011

Capitulo 3 Un domingo deprimente, como todos

El sol del domingo dió en mi cara, despertandome. Miré el reloj, eran las 9.30 hs. era la primera noche que pasaba en mi nueva ciudad, en mi nueva casa y en mi nueva habitación. Me senté en la cama, me desperezé, y salí caminando dormida, chocándome todo. Tenía que encontrar una iglesia cerca. Era domingo y si bien no soy una fanática religiosa, me gusta ir a misa los domingos a la mañana, aunque sea raro. Pero solo le rezo a Dios, nada de agregados, como santos, beatos y demás. Fui al baño (tenía papel!) y después a la cocina, donde mi padre leía el diario de Liverpool, mientras tomaba café.

-Esta ciudad es horrible, ni para hacer diarios sirven, tiene faltas de ortografía –lo escuché murmurar

-Buenos días –dije bostezando

-Buenos días –respondió sin levantar la vista del diario

-¿No sabés si hay una iglesia cerca?

-No. ¿Para qué? Dentro de poco nos iremos, no creo que soporte mucho acá. Pareciera que todo huele a pescado podrido, es porque es una ciudad portuaria y....

Lo dejé hablando solo, ya que mientras se calentaba la leche fui a cambiarme.

Pasé por la habitación de ellos y vi que mi madre aún dormía. Que raro, siempre es la primera en levantarse. Entré y vi que estaba despierta.

-Hola...¿estás bien? –le pregunté.

-No....-se tapó la cara con la frazada

Alcanzé a ver que sus ojos estaban rojos. Seguramente habia estado llorando. Algo que, por desgracia, se estaba repitiendo mucho. Salí de la habitación ¿qué podría hacer? No tenía la culpa de su fracaso matrimonial.

Llegué a la cocina y la leche se estaba volcando, corrí y apagué la hornalla y miré a mi padre, que al parecer no se habia dado cuenta de que la leche estaba derramandose, porque seguía criticando el diario de Liverpool.

Me senté frente a él, con mi taza y unas tostadas con mermelada.

-¿Qué vas a comer hoy? –me preguntó

-No sé

-Siempre la misma respuesta. Voy a comprar pollo. Supongo que deben vender.

Se levantó, tomó su billetera y salió caminando.

-Al final no me dijo donde hay una iglesia. Y bueno....no iré.

Aproveché la mañana para lavar ropa. Me di cuenta que aún no había salido al patio trasero. Era pequeño, pero muy soleado, aunque me habian dicho que es raro que en Liverpool haya sol. El césped estaba un poco alto y no había muchas flores. Colgué la ropa para que se secara y fui hasta mi habitación, para arreglar la cama y terminar de acomodar cosas.

Papá llegó con el pollo y entre los dos tratamos de trozarlo....

-Creo que tenés que agarrar esta pata y cortar acá –le decía mientras sostenía el pollo

-No, creo que es por acá....-dijo agarrándolo él.

-Está muy frío!

-Si...bueno, ¡cortemoslo por cualquier lado!

-Jaja si, algún día se cocinará, lo importante es que entre en la olla!

Fue raro, estaba divirtiéndome con él. Antes lo hacía con mucha frecuencia, pero los últimos años fueron poniensose aburridos. Preparamos juntos algo parecido a una salsa y metimos al pollo dentro de la olla. Cuando estuvo listo, llamé a mamá a comer.

-Ya está la comida –dije asomandome entre las frazadas que la cubrían

-No quiero

-Pero....es pollo. Con salsa

-No quiero comer.

Resoplé. Odiaba cuando se comportaba como nena caprichosa.

Comimos el pollo, no estaba muy mal después de todo. Lavé los platos y las ollas y papá sacó su auto del garage.

-¿Qué te parece si salimos a conocer un poco la ciudad? –dijo con una sonrisa

-Si! –grité emocionada

Subí a buscar un abrigo y pasé por la habitación de mi madre, para avisarle que nos íbamos.

-Voy con papá a pasear

-Claro, andá con tu padre, andá

-Pero...él me invitó, si querés podés venir

-No. Andá vos con él, que te diviertas

No lo dijo como un buen deseo. Me lo dijo con rabia, con celos, porque me iba a pasear con él y no me quedaba con ella. ¿Qué iba a hacer con ella si no me hablaba y ni siquiera sabía porqué? Salí de la habitación muy mal. Esos tires y aflojes a los que estaba sometida me hacían daño, y al parecer no se daban cuenta.

Subí al auto con mala cara. Tenía ganas de insultar a todo el mundo, y no me importaba si eran culpables o no. Cerré la puerta y vi que en la casa de enfrente, un chico sentado en el umbral de la puerta tocaba la armónica.

-Este debe ser el sobrino de Mimi –pensé- ¿cómo se llamaba? John, creo que dijo.

Me quedé mirandolo y él se debe haber sentido observado, porque también me miró. Di vuelta la cara, papá podría descubrirme mirando demasiado al chico.

Recorrimos un poco el centro y alrededores. Se veía lindo, pero papá criticaba todo.

-¡Que lindo el puerto! -grité

-Todos los puertos tienen olor a podrido -replicó

-Mirá las gaviotas, el mar, las olas....

-Que viento loco

-¡Que barcos!

-Los barcos son lo mas deprimente. No me gustan los lugares con agua.

Seguimos paseando en el auto, se veía que era una ciudad tranquila.

-Mirá este lugar –dijo señalando un cartel que decia Strawberry Fields- abandonado, lleno de yuyos...

-Pero parce lindo....

-Mirá, todo lleno de bares, lugares para borrachos. “The Cavern” ¿a quien se le ocurre ese nombre?

Volvimos a casa, después del “entretenido” viaje. Extrañaba a mi piano, había quedado en Londres, la semana entrante recién lo traerían. Me puse a ver televisión. Cuando ya se había hecho de noche, mi padre dijo que calentara lo que habia quedado del pollo, que quería comer para irse a dormir temprano, al otro dia empezaría a trabajar. Fui a a ver a mi madre, aún estaba en la cama.

-¿A dónde fuiste? –me preguntó

-A recorrer un poco. Es linda la ciudad.

-Ah

-¿Vas a comer?

-No.

Me fui, ya no soportaba mas. Puse a calentar el pollo mientras mi padre se bañaba. Al colocar los cubiertos en la mesa, me quedé mirando un cuchillo. Y recordé ese domingo, tan parecido a este, donde habian pasado casi las mismas cosas que hoy, solo que tenía 14 años. Escribí una carta de despedida y mientras mi padre se bañaba y yo ponia los cubiertos en la mesa tomé un cuchillo y lo apoyé en mi muñeca. Cerré lo ojos y lo apreté. Sentí dolor y la cobardía me ganó, porque cuando vi que apenas me salía sangre porque el cuchillo habia rasgado la piel, decidí hecharme atrás y no seguir.

-Lamentablemente –me dije a mi misma- las cosas no cambiaron.

Cenamos y papá se acostó. Era muy temprano, no tenía ganas de dormir a esa hora. Se me ocurrió una idea. Iría a dar una vuelta por ahí, mis padres dormían, así que no se darían cuenta y si se daban cuenta....no me importaba. Me abrigué y salí sigilosamente. Caminé unas tres cuadras hasta que en una esquina vi una cafetería.

-Tengo ganas de tomarme un licuado –me dije

Entré y me senté en una de las mesas que estaba cerca de la ventana. No había mucha gente, para ser exactos solo había una chica en una mesa, que al parecer esperaba a alguien.

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Holitas! como va todo? yo super haragana, no sé que me pasa, no tengo ganas de hacer nada, solo de haraganear jajaaja. Por desgracia se me acaba todo pronto, mañana si o si tengo que volver a clases ¬¬

bueno, las dejo y gracias por sus comentarios!

21 agosto 2011

Capitulo 2 La nueva casa

Después de incontables horas viajando llegamos a nuestro nuevo hogar. “Hogar, dulce Hogar” si como no, muy dulce puede ser estando mi familia adentro.

-Papá abrime la puerta ¡por favor! –golpeé la puerta, necesitaba salir. Mejor dicho, necesitaba ir al baño.

-Ya voy –respondió de mala gana. Parecía que lo hacía a propósito.

Abrió la puerta y salí lanzada hacia la entrada.

-¡Las llaves de la puerta! –imploré agarrada del picaporte de la puerta de calle de la casa.

Mamá llegó caminando despacio. Muy despacio. Y abrió.

Entré como rayo y subí una escalera, dirigiéndome a donde creía que podría haber un baño. ¡Si, hay un baño!

Entré, y....bueno ¿qué les tengo que estar contando? Cuando salí me di cuenta de que ni siquiera había mirado la nueva casa, solo vi el baño, que por cierto, no tenía papel. Un amplio pasillo empapelado de color verde con guardas de flores blancas y azules, dos puertas blancas que seguramente conducían a las habitaciones, la baranda de la escalera también blanca y un ventanal que daba al patio trasero, o así supuse ya que...

-¡Mercy, por favor! ¡vení a ayudar a bajar las cosas!

La voz de mi madre interrumpió mi visión y salí corriendo escalera abajo, pasando por la sala, que vi totalmente pe-la-da, sin un cuadrito siquiera. En la vereda estaban amontonando cosas y decidí bajar mis pertenencias, ya no iba a tolerar mas que las siguieran maltratando. Mis padres, junto con los dueños del camión, metieron las cosas dentro de la casa y se despidieron. El camión se alejó por la calle y mi madre cerró la puerta. Estábamos solos en la nueva casa.

-Podríamos hacer una especie de ritual ¿no? –mi madre me miró seria- digo....como es una nueva casa....

Mi madre siguió mirandome seria. Mi propuesta no la convencía.

-Bueno un corte de cintas, como una inauguración...

Levantó una caja y sin decir palabra la puso en mis manos, con este gesto me dio a entender que me callara y que ayudara.

Subí mis cajas llenas de libros, discos, cuadros, cuadernos, ropa, accesorios....en fin, cosas que tenemos las chicas. Pero había un problema. ¿Cuál sería mi habitación?

-Esta es mas grande –dijo mi padre- así que la tomaremos nosotros. La otra será para vos.

Lo miré con rabia. Odiaba las habitaciones con ventana hacia la calle. Pero Liverpool no era Londres, así que quizás no sería tan bullicioso como para no dejarme dormir o despertarme. Abrí la puerta. No estaba tan mal. Tenía dos ventanas, una hacia la calle y la otra hacia el jardín delantero del vecino de al lado. Era luminosa, y eso me gustaba. Una mano de pintura color....color....¡lila! si, ese color combinado con la puerta que era blanca y mis muebles que también lo eran quedaría fantástico. Comenzé a sacar las cosas de las cajas, poniendolas en el suelo, ya que mis padres intentaban subir mi cama. Cuando lo lograron, los ayudé con el sillón, la silla, la biblioteca, el escritorio, el colchón y lo mas pesado de todo: el armario.

Me subí a la silla para colgar las cortinas, quedaban mal, eran cortas, tendría que hacer unas nuevas. Por la ventana vi que una señora cruzaba la calle y se dirigía a nuestra casa. Tocó timbre y mi madre abrió

-¡Bienvenida a Liverpool! –exclamó la señora- me dicen Mimi, vivo enfrente con mi esposo George y mi sobrino John.

-Ho....hola...-dijo tímidamente mi madre- gracias por la bienvenida. Somos la familia Wells, mi nombre es Elizabeth.

Mi padre se acercó a saludar a la solícita señora

-Soy Rudolph Wells, es un gusto señora

-¡El gusto es mío señor Wells!

Me asomé y mi madre me tomó por los hombros

-Ella es nuestra hija

-Mercy Wells, a sus órdenes –dije sonriente

-¡Que niña tan educada! ¿Cuántos años tenés?

-17

-Pareces mas pequeña. Mi sobrino también tiene 17, quizás sean compañeros de colegio. Bueno, me despido, cualquier cosa que necesiten ya saben donde encontrarme.

Mis padres se despidieron de la amable señora y subí nuevamente a mi habitación, para terminar de colgar las cortinas. Escuché que mis padres discutían. Otra vez. Olvidé decirles que viven discutiendo. Seguramente esta vez sería por otra idiotez mas.

Bajé de la silla y saqué algunos cuadritos de una caja. Encontré mi foto de primaria, cuando terminé la escuela con medalla de honor. De inmediato me remonté a esa época. Quería esa medalla no para orgullo propio, sino porque, en mi inocencia, pensaba que mis padres se reconciliarían. Siempre se quejaban de que en la familia no había alegrías, y pensaba que si ganaba esa medalla se pondrían felices y dejarían de pelear. Me esforcé mucho, hasta que lo logré. El día de la entrega parecía que mi sueño se había hecho realidad, estaban muy contentos y posaron para la foto. Pero en el regreso a casa comenzaron con sus estúpidas peleas y al llegar me di cuenta que todo había sido en vano. Las cosas seguirían igual, por mas medallas que ganara.

Guardé el cuadro en un cajón del armario, bien al fondo. No, no lo colgaría, no quería que ese recuerdo me siguiera en una nueva ciudad, y quizás, en una nueva vida.

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Hola! la verdad no esperaba tanto apoyo en esta nueva aventura novelística (?

Les cuento que lo de la medalla de honor es cierto, me pasó, solo que no era medalla, era llevar la bandera, pero bué, es algo parecido. Muchas de las cosas que lean que tengan que ver con los padres va a ser basado en mi niñez y adolescencia apestosa que me tocó vivir. Incluso los nombres de los padres de Mercy son los nombres de mis padres, sólo que en inglés. Nunca pensé que terminaría haciendo catarsis en un fanfic. :)

Con respecto a toooodas las que me pidieron salir en el fanfic: puedo incluírlas, el tema es que, por lo que veo, a todas les gusta Paul y Paul ya está ocupado muajaja. Por lo tanto van a tener que decirme si quieren estar igual pero sin Paul o directamente no porque no aguantarían los celos. Si quieren hacer de malas también están libres los papeles de malas jaja. Ah! diganme que nombre y apellido quieren tener.

Besitos!

19 agosto 2011

Capitulo 1 Presentandome

Bien. ¿Por dónde empiezo? Ok, comienzo por mi nombre ¿por dónde mas? que tonta soy. ¡¡Mamá!! ¡Mas cuidado con mis libros! Ay, por favor, ya no se puede vivir con esta familia. Disculpenme, es que me tienen un poco cansada. Les decía, debo comenzar por mi nombre. Me llamo Mercy (no se rían por mi nombre, ya todos los de primaria lo hicieron) tengo 17 años y soy de Londres. En este preciso instante están cargando mis muebles a un apestoso camión que los llevará a nuestra nueva casa de Liverpool. Porque me voy a mudar allí, a ese lugar “que no merece ser parte de Gran Bretaña” como dice mi padre. Como sea, pese a lo que piensa de ese lugar, lo mandaron a trabajar allí porque sino lo hechaban de la empresa. Y ahora hay que aguantarlo con su cara de pocos amigos. Yo estaría contenta si me fuera sola, pero aguantarlos a ellos, y encima malhumorados....pufff va a ser muy dificil. Lo bueno es que voy a cambiar de escuela, a lo mejor alguien me toma en serio, no como estos londinenses que se dedicaron a hacerme la vida imposible. ¿Qué mas contarles? Toco el piano, desde los 9 años, creo que tendría que haber empezado antes, tengo buenas notas en la escuela, pero es porque me obligan, sino sería un desastre, mas de la mitad de las cosas que enseñan no me interesa saberlas. No tengo novio, tuve cuando empezé a estudiar piano, yo tenia 9 y el....5. Si, era una abusadora de menores, como sea, con él fue mi primer y último beso. Otra cosa, soy hija única, a veces pienso que bueno hubiera sido una hermana mas grande, para que, por ejemplo, me ayudara a peinarme, o un hermano, que me dejara salir con el y conocer a sus amigos....pero no, no tuve nada de eso, ni siquiera hermanos mas chicos, para pelearme con ellos. O sea, me crié mas sola que un ombú.* Y fin, esa es la historia que les estoy contando, porque mientras veo como maltratan mis cosas escribo en este cuaderno de notas. Ya me estoy subiendo a nuestro auto(¡si tenemos auto!), sólo faltan cargar algunos bolsos mas y saldremos, rumbo a Liverpool, esa ciudad de la que solo sé que partió un barco que se llamaba Titanic. Y que se hundió.


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Si, ya sé, las tengo haaartas con mis novelas, encima una es mas tonta que otra, ¿pero qué quieren? necesito escribir! Este es el comienzo deotra pavada mas que alberga internet jajaja

*El ombú es un arbol de Argentina, que siempre está solo. No se sabe porqué, pobrecito XD