-¿Nunca te sacás esta
cadenita?
-Jamás. –cerré los ojos
y suspiré, porque me estaba besando el pecho con lentitud y eso me hacía ver
las estrellas. Seguro que sentía algo de morbo por esa maldita cicatriz que no
veía las horas de borrarme, pero que a él parecía encantarle.
-Será mejor que vaya a
bañarme. –dije incorporándome.
-No, no, quedémonos
otro ratito más. –me tironeó de un brazo.
-Rich, Astrid llegará
en cualquier momento.
-Dijiste que iba a
dormir en la casa de Juliet porque se hicieron muy amigas, y no veo porqué
tendría que volver. Así que buscando otra excusa, señorita. –me dio un gran
beso en la mejilla, traté de disimular todo lo que en ese momento estaba
sintiendo, a saber, ganas de tirarme encima de él.
-Vamos, si te morís de ganas
de quedarte acá conmigo. –genial, no había resultado. Reí tontamente, dejándome
hacer hasta que lo separé antes de que mandara todo al carajo y le hiciera
caso.
-Tengo que bañarme, hoy
ceno con tus padres.
-Auch, esa fue una
estocada tremenda. No tengo argumentos contra eso.
-Si yo siempre te gano.
-Lo noté. Uy, en este
momento deben estar preguntándose dónde estoy.
-Mientras no supongan
que estás acostado conmigo, todo bien.
-Iba a decirte que lo
más probable es que supongan eso, pero…
Me tapé la cara con las
manos, sintiendo como los colores se me subían de la pura vergüenza. Él se echó
a reír.
-¡No es gracioso!
-No te pongas así…Vení
que te saco la vergüenza.
-Que no, Starkey.
-Cuando decís mi
apellido, tiemblo.
-Y hacés bien. Bueno, ahora
sí me baño.
-Te acompaño.
-Dejá de hacerte el
vivo.
-Si te encanta…
Me vestí con su camisa
porque quería hacer eso que hacían siempre en todas las telenovelas y películas,
pero él otra vez se echó a reír a carcajadas.
-¡Pareciera que llevás
un kimono! –le arrojé un almohadón-¡Ey! ¡Violencia doméstica!
-Andá acostumbrándote.
El timbre sonó,
sobresaltándonos. Pensé que me diría que no atendiera, pero sólo me guiñó un
ojo, ya que estaba medio vestido.
-Dejá que voy yo,
vestite tranquila.
Bajó corriendo y
mientras, me vestía cerca de la puerta para escuchar quién sería. No pude
reconocer la voz de un hombre que Richard hizo pasar. Bajé peinándome el pelo
con los dedos, y vi que Rich estaba descalzo y que el hombre miraba eso y me
miraba a mí. Bien, otra vez morir de vergüenza ante un desconocido.
-El señor es abogado,
quiere hablar con vos. –me miró preocupado.
-Mercy, ¿no me
recuerda? –el hombre sonrió y lo reconocí.
-¡Ah sí! Rich, éste es el
hombre con el que hablamos cuando elegimos el local.
Frunció el ceño, mirándolo,
y enseguida sonrió.
-¡Ahora me acuerdo! Me
parecía que de algún lado lo tenía visto.
-Soy abogado del señor
Smitch. Supongo que ya se habrá enterado de la noticia.
-Sí, que vende todo.
-No…Bueno, parece que
no lo sabe. El señor falleció esta madrugada.
-¿Qué?
Miré a Richard, estaba
boquiabierto y me miraba.
-Pero...¿qué le pasó?
Ayer hablé con él, parecía estar bien.
-Aún no se sabe, su esposa
fue a llevarle un té a su despacho porque trabajaba hasta tarde, y lo encontró
muerto en el sillón.
-Qué mal…Lo siento
mucho.
El abogado se encogió de
hombros, como si mucho no le importara que su cliente hubiera muerto.
-Son cosas que pasan…
Asentí. Smitch me caía
peor que el aceite de hígado de bacalao, pero que se hubiera muerto era algo
muy fuerte.
-A lo que en realidad
venía era para decirle que la viuda desea hablar con todos los inquilinos que
ocupan los locales. Al parecer, no quiere venderlos.
-¿De verdad? –lo miré
esperanzada, olvidándome de Smitch.
-Hablamos bastante poco,
pero sé que ella no estaba de acuerdo con la venta. La espera la semana
entrante, cualquier día, ella no sale nunca y menos lo hará ahora.
-Iré lo antes posible
para saludarla por esto que pasó.
-De acuerdo señorita
Wells, buenas tardes.
Cerré la puerta,
sintiéndome bastante rara.
-¡Bien! ¡Se murió el
tipo!
-¡Starkey!
-Pero si te estaba jodiendo
la vida…¡Lo mataste vos!
-En su momento, ganas
no me faltaron. Bueno, festejemos que…no, no hay que festejar nada de antemano.
-Al diablo con eso,
festejemos que parece que nadie te sacaré de tu lugar. Y que el tipo se murió.
-Rich, cuando te ponés
imposible…-sonreí y jugueteé con los botones de su camisa–Ojalá esto sea
verdad, porque me preocupa mucho este tema.
-Ya te dije que todo se
iba a solucionar. Y ahora me pondré los
zapatos y me iré a arreglar para parecer un muchacho decente.
-Y yo aún no sé qué
ponerme….
-Te dije que con
cualquier cosa quedarás hermosa, más de lo que sos. –me dio un pequeño beso en
los labios y corrimos arriba, porque ya era muy tarde.
-¿Y no necesitás la ayuda
de un experto?
-George, ¿experto?
¿Vos? ¡Si la que te tuvo que ayudar a que aunque sea pudieras decirles “Hola” a
tus suegros sin que te asesinaran, fui yo! Y ahora andate, que todavía me falta
maquillarme.
-A las suegras no les
gustan las nueras muy maquilladas. -dijo entrando y cerrando la puerta.
-Decime a qué viniste justo
en este momento nervioso de mi vida. –destapé la máscara para pestañas, y me
salpicó–¡Mierrrrrrda! ¡Odio ser mujer!
-Si fueras hombre,
Ringo sería gay. –se apoyó en el respaldo de una silla, mirándome como si lo que
yo hacía fuera la cosa más interesante del mundo.
-Mientras no sea tu novio,
todo bien. ¿Qué querés?
-Vine para saber si vas
a seguir con las clases de guitarra.
-Ay George…-suspiré,
cansada–¿A eso viniste?
-Perdone señorita, no
sabía que usted es tan importante que mis cosas le parecen estupideces.
-Es que lo son.
-No. Primero: te pregunto
porque hace mucho que no vas. Segundo: como ahora soy famoso, la tarifa aumentó.
Tercero: te pintaste un diente con labial.
-Me cago en…-me miré en
el espejito que tenía sobe la mesa–¿Dijiste famoso? No me hagas reír. Y dejá
que me organice un poco, cuando solucione el quilombo que tengo, vuelvo a tus
clases.
-O sea, nunca.
-Algún día tendré una vida
ordenada. Bueno, ¿eso era todo?
-Sí.
-Ok. Chau. Ah no,
decime si estoy bien.
-Nunca estás bien
porque estás loca. Pero hoy, de ropa, sí estás bien. Me pongo en el lugar de
una suegra y te miro y lo que veo es una chica un poco fea…
-¡Te odio!
-…pero que parece
decente –continuó–, que no usa minifaldas y gusta de tejer suéteres y se peina bien. O sea, que
veo puras mentiras.
-Lo que vale es la
primera impresión.
Sonó el timbre y George
abrió.
-¿Qué hacés vos acá?
–escuché a Richard.
-¡Llegó el novio!
-Decime qué hacés en la
casa de mi novia. Mercy yo no sé qué pasa entre ustedes, pero yo a éste lo voy
a m…
-Vine a darle apoyo moral.
–lo interrumpió.
-Dejalo Rich, él te ama
y busca llamar tu atención para que no lo abandones por mí. Lo siento George,
la vida es así de dura.
-Siempre la misma
bestia…Me voy. Que tengan suerte, aunque a vos, Mercy, te irá bien, la madre de
Ringo es buena onda. Ahora cuando Ringo cene con la madre de Mercy…bueno, dudo
que haya suerte ahí.
-¡Harrison, si apenas
conocés a mi madre!
-Repito tus palabras: lo
que vale es la primera impresión. Y tu mamá es un poco…
-Andate antes de que te
mate.
-Ok, ok. ¡Suerte! Mañana
cuenten qué tal.
George se fue silbando
y por sus gritos supusimos que se había encontrado con alguien conocido en la
calle.
-Estás preciosa. –Rich
me acomodó un mechón de pelo para que cayera sobre mi hombro.
-Vos también. ¿Creés
que…?
-Sí, a mamá le encantarás,
ya te dije mil veces. Vamos en mi auto.
-¡Ay me había olvidado
que tenías!
-Lo uso poco, ya sabés,
el combustible está caro. –rió.
Con el auto llegamos
rápido. Demasiado rápido para mi gusto.
-Hola Mercy, ¿qué tal?
–Elsie me saludó guiñándome un ojo, lo que me ayudó a distenderme un poco.
-Qué suerte que
viniste, Mercy, pensábamos que te arrepentirías. –bromeó Harry.
-Por cinco minutos no
se cumplieron sus pensamientos.–reí–Ah, traje esto para usted, Elsie.
Le di un ramo de flores
que esa mañana había comprado.
-¡Muchas gracias! Están
preciosas, las pondré en un florero. Rich, hijo, por favor, guardá el abrigo de
Mercy, no pensarás dejarla que cene toda abrigada.
-Ah sí, perdón. –me
quitó el abrigo y fue a colgarlo.
-Es que no hay drama…
-Dejá que sea un poco
caballero. –rió Elsie.
-¿Querés un poco de
vino?
-Gracias Harry, pero no
bebo.
-Pero si sos mayor de edad.
-Es que…-miré a
Richard, dudando-…es que no puedo por…por mi enfermedad. Digo, por lo que me
pasó.
-Oh es cierto, lo había
olvidado, disculpame. Richard, hombre, hacela sentar, ¿qué esperás?
Reí porque al final,
Rich estaba más nervioso que yo, lo que lo hacía parecer aún más adorable si se
podía. Corrió una silla para que me sentara y se sentó junto a mí tomándome de
la mano. Elsie apareció con una fuente humeante de…canelones. Mi comida
preferida. ¿Por qué no hacía una comida que odiara, como la sopa, para comerla
lenta y prolijamente? ¿Por qué hacía el plato que me convertía en un cerdito
por mis maneras de comer? Estrategia de suegra, sí. Aunque era un plato que
llevaba demasiado trabajo hacer así que tomé eso como un halago. Un sabroso
halago.
-Mmm…¡esto es una
delicia! ¡Me encanta!
-Richard me dijo que
era tu comida favorita.
Iba a contestarle que
la comida que más me gustaba era su hijo pero me contuve en mi brutalidad. Sólo
lo miré, agradecida por haberle dicho sobre mis gustos.
-¿Y cuándo se van a comprometer?
Suegro directo, pensé.
El Harry de Richard no era como mi Harry. Iba al grano, sin vueltas ni
diplomacias.
-Ya estamos
comprometidos.
Miré a Rich,
sorprendida, y me mostró su anillo del humor.
-Ay Rich, eso es cosa
de niños…
-Para mí, cuenta. Mirá
Harry, ambos tenemos el mismo anillo, ¿qué significa?
-Que están comprometidos.
–sonrió cómplice.
-Pero cuando te lo regalé
no lo hice con esa intención.
-Vamos morocha –me
miró, riendo-¿Acaso no la tenías?
-Richard no avergüences
a la chica.
-Tu mamá tiene razón,
no me avergüences.
-Pero reconocé la
verdad.
-Richard. –dijimos, al
unísono y para nuestra sorpresa, Elsie y
yo. Sonreímos.
-Estás en el horno, Rich.
–rió Harry, señalándonos.
-Bueno vamos a brindar.
–propuso Elsie– Mercy, ¿apenas un poco de vino?
-Está bien. –puse mi
copa para que Harry la llenara.
-¡Por la parejita!
–exclamó Harry.
Cuando entré a casa era
una máquina de hablar. No sé si era porque ya me había desacostumbrado al alcohol
y una simple copa de vino me había soltado la lengua, o de verdad estaba
emocionada con el resultado de la “presentación oficial”. Richard comenzó a
darme pequeños besos para que me callara de una vez por todas.
-¿Creés que todo habrá
salido bien?
-No parás de hablar de
eso, ¿y preguntás si salió bien?
-Es que para mí salió
todo genial, pero no sé qué pensarán tus papás. Vos los conocés bien, ¿me
aceptaron?
-¿Cómo no te van a
aceptar si les parecés encantadora? Aunque no tanto como a mí, claro.
Sonreí bajando la
mirada.
-¿Sabés? A veces no me
lo creo a todo esto, y me da miedo.
-¿Otra vez con eso? –me
tomó del mentón, para obligarme a
mirarlo.
-Es que…tengo miedo de
que pasen cosas justo ahora, cuando todo parece ir bien. Duelen más las malas
cuando estás feliz.
-¿Y por qué pensás eso
si estás feliz?
-No sé, porque soy
tonta, seguramente. Lo de Smitch me hizo pensar otra vez en que a veces alguien
está y de pronto…todo se va al carajo.
-Pero a Smitch lo
odiabas.
-Sí, pero te dan que
pensar esas cosas…
-Vos estás extrañando a
tu papá, ¿no?
Sonreí y asentí, agradeciéndole
con la mirada que lo dijera él y que no tuviera que decirlo yo.
-Cuando estoy mal
pienso en él, y cuando estoy bien, también.
-Y lo extrañás más, porque estás bien.
-Qué suerte que me conocés
tanto…-suspiré y me acurruqué contra su pecho.
-No sabés cómo lamento
no poder hacer nada contra eso, para que no te pongas triste.
-No te pedí que hagas
nada. Sólo te pido que estés para darme abrazos así.
La bocina del tren
cubrió todos los demás ruidos de la estación, anunciando la partida. John y yo
nos giramos para mirar a Astrid que levantaba sus maletas.
-Dejá, yo se las doy al
guarda para que las suba. –se ofreció John.
-Gracias John. Bueno chicos,
fue un gusto estar con ustedes.
-Fue mío. Me encantó
que estuvieras en casa, espero que vuelvas pronto.
-Y yo te espero a vos.
Abracé a Astrid, que
había adelantado su partida un par de días para ir a Londres y visitar una famosa
muestra de arte y fotografía. Grace le había ofrecido su casa para que se
quedara hasta que volviera a Alemania.
-Cuidate mucho. –le
sonreí.
-Lo mismo digo. Gracias
por todo.
John no le dijo nada,
sólo le dio un sentido abrazo y le dio sus maletas al guarda para que las
subiera. Astrid subió al tren y se acomodó cerca de una ventanilla y desde ahí
nos saludó cuando el tren comenzó su pesada marcha.
Le di una palmadita a
John en la espalda y caminamos hacia la salida.
-En fin…-dijo en un
suspiro.
-En fin…-respondí.
Caminamos mucho trecho
en silencio hasta que él mencionó algo de un auto con un neumático pinchado.
-Ey –le pasé un paquete
de chicles–¿Tenés algo decidido para tu vida?
-Joder Wells, lo preguntás
como quien pregunta si ya tengo entradas para el cine.
-¿Y cómo querés que te
lo pregunte? ¿Por carta?
-Dejá, dejá. Sí, ya tengo
todo decidido y me siento muy bien por eso.
-Vaya, vaya…me
sorprendés.
-Ya tengo casa y, disculpame
por el juego de palabras, no me caso.
-¿Ah, no?
-Los judíos no nos
casamos.
-Si no sos judío,
estúpido.
-Y menos mal, porque me
habrían cortado ya sabés qué.
-Ya empezamos…
-Tu novio no puede
decir lo mismo, ¿no?
-Qué raro, puede decir
lo mismo porque la verdad no le falta nada, al contrario, le so…
-¡Basta, basta! ¡No
puedo seguir escuchando esto!
-¿Ves que te jode?
-Sos mi hermana y estás
hablando así de ese sujeto, ¡esto es el colmo! Eras inocente, pura y casta y
ahora comentás esas cosas, qué horror.
-Dejá el teatro y
decime qué es eso de que no te casás.
-Que no, no me caso.
Con Cris queremos ser novios eternos.
Solté una carcajada que
hizo que media calle me mirara.
-¡Qué cursis
resultaron!
-Quién habla de cursi…Quizás
nos casemos en un tiempo, y nada de iglesia y boda y todo eso. Dos firmas, y
hasta mañana. Ey, ¿vas a tu negocio? Yo voy a la cafetería.
-Voy con vos, es
temprano. ¿Así que tenés casa?
-Bueno, tengo, tengo…Digamos
que dicho así, “tener”, no tengo. Pero vimos varias y un par nos gustan mucho,
faltaría decidir. Como también falta elegir cuna, nombre…
-¿Ya está eligiendo
nombres? ¡Qué dulces!
-Yo ya lo tengo. Será
John El Más Grande Y mejor Hijo De Tigre Lennon.
-Sos un tarado.
Llegamos a la cafetería,
que como siempre hervía de gente y empleadas que corrían bajo las órdenes de
Cris. Cuando nos vio se acercó con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Cómo andan el chico
más lindo y mi cuñada?
-Claro, yo sólo soy “la
cuñada”.
-Bueno, vos también sos
linda. ¿Contenta?
-Supongamos.
-¿Cómo estás? –John le
dio un beso y le tocó el vientre-¿Y este repollito cómo está? –le dio también
un beso allí y miré a Cris, entre extrañada
y conmovida. Jamás había visto a John así. Ella asintió sonriendo y
mordiéndose un labio para no ponerse a llorar ahí mismo. Era la primera vez que
lo veía siendo tan tierno y pareciendo tan feliz.
-¿Por qué repollito? –le
pregunté para que no notara mi emoción.
-Porque no sé si será
niño o niña…Y repollito queda simpático, no voy a decirle “Hola feto”.
-Eso es horrible.
–reímos.
-Y bueno, repollito es
lindo. “Hola repollito Lennon”. Es genial, no me digan que no.
Se escuchó un estruendo
que venía desde la cocina.
-Wells, fijate qué pasó.
-¿Perdón? Ya no soy tu…
-Sí, ya sé que no sos
mi empleada y todo ese discurso que me
soltás siempre. Pero haceme el favor de mirar qué pasó esta vez.
-Tiene empleadas
nuevas.–explicó John–No le dura ninguna porque mi chica es muy brava.
Fui a la cocina porque
se escuchaban más ruidos. Me asomé y había tres chicas que habían roto varias
tazas. Lo normal, lo mismo que había hecho yo. Me miraron raro y les puse cara
de “Jé, respeten a las empleadas antiguas”.
-Eran tazas. –informé.
-Las fábricas de tazas
se están haciendo millonarias conmigo. ¡Ey! ¿Sabías esto? John grabará un álbum
completo. Bueno, John y los demás.
-John y el judío de tu
novio abusador de hermanas menores.
-¿Cómo que un álbum? –ignoré
lo que me decía–¡No me contaste nada!
-Era noticia exclusiva
para ella. La semana que viene vamos a Londres y grabamos. Y listo, de acá a
millonarios, no falta nada.
George había dicho que parecía
una chica decente que tejía sus suéteres. Bien, si esa imagen daba, tenía que
mantenerla. Así que había sacado de la librería el libro “El arte de tejer” y
lo estaba estudiando para empezar a tejerle algo al bebé repollito. Claro que
todo lo que me gustaba parecía tan complicado que resultaba más fácil construir
un cohete espacial que hacer un par de escarpines. Lo dejé a un lado para leer
una novela porque vamos a ser sinceros, leer novelas es más entretenido que
tejer.
Sonó el timbre y ya
sabía muy bien quién era y eso me preocupaba. Se daría cuenta que otra vez, yo
no estaba muy bien. Saber que grabarían esta vez un álbum completo me llenaba de
alegría y euforia, pero cuando esa euforia amainaba, aparecí aquel viejo escalofrío
que sentí en The Cavern cuando la chica rubita me dijo que se harían famosos y
jamás volverían.
Abrí la puerta y antes
de poder saludar, Richard ya en estaba besando. Me encantaba ese efecto
sorpresa que a veces usaba.
-¡Tachán! ¡Traje
chocolate!
-¡Síííííí! ¡Gracias! –di
un saltito y nos sentamos en el sofá.–Mmm…¡es una tableta enorme!
-Igual sé que no te
alcanzará.
-Jé, cómo me conocés.
¿Querés tomar algo? ¿Ver tele? Hoy dan una peli de terror que te morís, es de
exorcismos. ¿Cenaste? Porque me sobró un poco, ya sabés que no es lo mejor del
mundo, pero…
-Mercy –me tomó una
mano, la besó-Bajá las revoluciones. ¿Pasó algo?
-¿Eh? Nada.
-Mentira, algo te pasa.
-Ufff…¿es que nunca
podré engañarte?
-Mejor que sea así. –rió,
pero volvió a ponerse serio.–Ey, ¿qué te está pasando? Estás rara.
-Si recién me viste…
-No importa, igual te
noto rara. ¿Qué hay?
-No sé…Perdón.
Me acarició una
mejilla, traspasándome con la mirada.
-Otra vez miedo, ¿no?
-Si, pero no es por lo mismo.
Es…me da miedo de que nos pase como a John y Cris.
-¿Eso te pasa? –sonrió.
-Bueno, no es exactamente
eso, pero…
-A mí me gustaría, no
me comportaría como un tonto, como hizo John.
-John se portó muy bien.
-Sí, pero al principio
estaba asustadísimo.
-¿Y quién no lo estaría?
-Yo no.
-No mientas.
-Hagamos la prueba.
-¡Ni loca! –le di un golpecito
en el hombro y él me revolvió el pelo.
-Dijiste que había algo
más, o eso me pareció.
-Nada, dejá.
-Mercy Wells…
Suspiré, bajé la mirada, e hice girar uno de mis anillos
con los dedos.
-Supe lo del disco.
-Tu hermano siempre arruinando
las sorpresas. Pero…¿pasa algo con eso?
-Me pone muy feliz. –levanté
la vista, le sonreí.–Es cumplir un sueño.
-Claro. Aunque ojo, que
mucho sacan un álbum y nunca más aparecen.
-¿Pero vos qué querés? ¿Qué
sea un éxito o un fracaso?
-Un éxito. –sonrió–Me encantaría.
Pero no te estoy creyendo tu alegría, decime qué pasa.
-Estoy alegre, estoy
feliz por eso, tranquilo.
-Pero hay algo más.
-Ehh…sí. Van a ser
famosos, y eso me da miedo. No van a ser los mismos, por más que lo intenten. Ni
siquiera vivirán más aquí.
-Mercy, ¿qué decís?
Todo será igual.
-Sabés que no. –me aparté
dela caricia que quería darme. –Rich, todo cambiará. Hasta vos.
-Vos tenés miedo de que
te deje por una actriz o cantante o
alguna de ésas.
-Bueno…sí. –reí
apenas–Pero hay algo más. Tengo miedo de toda esa fama, del dinero, de lo que
te pase. Me asusta. Dejá, no me hagas caso, soy una egoísta. Olvidate de esto
que te dije, no tiene sentido.
Me abrazó con fuerza y
traté de no llorar.
-No va a pasar nada de
eso, te lo aseguro. Todo va a ser igual, yo no te voy a dejar, ni me la voy a
creer por tener mucho dinero.
-Sí, pero…
-Mercy, mirame. –me separó
y me obligó a mirarlo.–Tengo algo que decirte, algo que te sacará esos miedos y
algo que quiero hacer. Decime si te querés casar conmigo, pero no dentro de dos
o tres años, sino ahora, en unos meses, lo antes posible. Quiero casarme con vos,
aunque no sepas cocinar y seamos bastante
desastre para todo, aunque ni tengo un lugar para ofrecerte dónde vivir….No sé,
tenemos cosas en contra, pero te quiero asegurar de alguna forma que todo eso
que pensás, no va a pasar. Quiero que vivamos juntos, estar siempre con vos. Creo
que esperamos mucho tiempo como para seguir esperando, ¿no?
Asentí, tragando saliva
sin saber muy bien si estaba entendiendo todo lo que me decía.
-Esto se pide de
rodillas, y con anillo, y con coro de mariachis
y cien cosas más, pero bueno, salió así, lo que vale es lo que uno
siente. Te amo, Mercy. Sólo decime si querés o no casarte conmigo. Ahora.
¿Capitulo 88? ¿Ya?
¡Pero si mi proyecto terminaba en el capitulo 75! Bueno, no hagan caso a mis
pensamientos interiores. ¿Cómo están? Aquí volví, siempre con tardanza, con el
capi este. Ahora sólo queda preguntarnos si se casa o no se casa. Lo sabremos
en el próximo capitulo, aunque claro, yo ya losé pero soy mala y no les diré
muejeje.
Para que no me odien,
les dejo una canción de una cantante con la que me re fanaticé y no cuando me fanatizo
suelo ser insoportable. Es Meghan Trainor y se las dejo porque si están acá es porque
les gusta toda la onda años ’50, ’60, ’70…Bueno, esta cantante tiene esa onda
muy “sesentera” y además no es como la mayoría que son todas flacas y apáticas,
esta es gordita (aunque eso no habría que andar aclarándolo, pero extrañamente
llama la atención que una cantante lo sea porque siempre te venden que hay que
ser hiper flaca) y tiene canciones divertidas y pegadizas.
Bueno, después de tanta
palabra, me voy. Nos vemos en el capi 89.
MUERTA DE TERNURA RESUCITA PARA COMENTAR UN CAPÍTULO DE FIC
ResponderEliminarC.C., de nacionalidad indefinida, vuelve tras la muerte con el fin de comentar un capítulo de un fic de María. "Debía hacerlo. Mandé a tomar por culo la luz del final del tunel, me di la vuelta y volví para cumplir mi cometido. Un capi tan bueno no puede quedarse sin comentario", dice la resucitada a nuestro periódico.
C.C., natural de la gran metrópoli mundial Muro, ha experimentado esta misma tarde una experiencia cercana a la muerte. "No cercana, no... esto no era una broma ni nada, yo me he muerto de verdad, pero lo que pasa es que después resucité", jura ella por Snoopy y otras deidades menores.
Los hechos ocurrían esta misma tarde cuando, después de comer, C. C. decidía leer por fin un capítulo del fan fiction "Stop and Smell the Roses", popularmente conocido como "el fic de Mercy", que escribe su amiga María. Según la resucitada, el capítulo "ha sido tan bonito y tan tierno que antes de acabarse, justo en el momentico en el que John decía la palabra repollito", la ternura que he sentido ha sido tan tan grande que ha derivado en un fuerte dolor en el pecho, eso sí, era un dolor muy amoroso y muy tierno". Sin prestarle mayor importancia, C.C. ha decidido pese a todo acabar el capítulo y, tras leer el final, los niveles de ternura han alcanzado una magnitud tal que le han provocado una parada cardiorespiratoria.
"Yo he acabado de leer el capítulo y, antes incluso de que me diera tiempo a maldecir a María por habernos dejado con este final, se me ha hecho todo negro y he visto una luz potente, al fondo de un inmenso pasillo". Pese a que el fallecimiento de C.C. parecía más que evidente, algo le ha hecho volver a la vida. "Ya estaba yo pensando en ponerme las gafas de sol, porque tiene cojones lo potente que tienen la luz allí, que daña los ojos que no veas, cuando de repente me he acordado de una cosa: no le había comentado el capítulo y eso no puede ser. Por eso mismo, para saldar esa deuda, me he dado la vuelta, los he mandado a todos a tomar por culo y he vuelto a la vida. Yo, como los Lannister, siempre pago mis deudas".
La resucitada asegura encontrarse bien y manifiesta su intención de no volver a perecer una vez termine de comentar. Ahora que ya ha resucitado, esperará a ver cómo continúa este pedazo de maravilla fiquera.
Ahora mismo y tras atribuírsele poderes curativos y de resurrección miles de personas se dirigen al blog de María, de quien se esperan declaraciones en las próximas horas.
Hola hola holaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Aquí la resucitada a la que se le va (sólo un poco),la cabeza cuando te comenta... Jajajajajjajaja.
ResponderEliminarAntes que nada, me gustaría aclarar muy bien que la noticia de antes es verdad: me has matado de ternura, copón! Y ahora, dime que afloje la emoción, que soy una exagerada y cosas de esas que me dices, pero te vas a quedar hablando porque así ha sido.
Pero como se puede ser tan tan tan tierna y tan bonica? A ver, explícamelo!
Bueno, va, me dejo ya de las alabanzas, que a estas horas espero ya haberte puesto roja, y empiezo a hacer lo que he venido a hacer aquí: a saldar mi deuda contigo y comentarte, jajajaja.
Como siempre me decía mi abuela, que era filósofa y sabia, hay que empezar por el 1 y seguir por el 2, así que empezaré por el principio siguiendo su magnánimo consejo :P
Bien, veamos... el Richard éste no puede ser más bonico ya. Míralo que bien la trata... :3 Ella ahí, medio acomplejada por su cicatriz (que no debería!) y a él es que parece gustarle más que nada. Bueno, a lo mejor como dice Mercy es morbo, pero yo creo que es más por lo que simboliza que por otra cosa, que Mercy vive después de lo que le pasó. Qué puede haber más bonito que eso? (creo que vas a tener razón y voy a resultar ser una cursi al fin y al cabo.... jajajaja). Sea como sea, es evidente que a Mercy el día le ha venido de cara: primero escena cariñosita con Richard y después, una noticia que acaba con sus preocupaciones. Vale sí, sé que no está bien alegrarse por la muerte de nadie, pero que levante la mano el insensato o insensata que no ha hecho como Richard y se ha puesto a bailar la lambada, la macarena, el baile del pañuelo y la conga cuando ha leído que el cochino de Smitch ha muerto (nótese el cariño que le llegué a pillar a este sujeto en un sólo capítulo... Si es que siempre se van los mejores!!!!!!! xD ). Sobre esto, tengo que decir yo un par de cosillas... La primera, que me gustaría saber cómo se ha muerto, porque para mí que no ha sido una muerte natural porque sí y que los amiguetes italianos esos que tenía y a los que tanto quería, han intervenido. Sé que suena un poco paranoico, pero yo qué sé... A mí me parecía que este tipo iba metido con asuntos de la mafia o algo, a saber. La segunda cosa que quería decir es que parece que la esposa tiene muchísimo más sentido común que su difunto esposo. Por lo menos esta mujer pretende ser legal y dejarse de bobadas con eso de Las Vegas y demás gaitas, así que por el momento parece que a Mercy se le ha solucionado el problema que tenía con el local de la librería... Si eso no es para celebrarlo, que baje Dios y lo vea!!!
Y aparte de celebraciones, Mercy tiene cenas pendientes. Ay, la temida cena con los suegros! La verdad es que es un mal trago por eso de las primeras impresiones y demás, aunque no sé ella de qué se preocupa si a Elsie ya la conocía (aunque Ringo no supiera nada) y a Harry lo conoció en circunstancias un poco accidentadas... jejeje. De todos modos, la entiendo, es como para estar nerviosa, y más si va a ponerte más de los nervios nuestro querido Georgie. Ay, lo que me río yo con este chico! Si es que me puede, de verdad... Para mí que echa muchísimo de menos el darle clase a Mercy, porque si no, explícame cómo va a su casa exclusivamente a preguntarle si va a seguir o no. O eso o es que tiene muchas ganas de estafarla subiéndole la cuota ahora que es "famoso". Ay, cariño, si a eso le llamas ser famoso, en un añito vienes y hablamos de nuevo, vale? jajajaja.
ResponderEliminarComo iba diciendo, toca cena con los suegros... Cómo iba a salir mal eso? Si son todos encantadores! Elsie haciéndole canelones, Harry preguntando por compromisos y Richard mostrando el anillo del humor, Mercy de lo más suelta con todos ellos... Ha salido todo perfecto. De aquí a las cenas familiares de Navidad en perfecta convivencia y entonando villancicos bajo el árbol hay sólo un paso... :P
Nah, ahora en serio, ha salido todo genial y eso es bueno, buenísimo, pero con tanta dosis de familia es normal que Mercy se acuerde de manera bárbara de su padre. La nota melancólica a la escena de felicidad, lógica, necesaria y bonita ;)
Y bueno, sigamos... Astrid se nos va ya. La estancia ha sido corta, pero seguro que todos la han disfrutado un montón y eso es lo importante. Siempre y cuando sirva para normalizar la situación tras la muerte de Stu, la visita habrá sido de lo más fructífera. Y John... Ay, John, John... A ver, por qué te empeñas en querer derretirme cada vez que apareces? Eh? Me lo explicas? Por qué esa ambición de hacer que me caiga la baba cada dos por tres contigo? QUE YO TENGO MI CORAZONCITO Y SOY UNA CHICA MUY SENSIBLE Y ME MUERO DE TERNURA (remito a la noticia del comentario anterior para saber a qué me refiero). Es verdad, esta escenita, me ha llegado y tú lo sabías, que iba a llegarme! Me gusta (y cómo no me va a gustar?) eso de que haya decidido qué hacer y aún me gusta más lo que ha decidido hacer con todo: nada de bodas de penalti (así llamamos aquí a las bodas que se dan deprisa y corriendo tras los embarazos), sólo buscar una casa e iniciar una nueva etapa de nuestra vida sin más siendo "novios eternos" (dirás que es cursi, vale, pero es la cosa más bonica que puede haber... :3 ). Y bueno, por si no tenía ya suficiente con esto, va y me pones la escena de la cafetería, con el beso y el "repollito"... (espera que voy a limpiarme las babas por enésima vez y vuelvo). Es genial verlo así de feliz por fin, fuera de malos rollos y miedos! Que vamos, porque me da cosa, pero es que es para ponerse a llorar de la emoción (y a Cris le ha faltado nada para hacerlo... jejeje). Ah, y por cierto, esas empleadas que tengo, que hagan el favor de dejar de romperme tazas y ponerme de los nervios, que si no el "repollito" nacerá con unos nervios acumulados que me va a salir hiperactivo por lo menos. Por favor, tened compasión de esta pobre futura madre que sólo quiere un poco de tranquilidad sin que le rompan todas las cosas de la cafetería a poder ser... jajajajajaja.
ResponderEliminarBien, veamos, tenemos repollito (amo ese nombre!), tenemos muchas tazas rotas y qué más tenemos??? DISCOOOO! Biennnn! Pese a que la noticia es genial y me alegro muchísimo, Mercy tiene sus miedos lógicos, ya comenté más de una vez el vértigo que sentía cuando la muchachita de The Cavern dijo aquello de la fama, y yo, la verdad, es que también los comparto. Parece que el oasis de paz que se han montado en Liverpool va a estallar de un momento a otro en pos de una vida llena de fama y demás cosas y, un cambio tan radical asusta, sobre todo cuando te planteas qué es lo que va a pasar a partir del momento en el que todo cambie... Qué? Da vértigo eso o no da vértigo? Y claro, Mercy siente eso y es normal que esté un poquitín extraña y que Richard se lo note. Me encanta ver cómo la conoce y cómo es capaz de saber que le pasa algo... :3 Bueno, por lo menos él sabe cómo consolarla, sabe hacerle creer que él no la va a dejar y que nada va a cambiar entre ellos... O sí? Porque... JODER!!!! LE HA PEDIDO QUE SE CASE CON ÉL! Esto de verdad que sí que no me lo esperaba para nada! Nena, este Rich va a por todas, eh? Se ha acelerado el chaval! jajajjaja
Y como la autora es tan cruel con sus lectores, decide dejarnos la respuesta para el capi que viene... ¬¬ Y qué será lo que le contestará ella? Porque viniendo de ti, tanto el Sí como el No tienen las mismas probabilidades, estamos al 50%... Ayyyy, qué voy a hecr contigo! Nos vas a matar a infartos y pesará sobre tu conciencia!!! Jajajaja. Bueno, como sé que no me va a servir de nada preguntar, yo me quedo aquí con mis cábalas e inclinando mi balanza hacia una de las dos... jijiji.
En fin, nena, que FELICIDADES y ENHORABUENA por marcarte este capi. No nos tardes mucho con el siguiente que nos vamos a morir de la intriga! Bueno, tarda lo justo y necesario para sacar otra genialidad como esta, que siempre merece la pena leer cosas así!
Besotes, genia, más que genia, requetegeniaaaa!
MUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!
¡María María y María! Acá me tenés con el respirador puesto, la última escena me dejó algo así como: Déjenme leerlo de vuelta! déjenmeeee!*mueve el mouse hacia arriba, lo lee y lo vuelve a subir sucesivamente* Pensar que a este fic le queda poco me pone mal :( Sos una genia escribiendo, la verdad.
ResponderEliminarBueno, qué decir, amo a Harrison con locura, y también a sus continuos ''BESTIA'', jajjaajaj Resumiendo, lo amo todo de él, menos a Juliet, obviamente. *pone cara de ortiva y se va*
Tiene que aceptar, Mercy tiene que aceptar, AHH, necesito leer pronto. Cuídate mucho María, un beso <3
PD: No entiendo cómo hace Cris para publicar 4 comentarios sin ser interrumpida, quiero ese don u__u
Holaaaaaaa!!! Volví jaja y sólo para decirte que aunque no comente los capítulos, los leo todos! Ando medio corta de tiempo, por eso. Pero nunca voy a dejar de leer este fic... mi preferido! No se si comenté algo ya acerca de la relación del arbusto y Mercy, en el caso de que la respuesta sea negativa ahí va: Que decir? jajajaja Lo mejor que pudo haber pasado, son tan lindossssss! No quiero que termine nunca este fic, tanto que ya lo empecé a leer de nuevo todo (por quinta vez mas o menos) jjaja Suerte querida, que te vaya bien!!
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