-¡Qué alegría cuando me dijeeeeroon vamos a la casa del
Señoooor!
-¡Mercy!
-¡Ya estaaán pisando nuestros pieees tus umbralees
Jerusaleeeeeeeeén!
-¡Mercy, por favor! –gritó Abby.
-Ay ¿qué pasa? Es una canción de la iglesia.....
-¡Pero estamos en el medio de la calle, no en la iglesia!
Qué vergüenza paso con vos.
-Lo sé –respondí pícara –Por eso lo hago.
-Sentémonos acá –señaló un banco de la plaza dónde estábamos.
-¡Qué alegría cunado me dijeeeerooon.....!
-¡Basta!
-Ufaaa.....-me cruzé de brazos, en plan nena caprichosa, y
nos quedamos en silencio.
-¿Terminaron de hacerte el vestido? –preguntó de repente.
-No.....Abby, no quiero que se acabe la escuela –dije tristemente.
-¿Sabés lo que daría yo por terminar la escuela? Tengo ganas
de empezar a trabajar en un periódico, de tomar fotos, de ganar mi dinero......
-Pero yo no quiero terminar. Voy a extrañar mucho. Aunque la
uni tiene sus ventajas: no iré todos los días, no tendré que levantarme temprano,
no hay que ir de uniforme, puedo entrar y salir cuando tenga ganas, no tendré
gimnasia......Bueno, digamos que está mejor, no sé de qué me quejo....
-¿Ves? La escuela es una cárcel. Cambiando de tema ¿vas a ir
al cumpleaños de John?
-Si no voy, me llevará de los pelos. Aunque no sé si tengo
muchas ganas de ir.
-Mirá que va a estar Richard jeje
-¿Y a mí qué me importa?
-Tengo entendido que mucho.
-Ya no –dije con seguridad –Richard es un tarado.
-¿Quién es tarado? –nos dimos vuelta y.....¡nooooo metí la
pata! ¡Es Richard!
-Ehh....un Richard que yo conozco –estaba demasiado nerviosa
–Vos no te llamás Richard, te llamás “Vamos carajo”
-¿Todavía te acordás de eso? ¡Ya pasó un mes! –rió, y se
sentó junto a nosotras en el banco, prendiendo un cigarrillo.
-¿Perdón? ¿Quién te invitó a sentarte acá?
-Yo me invité.
-Para tu información, el Richard tarado del que hablábamos
sos vos. Y ahora lo confirmo aún mas.
-Ya lo sabía.
-No te hagas el tonto –respondí enojándome, pero él seguía
riéndose, al igual que Abby.
-¿Querés? –me ofreció su cigarrillo.
-Gracias –se lo quité de los dedos, le di una calada y se lo
pasé a Abby.
-No gracias, no fumo –negó con la cabeza.
-Todavía –sonreí.
-¿Van a la fiesta de John? –preguntó Richard cuando le devolví
su cigarrillo.
-Si –respondimos ambas.
-Chicos, yo me tengo que ir –Abby se puso de pie, y con la
mirada le rogué que no me dejara sola con Richard, pero ella sonrió con malicia
y se fue igual.
-¡Esperá Abby! –grité –Acompañame a comprarle el regalo a
John.
-¡No puedo! –gritó ya desde el otro lado de la plaza –¡Tengo
que ir a la casa de Paul!
En momentos así quería estrangularla. Lo había hecho a
propósito, pero sería en vano, no pasaría nada con Richard porque yo no quería.
-Bueno, me voy –me colgué la cartera y me puse de pie.
-¿Vas a comprarle el regalo a John?
-Si.
-Te acompaño –se puso de pie.
-Starkey, puedo sola –quise mirarlo con dureza, pero me era
imposible.
-Ya sé que podés, pero yo también quiero comprarle algo, y
no sé qué.
-Está bien, vení conmigo.
Caminamos por el centro, buscando algo que a John pudiera
interesarle. Mientras, Richard saludó como a cincuenta personas, se ve que tenía
muchos conocidos.
Se me ocurrió una idea: John quedaría encantado con el
último disco de Elvis. Ese sería mi regalo. Estaba caro, pero el día anterior
había cobrado mi sueldo, y luego de dejarle la parte que siempre les dejaba a
mis padres para ayudar a la economía familiar, me había quedado bastante dinero,
además tenía algo de mis ahorros conmigo.
-Voy comprarle el último de Elvis.
Miré a Richard. ¿Acaso acababa de ocurrírsele lo mismo que a
mí?
-No. –dije con firmeza –Eso le voy a comprar yo.
-Pero yo lo dije primero.
-¿Y a mí qué me importa quién lo dijo primero? Yo estaba pensando lo mismo, y yo se lo voy a
comprar. Además, a mí me gusta Elvis.
-Y a mí también.
-Pero yo sé mucho mas. Aparte, me voy a casar con él algún
día.
Largó una carcajada. Creo que se estaba burlando de mi ¿o me
parece?
-Vamos morocha, dejá que yo compre eso, vos comprale......no
sé, unos pañuelos.
-Serás bruto –me reí un poco –Nunca hay que regalar
pañuelos, significa que le estás deseando al otro que llore.
-Uh ni sabía eso. Dale, yo compro el disco, vos comprá otra
cosa.
-¡No! ¡Yo voy a comprar ese disco!
-¡Pero otra cosa no se me ocurre para regalarle! –dijo ya
medio exasperado.
-¡Y a mí tampoco!
-Bueno, comprémoslo entre los dos.
-Rich, hoy tenés unas ideas malísimas
-Uyyyy.....¡Mercy! –ya se estaba poniendo caprichoso, con
una carita de compungido que....que.....mejor me callo.
-No.
-¡Pero...!
-No.
Afinó la vista, mirándome con toda la rabia que podían
contener sus ojazos azules. Yo hice lo mismo.
-Te odio. –nos dijimos al unísono.
Entré a la disquería, seguida por él.
-Mercy, por favor.....
-Dije que no. –empezé a buscar el disco en la bateas, mientras
él me seguía con su cantinela. No había dudas de que ambos éramos hijos únicos:
caprichosos, tercos, egoístas, y sobre todo....hinchas. MUY hinchas.
-¿Y si le compro otro disco?
-Hacé como quieras. ¡Acá está! –blandí en el aire el disco,
nuevísimo, mostrándolo como señal de triunfo.
Él sólo lo miró resignado, y yo sonreí, altanera, hasta que
él, rápidamente, me lo arrebató y se dirigió al vendedor, con una sonrisa.
-¡Voy a llevar este disco! –dijo mostrándolo como había
hecho yo anteriormente.
-¡Richard Starkey! –grité -¡Ese disco es mío!
-Era –respondió mientras sacaba dinero de su billetera.
-Señor –le dije al vendedor –cóbreme éste disco a mí y envuélvalo
para regalo.
-¡No, yo lo voy a comprar!
-¿Pueden ponerse de acuerdo? –dijo el vendedor con pocas
ganas.
-Lo compraré yo –enojada, puse el dinero sobre el mostrador.
Richard no dijo nada, sólo se limitó a mirar los posters
colgados en las paredes, mientras el vendedor envolvía el disco en un lindo
papel.
Salí de allí sin siquiera mirarlo, aunque me di cuanta que
estaba detrás mío.
-¿Y ahora qué le compro? –me di vuelta, prendía otro
cigarrillo.
-Arreglate como puedas –estaba enojada, muy enojada.
Sólo exhaló el humo, mirando hacia arriba.
-Me voy, chau. –dije comenzando a caminar.
-¡Esperá! –me tomó de un brazo y me giró. Tenía una sonrisa
demasiado traviesa.
Y si, era traviesa porque estaba a punto de cometer una
travesura: me sacó el disco de las manos y hechó a correr. Sólo abrí los ojos como
platos, sin creerme lo que veía. Hasta que reaccioné.
-¡Starkey y la puta madre! –grité, y luego corrí tras él,
que se mataba de risa -¡Vení para acá!
-¡No me alcanzarás! ¡Lero lero! –se burló.
-¡Imbécil! –íbamos corriendo, llevándonos por delante a las
viejas que caminaban tranquilamente por la vereda.
Lo alcanzé cuando él se vio obligado a parar para cruzar una
calle, ya que pasaban muchos autos.
-¡Dame eso! –le di un empujón y me aferré al disco, que él
no soltaba.
-¡Dije que yo se lo voy a regalar!
-¡Se lo voy a regalar yo! ¡Sos un chorro, un ratero, un
ladrón, un delincuente!
-¡Yo lo iba a comprar primero!
Era raro. Yo estaba furiosa, como pocas veces en mi vida,
pero él se divertía a mas no poder. Mientras tanto, la gente nos miraba, sin
entender muy bien qué pasaba.
-¡Dámelooooo! –grité, y se lo arranqué de las manos. Pero no
quedó tampoco en las mías. El disco salió volando, cayendo en la calle y
......un bondi le pasó por arriba.
-¡NOOOOOO! –gritamos.
Corrimos, pero era tarde. El pobrecito disco había
fallecido. Allí estaba, mojado, embarrado, y lo peor de todo: partido al medio.
-¡TE ODIO! –le grité -¡Mirá lo que hiciste, sos un pelotudo!
Tenía toda la bronca del mundo dentro de mi, y él me miraba,
asustado, ya no se reía.
-Vení....-me dijo despacio, tomándome de un brazo para
sacarme de la calle.
-¡No me toques! ¡Sos un estúpido! ¡Lo arruinaste todo!
-Vení, vení, calmate....-me subió a la vereda
-¡¿Para qué querías regalarle el mismo disco?! ¡¿Por qué tanto
interés?! ¡¿Querés ser el novio o qué?! –le grité, fuera de mí –Después de
todo, ¡él no te regaló nada para tu cumpleaños! ¡¿Qué obligación tenés?! ¡Yo
quería regalárselo porque YO soy la hermana!
-Pará Mercy, lo podemos solucionar.....-me dijo tomándome de
los brazos.
-¡Te dije que no me toques! ¡Sos lo peor! ¡Mirá, mirá!
–levanté los pedazos del disco, todos sucios, con el lindo papel de regalo
despegándose, dejando ver la sonrisa de Elvis. No pude evitar ponerme a llorar.
-No.....¿por qué llorás? –era increíble lo calmado que
estaba él.
-¡De bronca lloro, pendejo de mierda! ¿Por qué otra cosa voy
a llorar? –las lágrimas me corrían por las mejillas. Corrijo: no eran lágrimas,
eran lagrimones.
-Perdoname Mercy, por favor....-me abrazó, aunque yo no quería
y luchaba por soltarme.
-¡Te odio! ¡Te odio! –le dije mientras le golpeaba el pecho,
hasta que me cansé y me dejé abrazar.
-¿Me perdonás? –se separó de mí y me miró.
-¡No! El bondi tendría que haberte pasado por arriba a vos,
y no al disco –dije, todavía llosozando.
-Tenés razón, soy re idiota, no pensé que la bromita terminara
tan mal.
-Sos un pelotudo atómico.
-También. –contestó resignado –Hagamos una cosa: volvamos a
la disquería, y comprás el disco, pero lo pago yo. Y obviamente, se lo regalás
vos a John. Yo compraré otra cosa.
-¿Cómo podés hablar tan calmado y tranquilo? Se nota que no
te pesa la culpa.
-Oh Mercy, te pediré perdón mil veces, de verdad. Ahora, ¿vamos
a la disquería?
-Quiero el último de Elvis –dije como un robot, pasándome
las manos por el rostro, para secármelo.
-Tomá –Richard me dio su pañuelo, y yo me soné la nariz
ruidosamente.
-Te lo llené de mocos, es lo que te merecés –dije cuando se
lo devolví.
-Lo lava mi mamá.
-Sos tan inútil que ni eso sabés hacer.
-¿Lo envuelvo? –preguntó el vendedor, de malas maneras.
-Si –le respondí igual.
Richard pagó y yo tomé el disco con fuerza, para que no
corriera la misma suerte que el anterior.
-Mercy, ¿me perdonás? –preguntó ni bien salimos a la calle.
-No sé.
-Mmm.....se me ocurrió comprarle un encendedor. No de esos
que se venden en el kiosco. De esos que tienen tapita, que la abrís y se prende
la llama, y que parecen de plata y....
-Si, si, ya sé cuáles son –dije perdiendo la paciencia –Por
mí hacé lo quieras.
-¿Me.....me acompañás? –preguntó con cierto temor.
-Uff....está bien.
Mientras caminábamos, sentía que no podía enojarme con él,
era mas fuerte que yo. Era un estúpido, si, pero ¡como me gustaba ese estúpido!
Entramos a un negocio que vendía cigarrillos, habanos,
cigarreras, pipas, tabaco y encendedores. Allí compró uno muy lindo, seguramente
le gustaría mucho a John.
-¿Te acompaño hasta tu casa?
-No. Puedo sola.
-Pero ya se está haciendo de noche.....
Solté un suspiro de fastidio y caminé, con él por detrás. En
el camino no dijimos nada, aunque él parecía verdaderamente preocupado y
arrepentido. Era tan lindo cuando se ponía así......bueno, era lindo siempre.
-Chau. –dije cuando llegamos a mi casa.
-Pará Mercy.....-lo miré. Sus ojos brillaban, podía verlos
aunque ya estuviera oscuro –Perdoname, por favor. No fue mi intención, sólo quería
hacerte una broma, pero se me fue de las manos.....Perdón.
Una parte de mí me decía que le diera un cachetazo. Y la
otra parte me decía que le partiera la boca de un beso. Decidí no hacerle caso
a ninguna de las dos, ya que si hacía algo de eso, no habría vuelta atrás.
-Te perdono. Después de todo, yo también me porté mal, y te
insulté mucho. Fuimos muy.....infantiles.
-Si –sonrió -¿Amigos? –me extendió su mano. ¿Por qué esa
palabra? ¿¿¿Por qué???
-Amigos –le estreché la mano y le sonreí, aunque me quedé
colgada de su mirada.
-Bueno......nos vemos. Chau. –me saludó con la mano y se fue.
Entré a mi casa, prácticamente en una nube. Si, sacarme a
Richard de la cabeza sería una tarea titánica. Aunque.....ya no estaba tan
segura de si quería hacerlo.
-“Bienvenidos a la fiesta del genial John, capo entre los
capos” –leí el cartel que John había colgado en la puerta del salón que había
alquilado para su fiesta –Qué humildad.
-¡Hermana! –gritó al verme
-¡Feliz cumpleaños madito perro! –lo abrazé, y le di un beso
en la mejilla, sabía que odiaba eso –Esto es para vos –le di el regalo, y él se
encargó de destrozar el papel
-¿QUÉ? ¡Elvis! Gracias hermanita linda y hermosa, pero qué
bonita sos –dijo pellizcándome una mejilla.
Entré al lugar, era un poco pequeño, pero eso no importaba,
ya estaba lleno de gente. Me encontré con Abby, Paul, Isabella, Stu, Pete,
Ivan, George, mas y mas chicos, y.....Marcia y sus amigas. Sonreí. Otro
beneficio de terminar la escuela, era que jamás volvería a ver a esas zorras.
-¿Todo es para tomar? ¿No hay nada para comer? –George
parecía desesperado.
-Si todo esto fue organizado por John, olvidate que haya comida,
todo es alcohol. A lo sumo habrá comprado una bolsa de papas fritas para todos.
-¡Pero moriré de hambre!
-Georgie –Abby lo rodeó con un brazo –cuando la fiesta
termine, te invito a mi casa a comer algo.
-¡Abby yo iría con vos! ¿Por qué tiene que estar éste enano
en el medio? –se quejó Paul.
-Yo no soy ningún enano
-Tenés razón. Acá la enana es Mercy.
-¡Maccacito! Te voy a destripar
-Uy, qué miedo, Mercy me va a destripar
Abby puso paz entre nosotros, y seguimos charlando como si
nada, hasta que la música empezó a sonar y todos salimos a bailar. En mi caso,
con Stu. El galán Stu, que seguía haciendo estragos en la población femenina.
-Ey Stu, bailás bien.
-Pero por supuesto jeje.
Luego de varios rockanroles, paramos a descansar. Yo me
senté, pero él se fue hacia donde estaba John.
-Hola –Richard se sentó a mi lado.
-Hola idiota.
-¿Todavía estás enojada?
-No. –reí -¿Cómo estás? ¿Le diste tu regalo a John?
-Si. ¿Y vos?
-También, y le gustó. Voy a tomar algo, ¿te traigo?
-Dale, traeme un fernet.
-No te tenía así de borracha –rió y se fue a buscar las
bebidas.
-¿Cómo lo estás pasando? –preguntó John apareciéndose por
detrás.
-¡Ay! ¡Me asustaste! Lo estoy pasando bien. ¿La invitaste a
Cris?
-Si, pero me mandó a la mierda. Vení conmigo, te voy a
mostrar los amplificadores que conseguí.
Me llevó hasta el fondo del salón, donde Ivan y Pete Best
acomodaban los instrumentos, ya que los otros estaban demasiado ocupados
bailando.
-John....-dije al ver los amplificadores –Creo que los
conozco.
-Adiviná de dónde los saqué.
-Emmm.....¡NO! ¡John, son los del colegio!
-¡Ganaste!
-¿Cómo pudiste robártelos?
-No los robé, los tomé prestados. Los saqué por la ventana
jeje.
-Si se enteran te expulsarán.
-No tienen porqué enterarse. Y ahora andá a frenar al
pequeñín Harrison, creo que está tomando mucho, así no va a poder tocar la
guitarra, y él es lo mejor que tenemos.
Negué con la cabeza, poniendo los ojos en blancos, y me
acerqué a George, que estaba a pocos metros.
-Dejá de tomar –le arrebaté el vaso.
-Tengo hambre....
-El hambre no se calma con......-olfateé lo que estaba
tomando -¿ron con jugo de naranja? ¡Esto es asqueroso!
-Tenés razón, mejor dejo de tomar......Vamos a bailar,
¿querés?
-Será un gusto hablar con mi profe.
-Ja, seremos “El bello y la bestia”
-¡Harrison!
Sólo se rió a carcajadas, y mientras bailábamos él lo seguía
haciendo. Creo que había llegado tarde, a juzgar por sus risas interminables,
ya había tomado mucho. Pero igual me confesó que había decidido “desenamorarse”
(si, así lo dijo) de Eleanor, porque ella jamás lo tendría en cuenta, y que
ahora quería conocer otras chicas, que sabía que tendría porque él era
irresistible. Otro humilde.
-¡Buenas noches! –gritó John, ya acomodado con su banda
–Gracias por venir a mi genial fiesta, ya sé que todos me admiran, no es
necesario que me aplaudan. Ahora, basta de discursos, vamos a hacer
ROOOOCKKK!!!
Empezaron a tocar, y nosotros a cantar y bailar. Yo, mas que
nada cantaba. Cantaba y veía como Richard bailaba con Marcia. No sé qué me
enojaba mas: que bailara con ella o que no me hubiera traído el fernet.
Me senté, estaba algo cansada, pero la estaba pasando en grande. No podía
creer que en algún momento hubiera dudado en ir.
-Volví, perdoname el retraso –vi ante mí un vaso de fernet,
sostenido por Richard.
-Gracias –dije agarrando el vaso, él se sentó al lado mío.
-Estoy cansado. Estoy cansado de Marcia. –suspiró.
-¿Por qué?
-Voy a tener que ir con ella a la fiesta de graduación.
Sentí como me hervía la sangre. Sí, tenía celos. Mejor
dicho, estaba MUERTA de celos.
-Vos te dejás dominar por ella –dije con rabia disimulada.
-Es que es muy cargosa.....No entiende que sólo somos
compañeros de banco, ni siquiera la quiero de amiga. Pero para no pelear, le
digo que sí a todo, porque sino se pone toda histérica.
-Así te va a volver loco. A la próxima decile que no. ¡Hacete
valer, hombre! –reí, pero quería que hiciera eso.
Él sólo sonrió y miró al suelo. Luego le dio un sorbo a su
cerveza.
-Rich ¿bailamos? –puaj, Marcia otra vez.
-No.
-¿Cómo que....?
-Que no Marcia, estoy cansado. Hay un montón de chicos, decile
a ellos.
-Pero yo quiero....
-No. Basta.
No pude contener una sonrisa. Lo estaba disfrutando. Pero la
rubia me miró con odio. Dio media vuelta y se fue, dirigiéndose hacia un grupo
de chicos que tomaban y charlaban.
-¿Bailás? –me preguntó Richard, se veía satisfecho con lo que
había pasado.
-No creo que sea conveniente. Si Marcia te ve bailado
conmigo me despedazará –moría de ganas de decirle que si, pero no quería volver
a mi casa sin cabello.
-Tenés razón, sos precavida –sonrió una vez mas, y se fue
con los chicos de la banda.
Cuando la fiesta terminó, con Abby, Ursula e Isabella
ordenamos un poco el lugar. Después, ellas se fueron, junto con los chicos. También
se fue el resto de los invitados y no invitados, hasta que quedó John, el
cumpleañero.
-Tenemos que llevarlo –dije mirándolo con preocupación.
-Si, no puede ni caminar –agregó Ivan.
Nos habíamos quedado nosotros tres. John era una botella
caminando. Bueno, caminando, justamente, no estaba. Tenía mas alcohol que un
hospital.
Como pudimos, lo levantamos, y entre los dos, a rastras, los
llevamos caminando por las oscuras calles.
-La tía lo matará. –dijo Ivan.
-Tendríamos que meterlo en su habitación, pero....¿cómo
hacemos? –miré hacia la ventana de John, en el primer piso de su casa.
-Mejor entremos y dejémoslo en una de esas sillas –señaló
unas sillas de jardín, plegables –Que duerma ahí. El aire le hará bien, quizás,
para cuando se levante su tía, ya esté sobrio, o por lo menos, despierto.
Entramos al jardín delantero y lo sentamos allí.
-Quisiera taparlo....
-Tranquila Mercy, el frío le hará bien. Ahora vámonos antes
que la tía Mimi escuche ruidos y se levante.
Luego de un domingo que comenzó mal porque me regañaron por
llegar tarde a casa la noche anterior, me disponía a hacer una proeza: tocar el
piano con los pies. Y después dicen que John es el borracho.
Así que ahí estaba, tratando de que mi pie derecho “tocara”,
y sacándome la media celeste a cuadros blancos de mi pie izquierdo, cuando mi
madre volvió de la iglesia. Entonces decidí que era el momento adecuado.
No sabía muy bien si ese mes me había alcanzado para pensarlo,
pero lo cierto era que ya no quería seguir teniendo esa pregunta
persiguiéndome, apareciéndose en cualquier momento, en cada cosa que hacía.
Mi padre arreglaba una vieja radio, sentado frente a la mesa
de la cocina, y mi madre ponía agua a calentar para hacerse un té.
Me paré en la puerta, nerviosa, respirando con dificultad.
Deseaba soltar las palabras, sentía que venían, pero al llegar a mi boca, se desvanecían.
Haciendo el esfuerzo mas grande que en mi vida había hecho, hablé. Si, tanto para,
simplemente, hablar.
-Qui....quisiera hablar con ustedes –escuché como la última
sílaba fue casi inaudible.
-Perfecto –dijo mi madre sorprendida.
Me senté, mi padre corrió la radio a un lado, y mi madre se
sentó frente a él. Yo sólo apoyé los dedos sobre la mesa.
-Te escucho –mi madre me miraba de una forma inquisitiva,
que casi me asustaba. Mi padre parecía sólo poner atención, pero nada mas.
-Estuve pensando en lo que dijeron.....el otro día.
Yo....ehh....bueno, ustedes me dijeron que debía elegir con quién quedarme –los
vi como asentían con la cabeza, y sus rostros se tensaban. Tomé aire. –Tengo
una decisión, pero no elegí con QUIÉN, sino DÓNDE quedarme.
Me miraron con una expresión confusa, y proseguí a explicarme
mejor.
-Bueno...ustedes son mis padres. Los quiero por igual. Por
lo tanto, no puedo decidir así como así con quién debo vivir por un tiempo que,
sabemos, en indeterminado. Sí puedo decidir dónde vivir. Quiero vivir en
Liverpool.
Mi padre sonrió apenas, pero mi madre tuvo un impulso, como
que casi saltó de la silla, para acercarse a mí. Sin embargo, continuó sentada.
-No quiero ir a Londres. Por mas que haya nacido y me haya
criado ahí, no me gusta. Acá tengo amigos, tengo trabajo, tengo dónde
estudiar.....Me gusta todo.
-Pero....-alcanzó a decir mi madre
-Una vez mas les digo: no elegí entre ustedes, elegí entre
lugares.
-Pero sos mujer, debés vivir con tu madre.
-Mamá, ¿para qué me diste a elegir, entonces? Lo de vivir
con la madre es hasta los 5 años, que yo sepa, ya no tengo esa edad.
Me miró co furia, y luego miró a mi padre.
-¿Y vos no pensás decir nada? –le dijo casi gritando.
-Que haga lo que quiera –respondió encogiéndose de hombros.
-Claro, qué vas a decir, que estás contento, ¿no?
-¡Paren, paren! Esto no es una competencia y yo no soy
ningún premio. Ya les dije que no elegí entre ustedes. Me quedo con papá,
porque él se queda en Liverpool. Si se hubiera quedado mamá, me quedaba con
ella. Y si no se quedaba ninguno, me quedaba sola. Eso es todo.
Mi madre me volvió a mirar, en sus ojos vi algo
indescifrable, y se puso de pie, indignada, para luego correr escaleras arriba,
ahogando un sollozo. Mi padre tomó la radio, unas herramientas, y salió al jardín.
Y yo me quedé sola. Como siempre.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPosta que llueve una banda! Quiero decirte que todavía no leí el capítulo pero me puse tan feliz cuando vi que lo subiste que quise comentar primero (no tiene sentido)jaja
ResponderEliminarAhí lo leí ''que alegría cuando me dijerooon'' JAJAJ es genial esa parte. Nooo Richard es un tarado! (?) JAJA la parte del disco es una genialidad.
saklhgdsjgshglk Estúpido y sensual Stu! (?) es tan cuteee. Jajaja George y sus desenamoramientos, que par de humildes esos dos che.
Una botella caminando JAJAJAJ morí.
Ay me da mucha pena eso de los padres, es tan así la cosa! Tenés la posta che. Bueno dejo de comentar porque ajfksagjk amé este capítulo
JAJAJJAJ, SERÁ TENERTE PACIENCIA QUERIDA ANITA!!! PERO SERE FUERTEY LO HARE, NOS LEEMOS PRONTO :D
ResponderEliminarNo tienes idea de lo que me rei con este capitulo , de principio a fin no pare XD bueno igual siempre me pasa eso con tus fics y sobre todo con esta que es mi favorita ♥♥, lo del disco estuvo muyyyy epico... estuvo VRUTAL , me los imagine peleando y todo jajajajaja que bueno XD al final Mercy gano y le regalo el disco a John aunque aun sigo esperando que Ringo y ella se besen, es uno de mis mayores deseos jajajajajaj y la fiesta, que mal que Cris no fue :( pero ni modo, ahorita afloja yo se, el pobre de George sin que comer jajajajajajajaa casi se emborracha XD y John bien egolatra, mejor no lo juzgo porque soy medio igual :P que bueno que Mercy acepto quedarse con su padre , yo ya me lo suponia de todos modos, aunque me dolio un poco la reaccion de su mamá , pobresilla u.u ............. ya te habia dicho que tus fics son perfectas verdad ?? bueno ahi esta de nuevo , las amo, buena suerte con el estudio y espero con ansias tu nueva actualizacion. TQM Muchacha ojos de papel :) XD
ResponderEliminarYo no soy paciente como estas chicas :( Necesito que publiques por lo menos 1 vez por semana en este fic que es mi favorito, por mi salud mental (?) Ves? Ya te comenté dos veces! *se da la cabeza contra la lámpara como Dobby*
ResponderEliminarExijo inmediatamente una increíble recompensa por la hazaña, proeza y osadía que estoy cometiendo en estos momentos: comentarte desde el teclado táctil y minúsculo de mi teléfono móvil y, para demostrar aún más habilidades, sin poner ni una sola abreviatura y con acentos, mayúsculas y todo, para que quede bien claro y explicado. Y es que me he dicho a mí misma... "Ie, jodida, si mandas whatsapp y mensajes por el Facebook desde el trasto asqueroso este, también puedes comentar, no?" Jajaja.
ResponderEliminarVale, después ya discutiremos en privado cuál va a ser mi pago por este estoico esfuerzo, pero ahora casi mejor que te comento... XD No creo que sea necesario decirte cuánto me ha molado este capi... Y es que, si estoy haciendo la burrada que estoy haciendo de comentarte desde aquì, es porque realmente me ha encantado, porque no quería esperar a comentar Dios (o John) sabe cuándo... ;)
Ainsh, ainsh, esta Mercy y su Richard, que a la mínima que se quedan solos se ponen a discutir como dos niños pequeños por el regalo de John. Cómo reí con esa parte! :) Joder, me los imaginaba discutiendo sobre quién se quedaba al final el disco en la tienda y me partía de la risanl... Cuando no me reí tanto fue con la bromita de Rich a Mercy que acaba con el disco hecho un Cristo... Sí, yo también lo habría matado... Menos mal que el chaval reaccionó bien y ofreció una buena solución. La lástima de toda esta escena es que esta Mercy deja pasar oportunidades... No me negará nadie que el chavalín se merecía un beso de tornillo con lengua y con todo :P cuando se despide de ella... Jejeje. Bueno, por lo menos, ya no está tan decidida como estaba a olvidarlo (una decisión, que todo sea dicho de paso, yo no me podía explicar...).
La fiesta de John! Una genialidad, sin comida, pero genialidad. Como dice un amigo mío, hoy toca "todo bebido", de comer nada, a dieta a base de líquidos, no vaya a ser que nadie se deshidrate y se muera ahí... Si es que este John piensa en todos! XD Eso sí, que alguien se lo explique al pobre George, porque no le veo yo muy convencido de la falta de alimento sólido (aunque después buena castaña que se pilla el colega, con su determinación de dejarse querer por todas esas supuestas chicas que van a adorar a este encantador ser humilde donde los haya, jajaja). No, no fui a la fiesta. Normal. Porque si voy os tumbo a todos, panda de bebedores aficionados! Jajaja Naaaa, ahora en serio, mejor, mejor... Que allí hubiera parecido la madre de todos, jajaja... Aun asì... Esta fiesta me hace recordar que cierta persona ya es mayor de edad y... Ejem, ejem. Bueee... Cambiando de tema, me alegro de que Ringo haya decidido pararle los pies a la Marcia (cuyo nombre científico es "vulpes vulpes") y decirle que no. Hubiera pagado lo que fuera por ver la cara que puso cuando él le dijo que no iba a bailar con ella... lol
Ainsh... Espero que Mimi no mate a John lenta y dolorosamente si lo pilla con la castaña que lleva durmiendo en el jardín, aunque mucho me temo que la pobre ya empieza a estar curada de espanto con el sobrinito que le ha tocado en suerte... Jajaja.
Y el final, el "comunicado oficial" de Mercy a sus padres... Me gustó mucho la manera en que lo dijo y dejó las cosas claras. Triste que su madre no lo haya pillado por el sentido que tiene en realidad y que se lo haya tomado como algo personal. Espero que sólo sea la primera reacción y que lo entienda, que entienda que su hija es que es simplemente feliz en Liverpool... :S
Y nada, yo ya me despido, que me canso de estar dándole golpecitos con el dedo a una pantallita (joer, como cansa...). Enhorabuena por el capi y ve ingresando mi paga por haber hecho esto en la cuenta corriente
que ahora te daré en privado, gracias. :P
Jajajajaja xD Mercy cantando canciones de iglesia e,e xD quisiera ver eso(u)
ResponderEliminarAwww quedarse con Richard Abby es buena amiga :3 Haha
Acaso el pobre Richie no sabe que al menos con Mercy no se juega asi:s? D:
todo para que desperdiciaran un disco. PERO YO AHI VEO AMOR-.- a mi no me engañan! ><
Digo, del odio al amor solo hay un paso:)
Awww*-* me encanta como se puso serio cuando empezo a llorar Mercy, & la abrazo dulcemente(: amor amor amor.
VAMOS CARAJO! quien se puede resistir a esos ojos azules pidiendote perdon? NADIE -.- hahaha xD
John es todo un humilde haha xD
BIENVENIDOS A LA FIESTA DEL GENIAL JOHN e,e hahaha xD!
Que Marcia se joda:c ya que la atropellen o algo -.- me desespera xD
George ganandole la chica al pobre Macca... todo porque el pobrecito tiene hambre:l
Stu es un encanto *-* asdfghjsdfghjk!
Cris ya deberia de haberlo aceptado! ya es mayorcito ese Lennon:c
jajaja & aparte ladron! o como el dice >>son prestados<< hahaha xD!
El Bello & la Bestia hahahaha! Porque estos chicos tienen que ser tan modestos?e,e
HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA Como me rei cuando John dijo:
Gracias por venir a mi genial fiesta ya se que todos me admiran no es necesario que me aplaudan.'' HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA X'D
Ya cuando viene Richard ¬¬
despues de bailar con la Marcia-na.
al menos le dijo que no! & si invito a Mercy a bailar es AMOR:C estoy segura(u)
John Botella andante Lennon Gracias Gracias Muchas Gracias (Aplausos)
hahahaha xD
LO SABIA! SIEMPRE LO SUPE! se quedaria con el papa, & vamos yo se que el estaba feliz despues de saber la desicion a mi tampoco me engaña-.- solo aparenta indiferencia por orgulloso:@
La mama no se porque se pone histerica, digo... No se ve ademas que tenga una buena relacion con Mercy siempre esta de malas...
YAY:D Pidanme las credenciales :likeaboss:
perdon por comentarte tan tarde que eh andado tan atareada e,e estos dias son locos mas porque vuelvo a la escuela el lunes:c
pero no tardes en subir yo te quiero:c me vale que tengas tres historias actualizalas todas A LA MIERDA la tarea:c (okay.. lo ultimo no) pero te queremos*-* & amamos tu historia no puedes abandonarnos xD
en fin espero subas pronto*-* Te quiero chao cuidate(:
Por fin lo leo!!
ResponderEliminarSin internet todo un fin de semana en una hacienda que parecía una cueva cavernícola u_u
Me reí como loca en este capítulo! XD
Wow, creí que yo era la única idiota que se antojaba de tocar piano con los pies... Ya veo que no.
Jaja adoro cómo Mercy molesta tanto a Maccacito. Y ese Georgie es todo un mini-galán, aunque resultó borracho precoz!
Y que rico que se quedó Mercy en Liverpool!!
Mi parte favorita fue la pelea con Richard. Ese Richie es un amor! ♥ Pero a veces es insoportable y la pobre Mercy no dio para más.
Y sí, jodete por hacer tres fics tan jodidamente buenos!