01 junio 2013

Capitulo 63 Encuentros y Reencuentros

Antes que el timbre, me despertó una horrible puntada en la cabeza. Sin abrir los ojos, recordé qué había pasado, y escuché el viento agitando las ventanas. Ya no llovía, y cuando entreabrí los ojos, una luz mortecina iluminaba la escalera. Reparé en el tic tac del reloj de pared y lo miré. Las siete. No sabía si era de tarde o de mañana, pero lo mas probable era que me hubiera pasado la noche durmiendo, así que apenas amanecía. El timbre sonó otra vez y ahí me di cuenta de que había estado sonando desde antes. Me acurruqué aún más, rezongando contra aquel idiota que tan temprano molestaba, encima un día lunes.
Otro timbrazo. Me sobresalté pero seguí en la misma posición. Sentía frío, y si quería volver a dormirme tendría que levantarme a buscar una manta. Lentamente me senté, y bostezando me puse de pie. Caminé trastabillando hacia la puerta. No era que tenía intención de abrir, sólo quería ver quién era el inoportuno. Vi a un hombre, de espaldas, fumando y tiritando de frío. No fue hasta que vi que se disponía a irse, cuando lo reconocí.



-¡¡¡JOOHNNN!!! –grité corriendo, antes de tirarme sobre él.
-¡Ay la puta, qué susto! –trató de zafarse, pero yo estaba muy bien agarrada a su espalda. -¡Salí de arriba mío!
Riendo, lo solté, pero lo volví a agarrar, mientras le revolvía el pelo y le apretaba los cachetes.
-¡Johnnny volviste! ¡Qué alegría! ¡Te extrañé un montón, hermanito loco!
Por un momento dejó sus gestos de fastidio para esbozar una sonrisita..
-Y yo también te extrañé, loquita.
-¡Awww sos un amor! –otra vez me abalancé sobre él.
-¡Pará, dejá de darme besos! ¡Qué asco!
-Bueno, ¡es que estoy feliz! Ay pero....-cambié a una mirada pícara –Ay pero qué lindo se vino mi hermano...¡qué churro!
-Jeje...-dijo con una expresión autosuficiente.
-Mirá, estás todo guapote...Habrás causado estragos en Hamburgo.
-Repito: Je-je. Es una lástima que no pueda decir lo mismo de vos.
Me miré. Estaba desarreglada, despeinada, y seguro que tendría unas ojeras dignas de exposición.
-Bueno...es que no he estado tan bien como vos.
-¿Y eso? Pará, ya me vas a contar. Antes que nada, ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! Espero ser el primero en saludarte.
-¡Por supuesto! ¡Y muchas gracias! –lo abracé y él me separó enseguida, metiendo una mano en el bolsillo de su chaqueta de cuero.
-Momento –dijo rebuscando -¡Acá está! ¡Mi regalo!
Blandió un paquete rosa metalizado, que tomé con emoción.
-¿Para mí?
-No, para el perro, que hoy también cumple años. ¡Claro que es para vos!
-¡Gracias! –abrí el paquete y saqué una fina pulsera plateada, con piedritas rosas –John...¡es preciosa! ¡Gracias, me encanta! Pero...te debe haber costado cara.
-Naaa...se la robé a una prostituta. ¡Mentira! Me costó algo, pero merecía la pena. Espero que no quede grande en tu flaco brazo –me la quitó, abrió el ganchito y me la colocó.
-¡Queda perfecta! –le di un sonoro beso, que se encargó de limpiar con el dorso de la mano.
-Es una suerte que haya llegado justo para tu cumple, la verdad era que no quería llegar tarde.
-John...gracias...
-¡Y después decís que no te quiero! Bueno, espero que la lleves siempre puesta, como la cadenita que te regaló tu papá.
-Te lo aseguro, la llevaré conmigo, para recordarme a los dos hombres que siempre me cuidan.
-Y espero que algún día seamos tres....
-John –lo miré, escéptica –no agregues mas gente.
-Si vos lo decís....Bueno, ¿no pensás invitarme a pasar o querés que me siga cagando de frío acá?
-Tenés razón, pasá.
Hasta que no hice dos pasos, no me percaté de una cosa: mi casa era un desastre y hasta donde recordaba, habían quedado botellas desparramadas por todos lados. Si John veía eso se pondría furioso, y con toda la razón del mundo.
-Ehh...eh....mejor vamos a otro lado.
-¿A otro lado? –dijo frunciendo el ceño.
-Si...a...¡a la cafetería!
-Todavía está cerrado y...dale, dejate de joder, abrí la puerta, tengo frío.
-Pero podríamos...
-Mercy Ramona Wells, esa actitud me es sospechosa.
-¿Ramona?
-No me cambies de tema. ¡Ah, ya sé! No querés que entre a tu casa...¡porque estás con un tipo! –se echó a reír a carcajadas, hasta que lo reté, diciéndole que su escándalo despertaría a todos.
-¿Y entonces qué pasa? –dijo tratando de calmarse.
-Nada...nada...sólo es que...
-¿Que qué?
-Que...
-¿Qué? –dijo ya serio, demasiado serio.
-Ehh...nada.
-Basta, abrí esa puerta.
Suspirando, abrí y entré, quedándome a un costado. John entró, y miró todo. Cerró la puerta con un pie, y después de volver a mirarlo todo, clavó sus ojos en mí.
-Decime qué es todo esto.
Tragué saliva, y cuando iba a contestarle, él prosiguió.
-No me digas nada, a la vista está. Y lo peor es que no me estoy imaginando que estuviste de fiesta.
-Y hacés bien en no imaginarlo...
Se pasó la mano por el pelo, suspirando y mirando todo otra vez.
-¿Cuántas veces te lo dije?
-Muchas.
-¿Y porqué lo hacés?
-No sé...Yo...me sentía sola...¡Pero ahora ya no, porque volviste!
-Está mal Mercy, esto está muy mal.
-Lo sé.
-Y también está mal que dependas de una persona.
-Es que no solo te extrañaba a vos, extrañaba a todos, a muchas cosas y...
-Ya, me lo imagino. Pero está mal. Te vas a cagar la vida Wells, es la segunda vez que te veo así. Y seguro que mientras no estuve esto se repitió.
No contesté, solo traté de que los ojos no se me inundaran de lágrimas.
-No, no, llorando no se solucionada nada. Vení. –me atrajo hacia él y me abrazó. Hacía mucho que nadie lo hacía y me hizo sentir bien.
-Gracias –fue lo único que le pude decir.
-Tranquila. Prometeme que no lo harás más.
-Te lo prometo.
-No, no, con seriedad y compromiso.
-Si estoy seria, no me río, tonto –no pude evitar una risita.
-¡Ah, te reíste! No, en serio, prometemelo.
-Está bien –me separé y lo miré a los ojos. –Te lo prometo.
-Igual ya tendrás una cirrosis puta
Reí y le hice ademán para que me siguiera hasta la cocina.
-¿Te tomaste una botella de vodka? –dijo levantando una del suelo.
-Esa botella estaba empezada, y casi no tenía nada.
-No sé cómo haré para creerte...Ey, haceme un té bien cliente. Te diría que vayamos a Strawberry, pero hace un frío....Clima de mierda.
Puse a calentar agua mientras él se sentaba en una silla.
-¿Cuándo llegaste?
-Recién. ¿Ves? Lo primero que hice fue visitarte, eso para que no digas que soy un hermano malo.
-¿Cómo te portaste en Hamburgo?
-Iba a decirte que muy mal, pero viendo cómo te has portado vos, te diré que fui un angelito y que en mis ratos libres era monaguillo en una iglesia.
Solté una carcajada y él se puso de pie, para volver a sentarse pero esta vez sobre la mesada, a mi lado, mientras preparaba el té.
-¿Qué? ¿Me lo vas a negar? Anduviste con ese buitre.
-¡Ay, no me hagas acordar!
-Bueno, es la verdad. Anduviste con el coso ese, te echaron a patadas de la universidad, te encuentro en plena resaca...Decime qué pasó.
-Bien, pero es muy largo.
-Tengo todo el día hasta que Mimi descubra que ya llegué.



La charla con John se había extendido hasta el mediodía. Sentía una especie de liberación, le había contado todo lo que me había pasado y lo que había sentido y lo que había pasado por mi cabeza en todos sus días de ausencia, con lujo de detalles. Él hizo lo mismo. Sabía que conmigo no necesitaba reparos,  podía contarme hasta su peor y mas degenerada travesura, que yo lo escucharía y solo lo regañaría, pero le guardaría el secreto y no lo andaría acusando. Bien, se había portado como un cerdo, pero lo bueno era que me lo contaba.
Cuando terminamos nuestras confesiones, me ayudó a acomodar un poco el desastre de mi casa y se cruzó a saludar a Mimi. Ella nos invitó a almorzar, para celebrar mi cumpleaños.
Mientras comíamos, Mimi reía. Sí, se reía  y eso era raro, pero lo hacía porque ambos comíamos como primates, se notaba que habíamos pasado hambre.
-No merecen comer tanto, ambos se han portado mal.
-Ey, yo me porté bien –dijo John con la boca llena, guiñándome un ojo.
-Como si no te conociera...Ay por favor, comé con la boca cerrada, ¿dónde están los modales que te enseñé? Los has perdido todos.
John rió mientras Mimi me servía mas.
-¿Vas a hacer alguna fiesta? –me preguntó.
-Cris me invitó esta noche a tomar algo. La verdad es que muchas ganas no tengo.
-Tonterías. Cumplís 20, no 80. Tendrías que festejarlo. John te puede ayudar a organizar algo.
-¿Yo? Mimi recién llego, no tengo ganas de organizar fiestitas.
-No se preocupen, estaré bien. Sólo es que...no quiero festejar y eso.


John se fue a la casa de Paul y luego de ayudar a Mimi a lavar los platos, yo volví a la mía. Mi madre me llamó y charlamos largo rato, y luego llegó Abby. Se enteró por mí que Paul ya estaba de regreso en Liverpool.
Pronto se hizo de noche y simplemente me cambié para ir hasta la cafetería. Al contrario de otras veces, puteaba porque me había abrigado de más, y tenía calor, ya no había viento y poco a poco el frío repentino se iba yendo para dejar tranquilo al verano, como correspondía.
Llegué  a la cafetería, que ya estaba cerrada para todos...menos para mí. Jejeje.
Entré con una sonrisita traviesa.
-¡BUUUUU!
-¡Ay, la conciencia tuya, Wells! ¡Me vas a matar a sustos! –gritó Cris –Ah, feliz cumpleaños.
-Gracias....-dije sentándome en una de las mesas –Vamos, traeme una cerveza.
-No, no –de la cocina, apareció John.
-¿Qué estás haciendo acá?
-Es tu cumple, vine.
-Pero yo no te invité.
-No te vengas a hacer la exquisita, que bien sé que me extrañaste –se sentó frente a mí, con una amplia sonrisa.
-Me alegro de que estés acá –le dije con sinceridad.
-Nada de alcohol.
-Pero John...
-¿Qué me prometiste esta mañana?
-Pero..sólo una cerveza.
-NA-DA. Cris, a la cumpleañera traele un jugo. El más feo que tengas.
-¡No, Cris, el jugo multifruta no!
De nada sirvió que protestara, sólo me dieron eso, un vaso de multifruta, el jugo mas marginal de todos.
-¡Hola bestia! –George también salió de la cocina, junto a Paul. Venían comiendo papitas.
-¡Chicos! ¡Qué gusto verlos! –me puse de pie para abrazarlos –Los extrañé un montón...
-¿A mí también?
-Sí, a vos también McCartney, aunque no puedas creerlo.
-Bueno, feliz cumpleaños –Paul me extendió un papel, que tomé extrañada. Era una entrada.
-¿Una entrada? ¿A The Cavern?
-Sí, pero fijate quiénes tocan –señaló George.
-The...¡Ustedes! ¡Ay, me muero!
John largó una carcajada pero no se salvó del abrazo que le di, al igual que  George y Paul.
-Es genial chicos, tocarán ahí, y los veré, y...
-Pará, pará –dijo George –aún falta otra cosa. Volveremos a Alemania.
-Uhh....
-¡Pero grabaremos un disco!
-¿Qué? ¿En serio?
-Pará Paul, la vas  a hacer morir de un ataque –dijo John –Grabaremos sí, pero como acompañantes de un tipo.
-¿Y con eso qué?  ¡Por algo se empieza!
La algarabía se cortó cuando vi a Abby. Y cuando vi que ella veía a Paul. Le abrí a puerta.
-No voy a entrar –fue lo primero que me dijo.
-Abby, es mi cumpleaños. Entrá.
-Pero....
-Que entres, carajo. No pasará nada.
Entró temblando, con una torta en las manos. Hizo un saludo general, pero evitó el contacto visual con Paul. Bien, la noche tendría su tensión.
Enseguida llegó Juliet, que no tardó en pegarse a George, y así estuvieron todos acaramelados, siendo la envidia de....la mayoría, vamos. También llegaron los dos Pete, Ivan, sus novias, y otros vagos.
Pronto sacaron las guitarras y se armó la cantada, a la que me sumé, con muchos regaños de George, que decía que ya me había olvidado de “sus enseñanzas”. Igualmente, prometió volver a darme clases.
Aunque no hacía ni un día que John estaba de regreso, no había podido evitar hacer una de las suyas. El muy tonto no había tenido mejor idea que...invitar a Richard. Y Starkey hizo gala de su caradurez apersonándose ahí, en MI fiesta.
-Ah no, yo a este pibe lo mato –dije ni bien lo vi por la puerta.
-Pará, pará –Cris me tironeó de un brazo, pero no fue en vano.
Abrí la puerta, y lo miré de arriba  a abajo, sin poder evitar un estremecimiento.
-Hola, John me invitó....
-Me imaginé.  Y vos, viniste.
-Es tu cumpleaños.
-¿Y con eso?
-Vine a saludarte.
-Qué bien.  Gracias, ya te podés ir.
-Mirá Mercy, sinceramente no entiendo qué carajo te pasa.
-Epa...¿Vinimos enojaditos o qué?
-¡Hola petiso! –gritó John, ajeno a lo que estaba pasando –Entrá.
-John, es mi fiesta.
-Pero te la organicé yo.
-¡No mientas! ¡La organizó Cris!
-Es lo mismo.
-No es lo mis...
Ya, ¿para qué seguir hablándole? Richard ya estaba adentro y John parecía a gusto con todo aquello. Sería cuestión de aguantar.
Mientras todos tomaban, charlaban, comían, o cantaban, miré a Richard. De nada me servía hacerme la cascarrabias con él, si cuando lo veía me derretía por dentro. Suspiré, resignada ante mi destino, pero no pude evitar sentir cierta emoción al ver que, entre todos esos anillos que llevaba, estaba el que había regalado yo. Miré el mío, era lo único que compartíamos.
Todos nos quedamos en silencio cuando vimos que Abby y Paul salían a la calle. Por la vidriera vimos que hablaban. Quizás se reconciliaran, o se pelearan aún mas, pero por lo menos estaban hablando. Era una buena señal.
Volvimos a la jarana hasta que George, que ya se había pasado de copas, no tuvo mejor idea que preguntarme, a voz en cuello:
-¿Tu novio no vino?
Otro silencio, hasta que John le pegó en el estómago.
-Auch, qué bruto –se quejó George.
-No le pegues, pobrecito –Juliet lo consoló con un beso.
-Bueno, hace preguntas estúpidas.
-Vos me dijiste una vez que Mercy tenía novio. O que había tenido.
-A eso no se le puede llamar novio –dije mirando asqueada mi vaso –Y además fue hace mucho.
De reojo miré a Richard, que parecía pensativo. Pete Shotton se apareció con la torta con veinte velitas encendidas y todos comenzaron  a cantar. Desde la calle entraron Abby y Paul, con mirarlos no pude descifrar nada, pero iban muy serios.
-Acordate de los tres deseos –dijo Ivan.
Asentí con una sonrisa hasta que soplé, ayudada por todos porque me era imposible apagar todo eso con mi pobre capacidad pulmonar.
De inmediato comenzaron  a comer, como si nunca hubieran probado una torta. Luego, poco a poco se fueron yendo. Richard se acercó a mí, era de los últimos que habían quedado. Yo juntaba los vasos desperdigados, para lavarlos.
-Mercy, yo...
-Tranquilo, no pasa nada –lo interrumpí , tratando de esbozar una sonrisa –Perdoname, me he comportado como una loca...la culpa no es tuya.
-Bueno, yo te hablé re mal cuando llegué, eso no se hace. Perdón.
-Estás perdonado.
-Si tan sólo supiera qué te hice, podría...
-Ya, tranquilo –volví a sonreírle –No pasa nada. Y me alegro que hayas venido, me sirvió para darme cuenta que no tiene sentido qué te trate así. Está todo bien.
-Esperá, no entiendo...
-No hay nada para entender, de verdad, está todo perfecto, volvemos a ser amigos como siempre.
-Pero...si me explicaras bien qué te he hecho...No sé, mañana podría ir a tu casa y me contás todo.
-Ya te digo, no hay mucho para explicar, y es mejor que no sepas nada. Dejá, yo me entiendo.
-Bueno...como digas –sonrió, poco convencido.
-Veo que llevás el anillo que te regalé.
-No me lo saco nunca, ¡es muy efectivo, eh!
-Sí, por eso me encantan.
-Bueno, me tengo que ir. Espero que la hayas pasado bien, a pesar de mí.
-No deas tonto, ya te dije que está todo bien. Gracias.
Sonrió de vuelta y se fue caminando lento. Suspirando, volví a juntar vasos. Era una mierda lo que había hecho, pero me sentía en paz.




Pocos días habían pasado desde mi cumple, y la verdad era que me sentía bastante bien. Mi depresión se había ido, o eso parecía. Me sentía con ganas de hacer cosas y me la pasaba cantando todo el día. Igualmente, no podía dejar de pensar en “mi Richie”. Sí, había pasado del amor al odio y del odio al amor. Cuánto duraría, no lo sabía. Lo cierto era que me contentaba sólo con imaginarme con él, independientemente de la realidad, que me mostraba con golpes que nunca sería para mí. Pero ya no me importaba. Eso, ceo, era un rasgo mas de madurez que había adquirido, o aprendido.
-Hola, estás atendiendo una cafetería, dejá de pensar en cabras.
Reí por la interrupción de Cris.
-¡No estaba pensando en cabras!
-Bueno, seguro pensarías en “Ay, ¿cuántas cabritas tendré en mi casa cuando me case con Richard?” –imitó mi tono de voz y se ganó un golpe con el repasador -¡No le pegues a tu jefa!
-No hagas enojar  a tu empelada entonces. Te voy a denunciar al sindicato.
Seguimos riendo hasta que reparé en los dos clientes que estaban entrando. No pude reprimir un grito.
-¡Stuuuu!
Se echó a reír, mientras Cris y yo lo saludábamos. Después, ambas miramos a la chica que estaba tomada de la mano de él. Una rubia, alta, que nos miraba con algo de...desconcierto.
-Chicas, ella es Astrid.





*****************
Y hacen su reaparición estelarrrr: las cabras!!!! 
Perdón por molestar tanto con ese animal, pero es que está en mi top four de animales: gatos, gallos, cabras y cóndores jajajaja
Bueno, nota para Juli: el anillo ese tenés que buscarlo en ferias hippies, o en encuentros de motoqueros (al mio lo compré ahi) y si no te vas a San Luis, ahi venden XD. De última, buscás una gitana que te lo venda jajaj
Y chicas, a ver...el capitulo anterior las identificó? Bueno, vayan a a un psicólogo, eso es malo jajjaa
Me despido con un beso a todas, cuidense!

7 comentarios:

  1. Escenario: Av. Corrientes, viernes 3 am. Reunión de motoqueros.
    Juli: Hooola (Léase con voz de Moni Argento)
    Motoqueros se miran entre sí.
    Juli: Miren, les comento un poco...
    Uno se acomoda la campera de cuero y se apaga el cigarrillo en la lengua.
    Juli: Yo andaba buscando unos anillitos del humor ¿no tendrán ustedes por casualidad?
    Uno pisa el acelerador de la moto, y hace ruido con el caño de escape. Otro escupe.
    Juli: Esos que cambian de color... ¿vieron? ¿No?
    Miradas inmutables, otro vuelve a escupir.
    Juli: ¿No? Bueno, otra vez será. Gracias chicoos.

    Fin.

    Eso sería básicamente mi búsqueda de anillos del humor por toda la ciudad de Buenos Aires jaja Después voy a ir a una feria hippie que hay un montón por acá y si consigo te aviso!

    Ahora si, al capítulo. Ese ¡Bestia! cuando entraron George y Paul a la cafetería me hizo acordar de repente por qué me gusta tantísimo este fic. Ay, que lindo que hayan vuelto. Más lindos. Amoor y cabras para todo el mundo. Este Richard... pobresito, es medio boludo. Igual para mi que se dio cuenta por qué Mercy estaba así y se hace el tarado. O por lo menos espera a que ella se lo diga. Ayyyy John!! Que bueno que haya vuelto, así le pone los puntos un poco a Mecy con esto del alcohol jaja Quiero ver como le cae Astrid a las desquiciadas de Liverpool (entiéndase por Mercy, Cris, Abby y el resto). dkjaghdskj Stuuu. Que lindo capítulo.

    ResponderEliminar
  2. JAJAJAJA SABIA QUE IBAS A DECIR ESO! Neh, no eres la primera que me lo dice, pero un psicólogo es lo último que me apetece en mi lista.

    JOHN VOLVIÓ! Y ANDA SOLO! Pará, tiene que tener novia, ME OFREZCO! Así sea un affair? es tan lindo :3 tan responsable con Mercy :3 todo tiernito :3 Y GUAPO! Grrr.

    Del amor al odio y del odio al amor, siempre pasa y ambos deben estar juntos a como de lugar. Así ella tenga que amarrarlo por una semana en su casa y emborracharlo con restos de vodka, tiene que tenerlo!
    Y sha, eso es todo, me encantó el capítulo.
    Escribe pronto, eh?
    Y aquí te dejo, con mi comentario que tiene pobres vestigios de acento argentino - influencia de cierta persona- y con mis amigas viendome raro por hablar así.
    Bye!

    ResponderEliminar
  3. María, love. Tengo depresión. Pero depresión de verdad, de esa que te corroe el alma y te hace caer a lo más hondo del abismo sin que tú seas consciente de que lo estás haciendo. Oh, desgracia! No hay extensión más grande que mi herida y lloro mi desventura y sus conjuntos! (desde aquí pido perdón a los herederos de Miguel Hernández por estar usando su Elegía impunemente). Pero es que… Es que… Es que… QUE HE INICIADO ESTE COMENTARIO TRES VECES Y NO TENGO INSPIRACIÓN!!!! Oh, musa flashera, huíste de mí, como alma que lleva el diablo, y me dejaste aquí, sola ante mi teclado, con un puñado de buenas intenciones y sin ser capaz de unir tres palabras con sentido! Me las pagarás, zorrona. Yo sólo advierto que tengo una mala leche que la hostia y esto a mí no se me hace, NO SE ME HACE! Jum!
    Y mientras lloro porque quiero escribirte un comentario rebonito y no voy a poder, voy a hacer de tripas corazón (no es por nada, pero esta expresión siempre me ha dado un poco de asco, tan referente a las vísceras y todo eso… Puaj, puaj, puaj) y empezar a escribir, sin más, y que sea lo que el Pozí quiera… Buaaaaahhhh!!!!!!! https://www.youtube.com/watch?v=8Lp8sQg7fSU (así estoy yo ahora, pero un poquito más blanquita, jajajaja)
    Si tuviera que resumir este capítulo atendiendo a mis sensaciones, lo resumiría así: éste es el capi en el que Cris ha consumido muchos paquetes de pañuelos de papel. Primero, porque lo leyó y se emocionó y se le saltaron las lágrimas cuando leyó la primera parte del capi (de veras que sí, me dio emoción y lloré –y no, la culpa no es del queso de la pizza que cené, la “culpa” es tuya que lo escribiste tan bonito que… que… Cris llora como una magdalena.-) y segundo, porque estoy como el de arriba porque no sabía qué comentario flashero ponerte y me desespero. Vale, ya, paro ya de decir pavadas, que me vas a envíar a la China XD
    Pues como te iba diciendo y te lo dije ayer nada más lo leí, que me encantó el reencuentro! Que justo cuando Mercy está hecha un trapo, John vuelva, es algo genial y emocionante a la vez. Awwwww! Cualquiera no se echa encima de mi niño cuando lo ve aparecer por allí (en estos momentos acaba de ocurrir un fenómeno muy curioso: las lágrimas se han convertido en babas, jajajaja). En serio, me pareció una escena muy muy bonita, sobre todo cuando le dice eso de que esperaba llegar para su cumple y ser el primero en felicitarla y le da el regalo y… Leñe! Que ha sido todo muy bonito! Que lloro de nuevo! :’) Sí, la respuesta es sí: se puede llorar y babear al mismo tiempo, jajajajajaja. Ainsh, espera, que me limpie un poco la cara que estoy hecha un poema y sigo…

    ResponderEliminar
  4. Ay, sí, ahora mejor... Pues que sí, que muy bonito todo. Bueno, todo no. Todo no porque a Mercy le han tenido que poner los puntos sobre las íes por su jodida afición a encararse a la botella en los momentos chungos. Aún así, la manera en la que lo ha hecho John me ha matado de ternura. No se ha puesto hecho una furia, aunque sí se ha disgustado y le ha dicho la verdad sin ponerse a los gritos ni nada de eso (seamos sinceros, cómo se va a poner a los gritos John con su hermana pequeña? No puede, jejeje). Y creo, sinceramente, que esa manera de decir las cosas puede incluso puede surtir más efecto en Mercy que la otra… ;) Por cierto, John y sus estragos alemanes… Me da risa y a la vez ganas de perseguirle con una escoba para partírsela en la cabeza, aunque creo que de muy lejos me quedaré riendo pensando en las barbaridades que habrá hecho por allí y no sólo en el terreno sexual, jajajajajajaja.
    Mimi. Mimi normal que se ría. Al final ya la pobre mujer qué podía hacer? Pues reírse con el sobrino que le había tocado en suerte, porque vamos, otra cosa ya… XD Pero que sí, que es cierto y me gusta cómo lo has puesto, porque John al final siempre se ganaba a Mimi con cuatro payasadas suyas y a la buena mujer, aunque no podía parar de refunfuñar por lo bajo, se le pasaba el cabreo propiamente dicho. Y si encima, aparte del sobrino, le va Mercy a hacer el bárbaro con su comida… XD Al menos, que se coman su comida así es buena señal: señal de que cocina bien, jajaja.
    Y ahora, adónde nos vamos? Pues de cumpleaños! Tomaaa! Jajajaa. Y Mercy que quería un cumple tranquilito… Pues… No. Y por qué? Porque de un cumpleaños en el que sólo iba a haber 3 personas y ella, pues ha pasado a haber algunas más por la llegada de los chicos! VAMOSSSSSS! Ainsh, este John, invitando a todo quisqui, incluido a… Richard. Naaaa, sabes qué? ME PARECE UNA EXCELENTE IDEA PESE A QUE MERCY OPINE LO CONTRARIO! Y ves? Lo he pensado nada más he leído que aparecía por allí y después, la lectura me ha dado la razón. Bieeeennnn! La aparición de Richard al menos ha servido para aclarar un poco las cosas y para que, bueno, que Mercy no esté a malas con él (aunque en el fondo se merece que esté a malas hasta que no le dé una patada a quien se la debe dar), pero en fin, oye, que mejor a buenas que a malas, así después pues como ya estamos a buenas, las cosas cuestan menos… (supongo que ya sabes a lo que me refiero… ejem, ejem, ejem). Volviendo a lo demás, que sí, que bonita fiesta. Yo me imagino ahí a todos, comiendo tarta como locos, excepto George y Juli, que aparte de comer tarta se comen entre ellos practicando una especie de dulce canibalismo… Sí. Normal que la mayoría los miren con envidia. NORMAL. Creo que todos los que están allí (quitando los casos de Ivan, Pete y “los otros vagos” que van ya con la novia) tienen ganas de hacer lo mismo… Y lo peor es que TODOS tienen a la persona con la que quieren practicar ese canibalismo prácticamente al lado… Ainsh, la naturaleza humana! Cuán extraña es! XD
    Y bueno, que el final, me mató! Astrid! Astrid ha llegado! Ya tengo ganas de ver cómo se las pasará por Liverpool y todo eso! Nuestro Stu se ha hecho mayor y ha sentado la cabeza! Jajajajaja.
    En fin, nena, que por mí ya creo que nada más, que casi que mejor que me voy a seguir babeallorando (nuevo verbo surgido a raíz de la lectura de tus capis) en la intimidad. Ah, bueno, sí, un par de cosas antes de irme, que no se me olviden:
    1).No pegues a tu jefa.
    2).Deja de pensar en cabras, Wells!!!!!!! (aún me río cuando pienso en las cabras del otro día, jajajajajajaja)
    Y ahora sí que sí… Adiós, guapaaaaaaaaaa! Muaaaaaaaaaaaaaaak de your far away friend! (otra putada que nos gasta la Fortuna… en fin). Besos! :D

    ResponderEliminar
  5. Mercy, Mercy, te mató uyyyyyyyyyy no no no, jajajjajajaj ni te entiendo..... respirare, me calmare y esperare el próximo capitulo............
    :)

    ResponderEliminar
  6. Holaaaaa, María, me llamo Frida, y bueno, dirás, ¿y a mi que jodidos me importa? Jajajaja, bueno, sólo quiero decirte que leí tu fic completo en 3 días! Realmente no tenía nada que hacer, más que algunas tareillas de la escuela, pero no importa, jajaja. No tengo ni idea donde lo encontre tu fic, sólo se que llegué por aquí, lo ame y listo! Quiero decir que apartir de aquí, ya leere como todas, caítulo por capítuloxD, aspi que sube rápido, bromaaas, jajaja eres muy buena escribiendo de verdad, y además ni te conosco y ya me caes re-bien. Bueno, ya, me voy despidiendo, adiosin:p, saludos desde Méxicooo!

    pd.Me haré un blog para comentarte como Dios manda, porque por ahora no tengo, jaja nuevamente, saludoooos!

    ResponderEliminar
  7. Capi reeeeee lindo, sorry x comentar tantarde, pero esq nose!-
    Ok creeo que desde que mencionaste los famosos anillos del humor todas queremos uno-jeje- YYYYY bueno yo ya tengo uno, Juli, yo lo compré en el catalogo de productos Avon, pero eso es d acá de colombia, Sin embargo una amiga de por acá me dice que ella consiguió uno en una joyería barata-okno- pero bueno no te rindas!
    Seeeee... hay veces todas andamos re depre Pero ese no es el tema...
    El tema es el cap!

    Capitulo segun Valentina, una Colombiana con acento de a ratos argentino por la influencia de una tal María Luján.
    Me pareció re tierno el 1er momento, cuando el tierno de john aparece y le regala esa manillita! he is so sweet! Un hombre digno de Mary debo decirte Luján asi que...
    2do momento:son re tiernos! Mercy necesitaba de john y... esa maldita influencia alcoholica que tiene en sus momentos deprimidos pero alto! un momento! LLEGO EL HEROE SUPER JW! EL HEROE SUPER JW! entienden John Winston? -_- _-_
    Ok no (maldito profesor de matemáticas que anda con su profesor super a)
    3er momento almuerzo en la casa de mimi... enserio yo me los imaginéy mimi está en todo su derecho de reirse, cuando me los imaginé solté una carcajada que quede asombrada de mi misma.
    OK creo qde meestá alargando el comm.
    Ultimos momentos: Richard entra y Mercy resistiendosele... PERO ÉSTE STARKEY PARECE ESTÚPIDO DESPUES DE LO ULTIMO QUE LE DIJO MERCY DE ANDATE CON TUN NOVIECITA VIENE A A PARECERSE EN LA FIESTA!
    ok y quiero conocer ya a Astrid ! me los imagino que linda pareja hacen! ok bye mas vale un comentario largo que uno corto! es ovio..

    ResponderEliminar