03 diciembre 2013

Capitulo 72 Alejandría



-Te estoy mirando, guacha. Te estoy mirando y no vas a poder conmigo.
-Aparte de borracha, loca.
John pasó por detrás mío y sacó del mueble la botella que yo miraba fijamente y a la que le hablaba.
-Estaba haciendo terapia.
-Terapia de shock es lo que necesitás. Esta botella se va conmigo.
-¡Pero es whiskey y del bueno! Aunque sea dejamela para que adorne el mueble, la botella es vistosa.
-No. Y no se discute más.
-Pero…
-Basta Mercy Wells. Mañana es la inauguración, tenés que estar sobria.
-Es que estoy nerviosa por eso, y el cuerpo me pide alcohol, pero estoy resistiendo mirando la botella. Lo leí en un libro, hay que mirar a la botella y putearla como si fuera una persona que nos ha hecho mucho daño. Te sacás las ganas de tomar insultando a todo.
-Hermosa terapia, pero será otro día. Andá a dormir, que mañana temprano llegan tus viejos.
-No son mis viejos.
-Bueno, tu vieja y el marido. Chau, y tranquila. –me dio un beso en la frente y se fue con la botella bajo el brazo.
Subí a la habitación y me senté en a cama. Todo estaba iluminado con la fuerza de la enorme luna llena que había esa noche. Suspiré y me mordí las uñas: nunca antes había sentido tantos nervios. Al día siguiente, comenzaría a dibujarme el futuro, un futuro en el cual no sabía si iba a tenr éxito. Podía salir todo perfecto y en poco tiempo vivir sin preocupaciones, o podía salir todo mal  en dos meses estar endeudada hasta la manija. Pero lo que mas nerviosa me ponía, era que al fin sería independiente. Lo era, sí, pero ahora me haría cargo de absolutamente todo, mis aciertos y mis errores correrían por mi cuenta. Y ese proyecto seria como un hijo para mí, por lo tanto, me sentía como si fuera a parir, nerviosa y asustada.
Me acosté sin desvestirme, total, no dormiría, sólo esperaría a que el domingo llegara y con él, mi nueva vida. Era curioso: había nacido un domingo, los detestaba, y ahora todo volvería a empezar, un domingo.



El timbre sonó, fuerte y seco, sacándome de la ensoñación en la que había entrado. Lejos de sentirme cansada por apenas cerrar los ojos en toda la noche, me levanté de un salto, ajustándome los pantalones y corriendo escalera abajo. Seguramente serían mi madre y Harry.
Sin embargo, cuando abrí la puerta, me llevé una grata sorpresa: una luz me encandiló e inmediatamente escuché la risa de Abby, que cámara en mano se abalanzó sobre mí.
-¡Amiga!
-Eh…Abby…me estás…ahogando…
-¡Ay, bueno! ¿Ese recibimiento me das?
Solté una carcajada  y le di un beso en cada mejilla.
-¿Mejor así?
-Podrías haberme baboseado menos…
-¿Se puede saber qué estás haciendo acá?
-¿Cómo que qué hago? ¡Vengo para asistir  a una importante inauguración! A ver la propietaria –sacó otra foto y siguió riendo –Ojalá esta foto vaya a la tapa del diario, porque te ves hermosa con  esos pelos parados y esas ojeras. Ah, perdón por la hora, pero recién bajé del tren.
En ese momento, me percaté de que eran las siete y media de la mañana. En otras circunstancias, la habría sacado  a patadas, pero ese día era muy especial, agradecía su visita, y ella contagiaba un entusiasmo difícil de evadir.
-¿Ya tenés todo listo? –preguntó mientras se adueñaba de mi cocina y ponía agua a calentar. –Te haré un té, parece que no dormiste. Nerviosa, ¿no?
-Pará de hablar un poco –reí.
-Bueno, es que en Londres estoy sola, hablo con mis compañeros, pero en casa estoy sola y no salgo nunca. Ya me parezco a esas viejas que no tienen con quién hablar y cuando agarran a alguien le dicen todo junto.
-A lo mejor es eso, estás vieja.
-Ay Wells, Wells…al final, ¿tenés todo listo o no?
-Claro. Ayer a la tarde ya estaba todo a punto.
-¿Y el nombre?
-Sorpresa.
-¡Pero Mercy!
-Ay, faltan pocas horas, tratá de aguantar.
De mala gana asintió y se sentó frente a mí, esperando que el agua hirviera.
-¿Y vos? ¿Qué tal? –pregunté al verla pensativa.
-Bien, no me puedo quejar. Buen dinero y todos los días aprendo algo nuevo.
-Genial.
-Extraño mucho, eso sí, ya te dije que me siento un poco sola.
-¿Y Paul?
-Ya empezamos con eso…
-Es que es una pregunta obligada.
-Nada, no pasa nada. Meses que no tengo contacto con él.
-Pero hoy lo vas a ver.
-Y…sí.
-A lo mejor se reconcilian y…¡hola hotel!
-¡Mercy!
-Donde hubo fueegooo, cenizas quedaaan, y entre nosotros hubo una hogueraaaaaa
-Pero cállate de una vez, querés. Mirá que tengo una pava de agua caliente en la mano.
Reí tontamente y le saqué la lengua. Era bueno tenerla al lado otra vez, y algo me decía que sus enojos con Paul pronto terminarían.




Me rasqué la cabeza, tratando de entender en qué lugar de las maletas mi madre había traído toda esa cantidad de comida que había puesto sobre la mesa. Según ella, mi inutilidad en la cocina hacía que comiera mal, por lo tanto era necesario engordarme y para eso todas esas tartas, tortas, panes, arrollados, fideos y demás cosas que salían casi mágicamente del equipaje.
-Pero…¿no será mucho? –me aventuré a decir, aunque sabía que me mandaría al diablo.
-Nunca es mucho cuando de comida se trata, y mas si es para mi hija. Vamos, comé algo.
Miré a Harry, que se encogió de hombros, esbozando una sonrisa.
-Si querés puedo peinarte, ya que tenés el pelo tan largo, podría hacerte…-mi madre tomaba mi pelo y lo enroscaba sobre mi cabeza.
-Mamá, por favor, dejame a mí.
-Pero…
-Pero nada. Es mi inauguración, es mi peinado.
-Ay, como quieras. Pero comé.
Reí y tomé un trozo de tarta, su especialidad. Harry, que había salido a fumar, volvió apurado.
-Un chico te busca.
Sin querer, sonreí. Mi mente tonta imaginaba cualquier cosa, quizás era quien yo esperaba que fuera, pero no, era Jonathan. Mi decepción se hizo patente en mi cara.
-Ya sé que no soy tu príncipe azul, pero podrías disimular. ¿Qué tal está mi jefa?
-Nerviosa. La verdad es que ni puedo…-no continué, Jonathan ya no me escuchaba, estaba muy ocupado metiendo la mano en todas las fuentes y fuentecitas que le ofrecía mi madre.
-Mi mamá irá. –dijo con la boca llena-Está mejor y le viene bien salir. Además el día está hermoso.
Y tenía razón. El día no podía ser mejor, no había rastros ni de viento, ni de nubes, y extrañamente, el sol brillaba en un cielo límpido.


-Para mí que tendrías que atarte un moño. Mirá, esta cinta roja te quedaría bien.
-No, no, suelto es mejor, a lo sumo con una flor en el costado.
Miré a  mi madre y a Jonathan, ambos sostenían mechones de mi pelo e inventaban cosas con él. Si había algo que detestaba, era que intentaran peinarme.
-Me siento mal –dije apenas, contemplando mi palidez en el espejo del tocador.
-Ni que te fueras a casar.
-Callate sino querés que te despida antes de que abra el negocio.
-Yo opino –insistía mi madre- en que el cabello recogido le irá mejor.
-No, opino que mejor será suelto.
-Y yo opino que mejor se vayan.
Callaron y miraron a Cris, ofendidos.
-Cris…-dije temiendo que terminaran peleándose entre todos.
Sin embargo, mi madre y Jonathan asintieron y salieron de mi habitación, sin decir ni una palabra, con cara de dignos.
Suspiré aliviada y volví a mirarme en el espejo. Me moría de preocupación y además, tenia la sensación de que pronto me largaría a llorar como una nena. Cris me puso las manos en los hombros.
-Tranquila, todo saldrá bien.
-¿Y sino?
-Siempre pesimista. Saldrá bien y punto. Bueno, no sé porqué te digo esto, yo estaba igual que vos.
-De vedad me siento como si me fuera a casar. Quizás esto sea peor, lo tengo que hacer sola.
-Seguramente debe ser peor, y sé cómo te sentís. Pero basta, a salir y ponerle el pecho a las balas.
Le sonreí mirándola por el espejo e inmediatamente los colores volvieron a mi cara. Había llegado la hora.



La calle de la librería estaba repleta de gente que caminaba de aquí para allá. Unos trataban, en vano, de mirar hacia dentro de la librería, otros simplemente charlaban. Jonathan no paraba de acomodarse la corbata y mirar que sus zapatos siguieran tan perfectamente lustrados como cuando se los había puesto.
-¿De verdad estoy bien?
-Sí.
-¿La camisa? ¿Tiene arrugas?
-No.
-¿El saco me queda bien?
-Sí.
-¿Hubiera sido mejor otra corbata?
-No.
Por suerte dejó de preguntar cuando vio a su madre. Sonreí al verlo feliz de que su madre estuviera allí. Estaba muy enferma, pero se la veía alegre, acomodando la ropa de su hijo y felicitándolo. En ese momento me convencí a mí misma de que las cosas saldrían bien: gracias a mi locura, estaba haciendo felices a dos personas. Eso valía, ¿no?

Miré hacia arriba. El cartel con el nombre estaba tapado con dos sábanas viejas que había cosido.
-Ay señorita, tanto trabajo para colgar ese trapo, y ahora lo sacarán.
Miré al letrista, él también estaba allí, aparte de las letras se había ocupado de varias cosas más, y para qué mentir, me había encariñado con él y sus constantes “señorita”.
-Bien, creo que es momento. –saqué las llaves de mi bolsillo y me acerqué a la puerta. Jonathan vino corriendo hasta mí. Con una mirada trató de tranquilizarme.
Suspiré y giré la llave. Abrí y encendí las luces, todo estaba perfectamente acomodado, todo estaba listo.
Me paré frente  a la gente y forcé una sonrisa llena de nervios.
-Bien, ante todo buenas tardes. Muchas gracias por estar aquí, realmente no saben lo que significa para mí ver a tanta gente querida dándome su apoyo, y también  a tanta gente que no conozco pero que se ha interesado en llegar hasta aquí. Quiero agradecer a mi madre por ser mi madre, y por haber hecho que yo llegara hasta aquí; a Harry por su apoyo a las dos; a John, mi hermano, por estar siempre a mi lado; a Paul, George y Juliet, mis amigos adorados; a Abby por volver sólo para ver esto; a Cris que me enseñó con su ejemplo cómo ponerse la responsabilidad sobre la espalda, tranquila que seguirás siendo mi jefa; y en especial…en especial a dos personas que estoy segura que les hubiera encantado estar aquí. Papá, Stu….esto se lo dedico a ustedes.-miré apenas hacia el cielo azul que alegraba el día y sonreí, tratando de ocultar unas lágrimas inoportunas y mi voz quebrada. Los que sabían de quiénes hablaba, comenzaron a aplaudir –También agradezco a todos mis amigos y…-levanté la vista y no me quedó otro remedio más que sonreír al ver la amplia sonrisa de Richard entre la gente -…y a Richard.
Vi su cara de sorpresa, quizás igual a la mía, ya que no me explicaba porqué había hecho eso. Traiciones del subconsciente, supongo.
-¿Bajo el trapo? –preguntó Jonathan, ansioso.
-Sí, dale.
Ambos tomamos dos soguitas que colgaban y tironeamos para que “el trapo” cayera y dejara  al descubierto el cartel. Así apareció, grande y en rojo con blancas letras cursivas, el dichoso nombre: Alejandría. Me pareció que se veía hasta glorioso, como habría sido en la antigüedad la famosa biblioteca.
-Con que ese era el nombre, ¿eh? –dijo Jonathan, negando con la cabeza –Jamás lo habría adivinado.
Recién en ese momento me di cuenta de que estaban aplaudiendo y acercándose a mí, felicitándome. Al fin, un buen comienzo.



“Alejandría libros y discos” estaba llenísima de gente. Me sentía orgullosa como una madre con su hijito recién nacido, al verla tan linda decorada y al verla con tanta gente.
-Wells, ¿me regalás esto? –John señalaba un póster de Elvis.
-No.
-¡Pero soy tu hermano!
-Me vas a fundir.
-Sólo es un póster. Ey, fuera de broma, te felicito ¡esto está genial! Me sorprende que hayas hecho todo sola, y tan bien.
-Gracias John, me alegra mucho que lo digas.
-¡Pero claro! Ay, mi pequeña Mercy, cómo ha crecido –simuló que lloraba de emoción y me apretó los cachetes.
-Ya…ya…-me quejé.
-Amarga. Ey, ¿y ese cuadro? Está muy lindo, ¿dónde lo compraste?
-Me lo regaló Stu…-respondí son poder ocultar mi pena.
-Ahh…debí suponerlo, se me hacía conocida esa forma de dibujar y pintar. Se ve bien acá. –me pasó una mano por el hombro y lo miré: su tristeza seguía intacta en sus ojos, y a esas alturas, sabía que seguiría allí por siempre.
-Bestia, ¡esto es genial! ¿Me regalás discos?
-Ni lo sueñes Harrison. Bueno, sólo uno, pero para que se lo regales a Juliet.
-Genial, nunca tengo dinero para comprarle cosas. Si querés, puedo venir a darte clases acá, y escucho música, y me regalás…
-Basta de regalos.
-Ufaa…
Siguió rezongando, a la vez que hablaba con John. Yo miraba hacia atrás, donde Abby y Paul charlaban, lejos uno del otro, pero al menos charlaban.
-Si me abandonás por algo tan lindo, te perdono. Aunque te perdonaría más si me regalás libros.
Reí al ver la pila de libros que Cris traía en las manos.
-No será necesario que te los regale, los pago yo. –ante la sorpresa de las dos, John sacó su billetera de un bolsillo –Mercy, hacé la cuenta.
-Pero…-dijimos ambas.
-Hacé la cuenta.
-Es que se los voy a regalar.
-Wells, hacé la cuenta  y cobrame.
-¡Se los voy a regalar!
-¡Se los voy a pagar!
-Bueno, bueno, bueno –Cris nos miró, harta de los dos –No llevaré ninguno.
-Que siiii –insistimos.
-Hagamos algo. La mitad la paga John, la otra mitad se la regalo.
-Me parece un buen trato. –acordó John.
-Oigan yo…
-Shh… acá se hace lo que yo digo. Acordate de que ya no sos mi jefa. Somos colegas.
-Como quieran…Voy  hasta la caja así contabilizás cuánto tenés que cobrarle a este chico. Ah, gracias John, no era necesario que…
-No es nada, los pago y te los regalo.
-¡Mercy!
-Será mejor que Jonathan me cobre. –John tomó de un brazo a Cris.
Extrañada me giré para ver quién me había llamado y entendí la actitud de John: vi a Richard, sólo un segundo, porque cuando reaccioné, me estaba abrazando. Sí, abrazando. A mí.  Cosas muy raras suceden.
-Te felicito. –dijo soltándome.
-Gra…gracias.
-Es un excelente nombre.
-Sí, la verdad es que se ve bonito en el cartel y pintado en la vidriera. O a lo mejor es porque me siento muy emocionada y veo todo lindo. Como a vos.
-Mmm…la emoción te hace ver mal algunas cosas, pero lo tomaré como un cumplido.
Reí aunque por dentro me puteaba a mí misma por haber metido la pata. Pero quizás podía no considerarse así.
-¿Por qué me agradeciste? Dijo interrumpiendo mi lista de insultos a mí misma.
-Ah porque…bueno…te vi y me dije, “¿Por qué no agradecerle?” Después de todo, me ayudaste a elegir este lugar. –mentí, no tenía idea de porqué le agradecí.
-Pero si eso no fue nada...Bueno, gracias por agradecerme jaja. Llevaré un disco.
-Ok, pasá por caja.
-¿Me lo vas a cobrar?
-Nada es fácil y gratis en esta vida, Starkey.
Asintió riendo y para mi sorpresa, no tomó un disco, sino cinco. Los pagó y cuando iba a envolvérselos, tomó uno, un simple de Paul Anka con su “Put your head on my shoulder” y me lo tendió.
-Este te lo regalo.
-¿Eh? ¿Y entonces para qué lo compraste? –dije haciendo gala de mi bestialidad.
-Para regalártelo.
-¿Y eso por qué?
-No sé, vos sabrás.
Fruncí el ceño y pestañeé rápido.
-Por ahora tomalo como regalo por haberme agradecido y por haberme dicho lindo. Por ahora.
-Estás medio tonto, ¿sabías? ¿O es que tenés mucho ego?
Sólo rió y se encogió de hombros. Después saludó y caminó despacio, charlando con todos los conocidos con los que se cruzaba.
-Qué chico tarado. –dije, pero sin poder ocultar una sonrisa también tarada.

Sí, había sido un buen comienzo.


**************
Bueno, no tengo nada de perdón, lo sé. Mas de un mes sin subir, y por mas que diga que tuve cero inspiración, problemas personales, y mucho para estudiar, no cuenta como excusa. Espero no volver a tardar tanto, porque la verdad hasta yo me siento mal por tardar así.
Este capitulo me gustó mucho escribirlo, no sé porqué jaja. Les digo que el nombre es un total PLAGIO a una librería que hay en Luján. Si no saben dónde queda Luján, Google Maps, y sino saben qué era Alejandría, Wikipedia. No sean vagas e investiguen, que las quiero sacar historiadoras! XD
Y ahora, casi como para pedir clemencia, les dejo un te-ma-zo que escucho mas o menos quince veces por día. Sino saben quién es Ciro y los Persas, Youtube. Ya les digo, no sean vagas. 
Ahora me voy, esperando no tardar tanto para la próxima. 
saludos!




4 comentarios:

  1. WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!! POR FIIIIIIIIIIIINNNNN!!!!!! POR FIN PODRÉ DEJAR LA METADONA DE LADO! POR FIN ACABARÉ CON ESTE SÍNDROME DE ABSTINENCIA QUE TENÍA DE NO LEERTEEEE! POR FIIIIIIN!!!!!
    Nótese que estoy... FELIZ! Ay, mi nena, mi nena! Que las ganas que tenía yo de leerte, y más concretamente de leer este fic que ya hacía mucho, no se pueden ni medir siquiera! Y encima, después de toda la espera, vas y subes un capi genial! :D Vale, ya sé que me llamarás exagerada y que me preguntarás "si fue para tanto" y leches de esas; pero la respuesta es que sí que es para tanto. A ver, tú has disfrutado escribiéndolo, no? Pues yo he disfrutado como una niña un día de feria leyéndolo! Sabes por qué? Pues la tía Cris te lo dirá... Ven hija, acércate a mí y siéntate a mi lado, aquí frente a la chimenea y escúchame atentamente (antes de seguir, Cris pone una mano sobre el hombro de María, la mira con gravedad y suspira). María, hija, tú... tú... tú lo que eres es una jodida genia de la leche!!!!!!!!! A ver, tú, que no me has hecho visualizar punto por punto todos y cada uno de los detalles de la inauguración? Y quien hace eso? Pues una genia. Ale, ya, ponte todo lo colorada que quieras, que a mí me da igual :P
    Claro queda pues que el capi me ha encantado, además de que me lo he leído con un montón de ganas. Sabes? Me ha matado la terapia de choque de Mercy, con la botella, ahí diciéndole de todo, jajaja. Aunque si te digo la verdad, y ya lo sabes, ese trocito en particular me hizo así como reflexionar en un "y si recae de verdad?" y claro, me quedé un poco mosca hasta que John se le llevó la botella de delante.
    Ainsh... Noche sin dormir! Normal! Si ya nos pasamos una noche sin dormir antes de un nuevo trabajo o un primer día de clase o cualquier cosa de esas... cómo no pasarse la noche sin dormir antes de inaugurar tu propio negocio? Eso debe de ser locura total: venga calentarte la cabeza con si todo va a salir bien, si te vas a arruinar... Obvio que es peor que una boda! Jajajaja. Pero bueno, yo, como en el fic, permanezco siempre "positifa" nunca "negatifaaa" y apuesto a que todo va a salir no bien, sino rebien. Ojo, que te tengo fe hasta de personaje de fic (nótese, eh? NÓTESE!). Ay, por cierto, me mató ese autoritarismo mío incluso para con la madre de Mercy y Jonathan. Esto de ser jefa me ha afectado más de la cuenta... Bueno, al menos, no rodaron cabezas! xDDDD

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  2. Por cierto, que esto de la librería veo yo que ha supuesto regresos a Liverpool por todos los lados: la madre, con comida incluida, y Harry (obvio que iban a ir) y, alguien a quien de verdad no esperaba para nada... Abby! Me ha alegrado de nuevo verla por aquí, aunque la verdad es que todo lo que le ha contado a Mercy me ha dejado cierto sabor agridulce: vale, bien, las cosas en Londres parecen irle bien, pero sólo en el terreno profesional porque en lo personal la pobre está más sola que la una. Cómo debe extrañar a sus amigos! Y, aunque no quiera decirlo, a Paul también lo debe echar de menos un montón! Porque, como dice Mercy copiando al Luciano no-me-acuerdo-del-apelludo y repitiendo una canción de la que no me puedo separar porque se me pegó cual lapa desde que ya hace tiempo cierta señorita la pusiera en un comentario de mi fic... "donde hubo fuego cenizas quedan y entre nosotros hubo una hoguera". Bueno, pues podrían reavivar las llamas estos dos, no crees? Que los pobres, los dos, andan solitos y dan lástima de verlos así, así que... ale, pillad el fuelle para la chimenea y ale, a avivar esas cenizas a ver si tenemos de nuevo un cálido y acogedor fuego, jajaja.
    Y vamos a la parte que más me ha gustado, la inauguración de Alejandría. Nena, que gran nombre para una librería! Aunque lo hayas copiado y todo eso no deja de ser un nombre genial y encima haciendo un guiño con la historia. Mucho ahí! History power! xD
    El discurso de inauguración, me pareció muy bonito y muy emotivo, sobre todo con ese guiño a Stu y al padre de Mercy, que seguro que estaban ahí también en esos momentos aunque no fuera de manera física. Bonito, emotivo y... sincero. Sincero sobre todo por el último agradecimiento, el que le hace a Richard. Ése sí que le salió del alma sin ni siquiera pensarlo! Jajajaja. Naaa, no creo yo que sea una metida de pata, sabes? Para mí que ha sido algo completamente distinto a eso, jejeje.
    Y más cosas... Se suele decir por ahí que a una mujer se la conquista con flores y todo eso. Bien, se olvidaban de mí: yo soy mujer y se me conquista con... libros! Jajajajaja. Ainsh, pero que maravilla! Todos me quieren regalar libros! Esto es el paraíso terrenal! xDDDD Por cierto, parece que me conozcas ( me conoces? :P ) con la reacción esa del "pues ahora no me llevo ninguno". Menos mal que me salió autoritaria la nueva jefa y me hace callar. Y nada, qué decir. Que esto de que cierta personita se rasque el bolsillo para pagar y regalarme la mitad de los libracos que llevo, pues que me llega! Si es que... Si no fuera por qué, soltaba los libros y me lo comía a besos! xD Vale, vaaaaa, contención, autocontrol, contención, autocontrol... jajajajajjajajaja.
    Y bueno, vuelvo sobre mis pasos y vuelvo a retomar el tema de la sinceridad de Mercy. A ver, qué ha desayunado esta niña? Suero de la verdad? Primero, gracias Richard, después le llama guapo sin darse cuenta casi... A ver, que por mí que desayune todos los días eso, y a juzgar por la reacción del Rich seguro que él también estaría de lo más contento, jajaja. Y bueno, bueno, cinco discos! CINCO DISCOS! Y uno... regalo para Mercy y, además, siendo tan romántico como Put your head on my shoulder. Y esa sonrisilla final, por parte de los dos. Ay, ay, ay... Love is in the air... Vamos, leñe! Animaros y dad rienda suelta al corazón! Romanticismo! Florecillas y corazoncillos flotando en el aire! jajajajajaja
    Y bueno, yo ya me dejo de decir pavadas y sonriente y feliz como Mercy y Richard al final del capi, me despido silbando una alegre cancioncilla de love, love, love, por supuesto.
    Sube pronto, que ahora ya sé que andas más libre!
    Besotes crack! Muaaaaaaaaaaaaaa!

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  3. Y bueno, volví a aparecerme por acá :D
    Realmente las cosas entre Ringo y Mercy van en alfombra voladora y espero con ansias el momento del besuuuuuuuuuuuu!!! :D

    No esribo más porque tengo un sueño del asco y terminaría escribiendo brutalidades. Solo digo que... ESPERO EL SIGUIENTE PRONTO!

    Y no sé cómo no pensé que la librería se llamaría como el título del capi, estoy algo lentita jajajajajajajaja
    Cuídateeee!!

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  4. Hola Disculpame Por No Comentar Deberias Pegarme Con los palillos de la bateria de Ringo jajajajajajaaja . Es Un Gran Nombre para la libreria :) , Ringo me sorprende que todavia no se haya declarado y me imagine la cara de Johnny hermano protector ademas de caballero ayudando a Cris , Extrañaba que nos tuvieras en suspenso , me alegra que hayas subido Cuidate y Besotes Enormes ♥♥♥♥ :)

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