-Souvenir, souvenir, je sons retrouse dans mon
coeur…
Ya no sólo no me conformaba con destrozar mi lengua
materna cuando cantaba, sino que también iba por el idioma de los galos. Callé
mi canto, mas bien ladrido, cuando fui sorprendida in fraganti por un cliente, un viejecito simpático que siempre
compraba libros religiosos.
-Seguí, lo hacías bien. –dijo quitándose su
sombrerito. Era tierno a más no poder, me daba ganas de adoptarlo.
-No mienta, canto horrible.
-Entonces me pareció bueno porque estoy un poco
sordo.-rió.
-¿Vio? Ya me parecía raro tener un fan. ¿Qué
necesitaba?
-Escuché en la audición del domingo sobre este
libro.-tembloroso, me alcanzó un papelito.
-“Los cinco minutos de Dios”. Ajá, ese lo vi por aquí.
Busqué en la biblioteca reservada a esas temáticas,
pero no encontré nada. Me rasqué la cabeza, estaría en el sótano.
-¿Me espera un segundo?
-Claro hijita. Mientras, miraré estos discos.
Bajé y enseguida encontré el librito. Subí
canturreando y bailoteando la misma canción, y encontré al viejecito
esperándome con un disco en la mano.
-También llevaré esto. –sonrió.
-¿Blues? ¿Le gusta?
-Sí, ¿por qué no?
-Pensé que escucharía música sacra todo el día.-me
tapé la boca, cayendo al instante en la insolencia que acababa de decir. Él sólo
rió con ganas.
-Hay que escuchar de todo, hijita. Cuando tus amigos
tengan su disco, me reservás uno.
-¿Cómo sabe…?
-Uno aquí se entera de todo.-rió otra vez-Bueno,
cobrame de una vez.
Le hice la cuenta, le cobré, y le envolví todo en un
lindo paquete. Se puso su sombrerito y salió silbando la canción que yo
cantaba, con el paquete bajo el brazo.
-Qué cosas.-me dije a mí misma, riéndome, y cambié
el disco por otro, más tranquilo, que acompañara mi estado de “nada” como le
llamaba a quedar en…nada. Es que había quedado así luego de que el viejecito
hubiera mencionado al disco de los chicos. Ese mismo día estaban grabando y me
sentía mal por ser una egoísta y tener miedo, en vez de estar feliz por ellos.
Me di cuenta que ya eran más de las diez y Jonathan
no había llegado. Era raro en él, que parecía el chico más puntual del
universo. No me preocupé, todo estaba tranquilo, quizás había tenido algún
contratiempo.
Atendí a dos chicas y a una señora más, olvidándome
del asunto, hasta que, empujando la puerta y arrastrando los pies, apareció. Me
asusté, tenía ojeras, estaba desarreglado y su semblante no era pálido, sino
gris. Antes de que pudiera decirle algo, él levantó la mano, en señal de que
frenara.
-No digas nada. –no bajó la mano.-Me siento mal.
-Ya lo veo…
Se pasó la mano por la frente, como queriendo
despabilarse.
-Mi vida es un asco. Me gustaba alguien, ayer por la
tarde se lo dije, y me rechazó.
-Bue…bueno…Jonathan…eso suele pasar, ya verás que…
-Hay más.-me cortó-algo mucho más grave y sin
solución.
Quise decirle algo, pero me quedé callada al ver que
sus ojos se llenaban de lágrimas y que intenta que le saliera la voz, en vano.
Me asusté mucho. Haciendo el que parecía era un esfuerzo sobrehumano, articuló
unas palabras.
-Anoche…anoche…falleció mi mamá.
Esta vez, la que se quedó sin palabras fui yo.
Apreté los dientes, me desesperé por decirle algo que consolara a ese pobre
chico a punto de derrumbarse. No
encontré nada que sirviera, así que sólo di un paso hacia delante, lo único que
él necesitaba para abrazarme y echarse a llorar. Tragué saliva, aquello se
parecía demasiado a la vez que John me había dicho lo mismo. Y a lo que había pasado
yo también.
-Jo…
-No digas nada. –se separó, se secó la cara con las
mangas de su saco arrugado, que en tiempos mejores había visto impecable.-Soy
un puto llorón.
-No hables así…Lo siento mucho, sé que no te sirve
de nada que te diga esto pero…
-Hay que cumplir con el protocolo, sí. –sonrió-¿Sabés?
Mamá estaba sufriendo mucho, desde hacía demasiado tiempo, no lo merecía. Pensé
que estaría preparado para este momento, pero me equivoqué.
-Nunca se está preparado para algo así.
-¿Me darías…el día libre?
-Jonathan por favor…claro que sí, eso ni lo preguntes.
¿Necesitás que te acompañe a alguna parte?
-No, ya hice todos los trámites, y no habrá
ceremonias ni nada, ella no quería eso, ni que yo viera cómo la enterraban. Así
que anoche mismo la llevaron, y hoy temprano me dijeron dónde está su tumba.
Igualmente no voy a ir, por lo menos por un tiempo.
-No sabés cuánto te entiendo. Entonces, ¿te acompaño
a tu casa?
-No, me gustaría estar solo, espero que no te
ofendas.
-Basta Jonathan, dejá de pensar eso de mí. Y tomate
todos los días que necesites y que quieras.-me acerqué una vez más, lo abracé
-Cuidate mucho.
-Mercy, gracias a vos mi madre me vio trabajando
dignamente.
-Shh…no agradezcas nada, no es momento. Ocupate de
vos.
Si bien sabía que la mamá de Jonathan estaba muy
enferma, nunca pensé que todo pasara tan rápido. Cuando la vi en su casa,
estaba animada y hasta con buen color. “La mejoría de la muerte”, decía mi
madre en esos casos, y tenía razón, era esa mejoría que te hacía ilusionar para
que después el final doliera más.
Bajé la persiana y pegué un cartelito con un “Cerrado
por duelo” garabateado con marcador negro. Casi lo saco, pensado que todos
irían a mi casa a preguntar qué había pasado y tener que darles a todos la
misma explicación, pero recordé que Jonathan la estaba pasando infinitamente
peor, y que lo mío era una maldita
nimiedad.
Como era temprano para volver a casa, puse rumbo
hacia la cafetería, a esa ahora no había mucha gente. Y así era, cuando entré
sólo había cuatro chicos y las dos empleadas nuevas de Cris. Me senté frente a
la barra, le hice señas a una para que la llamara, y dejé caer mi cabeza en mis
manos.
-¡Volviste! ¡Sabía que lo harías!
-Hola…-respondí sin levantar la cabeza.
-Decime que volvés, por favor. Mirá, tuve que
contratar a dos para que ocupen tu lugar.
-Y aún así mi vacío es imposible de llenar, lo sé.
Tuviste que hacer eso porque a mí me
explotabas, no mientas.
-No, eras eficiente. Estas dos inútiles no saben ni lavar
un plato, en cualquier momento las pongo de patitas en la calle. ¿A qué
viniste?
-A pedirte plata.
-Andate.
-Cris, la vida es una mierda.
-¿Otra vez en bajón? No, Mercy…
-Dame algo para tomar, una chocolatada, un jugo de
naranja, el vodka más fuerte que tengas….algo para tomar. Lo pagaré, lo de la
plata era mentira.
-¿Qué te pasó? Ah, ¿por qué estás acá y no en tu
negocio?
-Cerré por duelo. Falleció a mamá de Jonathan.
-Oh mierda…Con razón estás así. Pobrecito, ¿y ahora
qué hará?
-No sé, supongo que quedarse solo.
-Tenés razón, qué vida de porquería. Mirá cómo se ha
ensañado con ese chico. Nunca entenderé porqué hay gente que la pasa tan mal
siendo tan buena.
Se escuchó un estruendo de cosas que caían y rodaban
en la cocina. Cris suspiró, harta.
-Ehh…perdón.-una de las chicas se asomó.
-Es la tercera vez que te perdono. Y dicen que la tercera
es la vencida, una vez más, y adiós mi alma. Mirá a Mercy, ella jamás rompió
nada.
-No mientas, acabé con el lote de tazas amarillas.
-¡Shh! Intento meterles miedo con tu ejemplo a
seguir.-susurró-Bueno, junten los destrozos y sigan.
Me puso delante un vaso con jugo de naranja y se
sirvió otro para ella, mientras cobraba a dos clientes que se iban.
-¿No estás cansada de esto? ¿Por qué no te vas de
vacaciones?
-Wells, tengo un negocio que atender.
-Yo también, ¿y?
-Vos porque sos una irresponsable. ¿Sabés algo de
los chicos?
-No.
-Cambiá esa cara.
-Bueno, ¿cómo querés que esté?
-Perdón.
-Además…estoy mal por eso también. Les va a ir bien,
de eso estoy segura, y si les a bien se harán famosos. ¿Te das cuenta de lo que
significa?
-Mercy, ellos no son unos creídos, con dinero o sin
dinero serán siempre igual.
-Eso lo sé, pero de todos modos no serán iguales a
ahora, tendrán compromisos, saldrán en la tele…seguramente se mudarán. No tendrían
tiempo para ser los chicos que son.
-Visto así, es una tragedia.
-Prefiero que se hubieran quedado vendiendo helados
o trabajando en el puerto.
-No, no, no es bueno eso que estás diciendo, no
podés desearles eso. Serán famosos porque se lo merecen. Y no pasará nada de lo
que estás diciendo. Dejá de hacerte la adivina o te tiro con el jugo en la
cara, pájaro de mal agüero.
Otro estruendo se escuchó en la cocina. Cris sólo
bufó y negó con la cabeza.
La lluvia arreciaba y parecía que a casa no iba a
poder volver por lo menos en un rato largo, a juzgar por la tormenta negra que
cubría el cielo y que presagiaba cosas peores. Me alejé de la ventana cuando vi
un relámpago y le sonreí a Jonathan, que me tendía una taza de té.
-Qué tiempo horrible, ¿cómo puede llover tanto? Hace una semana que cae agua sin parar.
-Es lo malo de Liverpool.-dijo-Aunque también es lindo.
Las siestas con lluvia son impagables.
-No digas la palabra “siesta” si no querés que me desplome
acá mismo para roncar como un oso.
Rió con ganas y encendió la radio, para luego seguir
en la triste tarea de juntar las cosas de su madre. Por eso yo estaba allí,
para ayudarlo con las cajas y las penas.
-¿Esta ropa es para el hospital? –pregunté señalando
una pila de suéteres y faldas.
-No, es para el hogar de mujeres de Blackpool. Para
el hospital es la ropa de cama. Luego veré a quién le doy la cama y el armario.
-¿Vas a dar todo?
-A mamá no le gustaba estar pegada a cosas
materiales, decía que los recuerdos eran lo más bello que se podía tener. Y ver
su cama me trae recuerdos feos, de cuando ella estaba allí, sufriendo. Un recuerdo
bello sería, por ejemplo, este collar de perlas. Esto me lo quedaré, sólo lo usó
una vez, para una gran fiesta. Yo tendría cuatro o cinco años, pero la recuerdo
bien, parecía una reina, con un vestido negro, un tapado de piel, y este collar.
-Entonces yo tendría que haber hecho lo mismo…sólo
regalé la ropa, el resto está todo ahí, y hay cosas que muy bien no me hace
verlas.
-Nunca es tarde. Ey, mirá esta cadenita, ¿la querés?
Ella nunca la usó.-me mostró una cadena dorada, de la que pendía un dije
brillante.
-Está bonita.
-Ah, pero siempre llevás colgadas tus iniciales, no
la usarías.
-Mejor vendela, parece de oro.
-Sí, podrían darme algo de dinero, no vendría mal.
¿Y esta pulserita?
Me puso una pulsera dorada también, con unos pequeños
cascabelitos.
-Está hermosa, me gusta.
-Te la regalo.
-Pero…
-Tranquila, tampoco la usó.
Tocaron timbre y fue a atender, yo seguí poniendo
ropa en cajas.
-¡Mercy, te buscan!
Extrañada, caminé hacia la puerta.
-Lo siento mucho,viejo.
-¿John? ¿Qué hacés acá? –dije al verlo.
-Volví-sonrió-Fui a tu casa y no estabas, fui al
negocio y vi el cartel y me asusté. Cris me contó todo.
-Y supiste que estaba acá.
-Digamos que lo supuse. Además quería saludar a Jonathan.-su
semblante se ensombreció, pero como siempre pasaba, cambió de tema- Mierda,
esto no es llover, esto es que estén cayendo japoneses de punta.
-¿Y cómo les fue? –pregunté con miedo, ignorando su
broma.
-Por eso te buscaba, para contarte. Vení, estamos
todos en el Ye Cracke. Jonathan, vení vos también, te hace falta. Agarren
paraguas resistentes, eso sí.
Caminamos despacio, la lluvia nos empapaba y por eso
estaba exponiendo todas mis quejas. Jonathan se reía, John me ignoraba,
milagrosamente, o por arte de magia, mantenía su cigarrillo encendido a pesar
del agua que nos caía encima, traspasando los paraguas y los impermeables.
-Lennon del diablo, podrías haberte quedado en la
casa y listo, qué ganas de sacarme afuera. Como me agarre una gripe por esto,
verás. Te voy a reventar.
-Callate.
-¿Cómo les fue?
-Ya te dije que te vas a enterar.
-Entonces les fue mal. Qué suerte.
-Maldita bestia de dos patas. Animal rastrero.
Lechuza. Gnomo endemoniado.
Jonathan largó una carcajada, y eso me alegró,
incluso deseé que John siguiera diciéndome cosas. Él pareció entenderlo, porque
hasta el Ye Cracke siguió maravillando con su imaginación para inventar
insultos de todo tipo.
Al fin llegamos y entramos chorreando agua. Uno de
los que atendía algo gritó, pero John le hizo una seña amistosa y el hombre
rió. En un rincón apartado, George, Paul, y Pete Shotton charlaban y reían.
-Uy, llegó la única dama, aunque de dama tenga poco.
-Callate gallina Shotton.
-Decile todos los insultos que te dije. –avivó John.
-Uy, fueron tantos que ya ni me acuerdo, pero los aprenderé
pronto, para cuando volvamos a vernos, queridísimo Pete.
-Y pensar que le tenía ganas a esta chica…Menos mal
que nunca te toqué un pelo.
-Lo mismo digo, menos mal, porque no tendrías manos,
te las hubiera cortado.
-Bueno, bueno, haya paz. Chicos, por si no lo conocen,
él es Jonathan, amigo de Mercy.
-¿Amigo?
-Sí Shotton, sí.-respondí cansada-Amigo.
-Está pasando por un momento jodido, así que
procuren alegrarlo. –dijo John y luego llamó al mismo hombre que nos había gritado
al entrar-¡Ey! ¡Cinco cervezas y un jugo para la señorita!
-Que sea jugo de uva, con alcohol.
-Callate borracha, que te tenés que cuidar.
-Ah, eso –dijo Jonathan-¿Qué tal te salieron los
análisis?
-No sé, porque no me los hice.
-Mercy…qué bestia.
-¡Ja! ¡Te dijeron bestia! ¡Ahora no soy el único!
Pronto el bestia será de dominio público para dirigirse a Mercy Wells.
-Mirá quién habla, rata escuálica con guitarra.
-Ya, ya, basta de pelear.
-John pidió paz dos veces, de no creer. –rió Paul.
-Bueno, va, hablen de una vez.
-Eso, digan cómo le fue, estoy ansioso. ¿Serán mega
famosos?
-Jonathan, qué chico con fe…Visionario como
yo.-Shotton le tendió la mano.
-A Paul le fue bien, consiguió novia. -George lo empujó,
Paul sólo lo miró indiferente.
-McCartney, por eso dejaste a Abby, ¿no? Era de esperarse…
-Ey no metas a Abby en esto, no tiene nada que ver.
Y no le hagas caso, son puras mentiras de ellos.
-Para mí no es mentira que hayas estado mirando todo
el rato a la secretaria esa…-dijo John.
-Oh sí, ¿cómo se llamaba? –George puso su mejor cara
de pícaro-Ah sí, Grace…
Comenzaron a reírse y a tirarle maníes. Yo también,
me gustaba molestarlo, como siempre.
-Ya basta, hablemos de lo que importa. –exasperado,
Paul se cruzó de brazos, como un niño caprichoso.
-Bueno…-John se llenó la boca de maníes-La verdad es
que…¡nos tomaron!
Golpearon la mesa con los vasos y las manos,
gritaron. Todos se giraron a mirarlos.
-¿Y? ¿No te ponés contenta? Vamos, pedinos lo que
quieras. ¿Querés un auto? Tendrás auto. ¿Querés una moto? Tendrás una moto.
¿Querés un transatlántico? Tendrás transatlántico.
-Es que…se van a ir.
-Dejate de jodeeerrrrr –se quejó Paul.
-Estoy muy contenta, ¡al fin un disco de ustedes!
-El cielo es nuestro techo. –John extendió los brazos,
haciéndose el solemne –Vamos hija mía, pedid y se os dará.
-No soy tu hija, soy tu hermana.
-Siempre cagándome todo. Ahora no te doy nada. Ni un
barco de papel tendrás.
-Es que…
-John –Paul lo tironeó de un brazo –Decile también lo
de…ya sabés.
-Ah sí,
tenemos un problema. Es con respecto a un integrante del grupo.
-¡Yo puedo reemplazarlo!
-Que no Wells, dejá de insistir. Es Pete. Tuvimos
que sacarlo.
-Ah, pero qué bueno.
-¡Bestia!
-Es que nunca me cayó bien... ¿Por qué lo sacaron?
-Dijeron que no combina con la banda. –explicó
Paul-Y ahora no tenemos otro baterista.
-Por eso pensamos en…Richard. Perdón si esto te
afecta.
-¿Afectarme? No veo porqué.
-Vamos Wells si se te notaaa….-George sonrió
socarrón, le saqué la lengua. Pete se echó a reír.
-¿Te gusta ése? Qué mal gusto Wells, teniéndome a
mí…
-Creo que mi problema con Best no era sólo con él.
Es con TODOS los Pete. Porque francamente sos insoportable.
-Me desconozco pero diré por tercera vez: ¡haya paz,
carajo! –gritó John.
-Está bien. ¿Richard aceptó?
-Aún no se lo dijimos. Pero si no acepta, te
ofrecemos a vos en parte de pago, ahí estará encantado.
-Pudrite, Paul.
-Si acepta, listo, ya tenemos disco.
-Bueno, los felicito.
-No parecés muy convencida. A ver, calmémonos y
hablemos bien. ¿Qué te pasa?
-No sé…es muy raro. Se van a hacer famosos, se van a
ir, ya no tendrán tiempo para sus amistades en Liverpool, nos considerarán a todos
unos mediocres por seguir anclados acá mientras ustedes verán mundo. Se harán de
otros amigos, otros contactos y fin, caput, se acabará todo. Va a ser triste,
pero igual estoy feliz, es lo que querían conseguir y están a un paso. En la
vida hay que triunfar y ser alguien, no un esclavo del trabajo y la rutina en una
ciudad gris. Ay, perdonen este monólogo de mierda, les arruiné todo.
-Uy,uy, uy Wells, cómo estamos…-suspiró Paul.
-¿De verdad pensabas todo eso? –Jonathan se veía
sorprendido. –Nunca lo hubiera imaginado, pensé que estabas como todos,
saltando de alegría.
-Mercy, no somos así, lo sabés.
-Lo sé Georgie, pero me da tanto miedo…Creo que me
siento madre, así tan temerosa de todo.
-Tonta, sos una tonta –John me tomó las manos, me
miró con sus ojos que a veces se llenaban de expresividad –Tranquila, no
haremos eso. Dejá detener miedo, disfrutá con nosotros. Después de todo, no sabemos
si todo eso pasará, es un sueño, pero quizás no suceda nada. Y mientras tanto,
te moriste de miedo. No, no, así no. Si llegamos a algo, no haremos nada de lo que
temés. Es una promesa. ¿Y desde cuándo John Lennon rompe una promesa?
-Desde siempre. –reí sin querer.
-Bueno…es verdad. Pero esta vez será la excepción.
Eso también te lo prometo.
*********************
Buenas, buenaaaaaas! Aquí volví, acabo de darme cuenta que estoy subiendo un capi al mes, qué vergüenza! Sepan disculpar estas demoras, a veces no hay tiempo ni inspiración y no sale nada.
Les comento que la canción del principio es esta:
Las que son de Argentina la recordarán como la canción del Banco Francés, más pegadiza que la repu...eeepaaa!
Bueno, eso, escúchenla que es muy pegajosa.
Y ahora me despido, buen comienzo de clases a las que empiezan las clases en marzo y a las que ya empezaron...nada, que les vaya bien ;)
Adeu!
Hola María!!!!
ResponderEliminarComo decía en tu otro fic, Feli feliz cumpleee!!!!
Ay Mercy no te amargués, que si todo sale bien Richard se cuadra con vos y te llevan por el mundo entero che.
Todo el tiempo rodeada de argentinas me hace mal. Que soy colombiana carajo!
La verdad es que no se que comentar, esa cancioncita que dejaste al final me sacó todas mis ideas, ahora todo lo que puedo pensar es... Souvenirs, souvenirs, je sons retrouve dans mon coeur… jajajaj
Querida, que Paul y Abby no se hayan cuadrado, me da esperanza de que el fic aún no se puede acabar, ya que me tenía muy preocupada el asunto de que todo mundo está dejando blogger y siguen con sus monótonas vidas, pensando que blogger es de inmaduros que no encaran el verdadero mundo, y si lo es? si lo es, estaré dichosa de contarme como una inmadura, con tal de seguir leyendo esta belleza literaria que tienes aquí.
Por María y sus blogs!!
Aquí yo retransmitiendo en riguroso directo cuando son exactamente las 13:43 hora española desde los estudios Casa Cris para dar a conocer el comentario del capítulo, jajaja.
ResponderEliminarQué? Pensabas que no te iba a comentar antes de que te fueras por esos mundos del señor? Pues mira, te has equivocado! Vamos, no podía dejarte yo sin tener conocimiento de mi comentario antes de partir, porque, tal y como decía Nino Bravo: "aal paartiiiiir un comment en el blog, un me gusta en el facebook y un adióooooos..." La letra era así, verdad? xDDDD
Bien, vale, me dejo de cantar a lo Nino Bravo y me pongo a la tarea de comentar, que como me pierda y me ponga a decir chorradas (que tampoco sería nada nuevo, por cierto, jajaja) la liamos.
Bueno, bueno, sí, nena. Tienes muy poca vergüenza. Qué es eso de subir una vez al mes? Qué es eso? A ver, muy mal, me voy a enfadar y todo eso. Mira, mira mi cara de enfado ¬¬ Jajajajajajajaja. Ey, ahora en serio y fuera coñas, no hace falta disculparse por nada, porque, pese a que nos gustaría leerte casi de seguido y no esperar nada, pues cada cual tiene sus obligaciones, y tú has ido bastante de cabeza este último mes, así que es lógico. Además, si la inspiración no ayuda, pues es lo que pasa, que o te obligas a escribir o lo dejas. Y sé de lo que hablo, que ya sabes que últimamente ando en una sequía inspiracional que da miedo... En fin, que tranquila, mujer, que no pasa nada y que por aquí ya somos bastante mayorcitas como para saber aguantarnos las ganas hasta que publiques ;)
Sobre el capi en particular, vamos a pasar a la acción, va. Me ha matado el abuelete que compra discos en la tienda de Mercy y aunque yo por razones obvias y prejuiciosas no lo adoptaría, jajajaja, me ha generado, pese a todo, cierta simpatía, básicamente porque lo veo puesto con el tema de los chicos, jajaja. Vamos, que el tipo aparte de ir a misa y rezar rosarios entiende de música, cosa de la que me alegro, por cierto. Además, el hecho de que prometa comprar el disco de The Beatles cuando salga me ha caído en gracia, oye. Pues ale, Mercy, ve reservándolo porque yo creo que pronto lo compra, jejeje.
Otra cosita... El tema de Jonathan y de su madre... La verdad es que ha sido muy triste y no me lo esperaba tan... de repente. Pobre chico, con lo unido que estaba a su madre y se le va. Vale, sabíamos que estaba enferma, cuál iba a ser el final, pero supongo que nadie está nunca preparado para esto. Además, me sabe más mal por el añadido de lo mucho que ha sufrido Jonathan en esta vida, no se merece esto el pobre, pero la vida es a veces así de puta y cuando parece que todo empieza a ir mejor, ocurre algo que te lo vuelve a echar todo por los suelos. Bueno, sólo espero que el chico pueda recuperarse pronto, que estoy segura de que lo hará, y que pueda seguir adelante. :)
Por cierto, que sí, que hacen falta dos o tres o cuatro para suplirte y que, por más que me pese, me voy a tener que convertir en una sucia empresaria capitalista despiadada y tomar medidas con estas dos trabajadoras que mancillan con su poca maña y su ineptitud el buen nombre del proletariado. O sea, traduciendo, que les voy a meter una patada en el culo que se van a ir a ir a la Luna sin cohete y, si quieren buscar trabajo, van a tener que buscarlo en otro planeta, jajajajaja. Ay, en qué momento te me fuiste, Mercy! Sólo me consuela el hecho de saber que eres feliz como perdiz con tu negocio y de que tengo libros y discos con descuento de amigo! xDDDD Eso sí, la próxima vez que me vengas a desayunar, por favor, omite el tener que decirme que los chicos se van a ir y nos van a olvidar, que me pongo tristona y me tengo que pedir cita en el psicólogo. Y no está la economía (y menos pagando dos sueldos inútiles) como para ir pagando consultas psicológicas para curar traumas, jajajajajaja.
Ey, lo de John yendo a casa de Jonathan a por Mercy y sacando también al chico para que se entretenga, me ha encantado. Un detallazo por su parte, oye :) Y bueno, ya tenemos la gran noticia, aunque Mercy no se alegre demasiado por lo que oye... Han pasado la prueba!!!! Me alegra mucho, aunque me pone triste a la vez por pensar un par de cosas: porque tal vez que se larguen (como piensa Mercy) y porque tal vez esto suponga entrar en la recta final del fic :( Me remito a lo que te dije por privado al respecto. Tranquilidad y disfrute, nada más.
ResponderEliminarY bueno, nuevo baterista!!!! Esperemos que el Ringo acepte, que sí, vamos, que acepta, jajaja. Y al Pete Best pues mira, me sabe mal por el chaval, pero que le vayan dando, por inadaptado, jajaja. Además, prefiero de muy de lejos a Ringo, tal y como lo prefiere Mercy, jajajaja.
Y yo por mí, nada más, sólo que espero leerte pronto por estos lares (aunque esto queda dicho sin ningún ánimo de presionar) y que espero que disfrutes muy mucho de ese viajecito que te vas a pegar.
Besotes!
Pero ¿cuántos blogs tienes tú muchacha?...que prolíjica.
ResponderEliminarNOOOOOOOOO! Mi mamá lee los cinco minutos de Dios y todos los cinco minutos, que si uno suma son como tres o cuatro horas, y más. jajajaja che la canción fantasticcccc jajajaj no es francés pero bueno, soy un cono. che, Dios me libre, me encanto cheñola eso si WE WANT RINGOOOOOOOOOOOOOOOOOU pero che! NECESITO VERLO AL BAJITO! y si, esta para comerlo como quien come pizza con cebollin y después se tira a dormir la siesta. Sí así, zarpadamente. Ah y la pizza va con fernet. MUCHO fernet. Bueeeeeeeeeeeeeeeeeee.... que te voy a decir. Estoy cocinando pizzas, pensando capitulos y sin hacer nada porque te comento a vos. SI A VOS. SEENTINTE IMPORTANTE GALLO. ah si, tambien debo de joderte por whatsapp si, me borré pero... estoy en penitencia o mejor dicho abstinencia de medios comunicacionales. Sino, me quedo pegada a el tel. Y si, John Lennon, amor de mi vida, es un bombonazo y bue... lo otro vos ya lo sabes pero bue, eso queda en la penumbra. ES UN TIERNAZO mas bueno q el pan, y si... lazzie también . che, che che cheh nbjasdbjan me agarro el ataque y espero te rias a esta altura porque mira que yo estoy seeeeeeeeria como una hostia. bah no como las señoras esas q se sientan primeras en misa, así. SI ASÍ.! bueno ga, ya vas a aparecer en mi nove. ah eso no tenía q decirlo., borralo. Che! hermoso, sublime superfragilastilisticoespialidozzo como siempre, ahora si, me voy a cocinar. Un bezooooooooooooote si con z para la real academia.
ResponderEliminarWe LOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOVEEE YOUUU!