-Se llama Geraldine, es de tercer año, y va a mi misma
escuela –Juliet, encaramada frente a la barra, me pasaba información que había
recolectado aunque yo no se la hubiera pedido.
-Geraldine...-repetí sin emoción.
-No va al mismo curso de Abby, va a la parte de ciencias
naturales, por eso ellas nunca se vieron. Pero yo sí. Es delgada, rubia y...una
más del montón. No se destaca ni por las notas, ni por deportista, ni por nada.
Es una chica común y corriente.
-Bueno...gracias por los datos –dije comenzando a limpiar.
-Ya me tengo que ir, George me espera y....
-¿Tenés algo con George?
Mi pregunta había sido demasiado directa para la indefensa
chica. Me miró con sus ojos abiertos de par en par.
-Ehh...ehh...sólo somos amigos.
-¿Amigos? –se me dibujó una sonrisita.
-Si....amigos.
-Vamos Juliet, no te conozco mucho pero...¿estás segura que
sólo “amigos”? A mí me parece que hay algo mas –la miré, expectante por que
reconociera la verdad. Pese a que estaba desilusionada del amor, aún creía que
a los demás les podía ir bien.
-Bueno....yo...este...
-Te gusta. Vamos, es así. Sino negámelo, pero mirándome a los
ojos.
-Pues...-miró a todos lados, visiblemente nerviosa –Está
bien, ganaste. Me gusta.
-¡¡¡Bien!!! ¿Para cuándo el noviazgo?
-¡Mercy! Yo no sé si George....
-Sí, George también.
Si Harrison se enteraba de lo que acababa de hacer, no
dudaría en asarme a la parrilla por mas que pareciera no ser capaz ni de matar
una mosca. Ya lo conocía demasiado bien al chiquito.
La cara de Juliet chispeó de alegría, pero enseguida la
llamita se apagó.
-No me sirve de nada –dijo mirando a su dedo índice, que
frotaba la madera de la barra –Que yo le guste y que él guste de mí, no me
sirve.
-¿Eh? ¿Por qué?
-Mis padres. No quieren que tenga novio hasta los 18. Y
cuando lo tenga, exigen casamiento.
-Mierda.....eso sí que es jodido.
-Ya lo ves....
-Quizás puedan andar a escondidas, no sé....Si necesitan
alguien que los cubra, cuenten conmigo. Pero bueno, no quiero acelerar nada,
vayan ustedes pasito a pasito.
-¿Te parece?
-Juliet, los dos se quieren. Aunque sea háganlo por mí.
-Tenés razón....-me miró con tristeza –Bien, ya me voy.
Suspiré y comenzé a secar unos vasos, que luego, lentamente,
fui acomodando sobre un estante. Me detuve cuando me sentí cansada, pero
cansada mentalmente. A cada instante volvía a ver esa maldita escena. Así que
esa chica se llamaba Geraldine....¿Desde cuándo serían novios?
-¡Mercy Wells!
Espantada, casi tiro un vaso al suelo.
-¡Cris, me asustaste!
-¡Mujer, hace media hora que estoy hablándote y ni caso!
-No te escuché...
-¿Estás bien?
-Si, ¿por?
-Mirame –me obligó a mirarla a la cara –Vos no estás bien,
¿qué te pasa? ¿Es por el estudio?
-No, mirá que voy a estar mal por eso...
-¿Por tu mamá?
-No.
-¿Por tu papá?
-Tamp....Bueno sí, lo extraño, pero ahora no estoy mal por
eso.
-¿Y porqué entonces?
Tomé aire, y traté de que no se me humedecieran los ojos.
-Ay Cris...-mi voz sonó demasiado angustiada.
-No me asustes, ¿qué tenés?
-Richard...
-Tuve que suponerlo. Mal de amores.
-Tiene novia....
-Ay hija....vení conmigo –me extendió los brazos, pero me alejé
casi con brusquedad.
-No, no, si me abrazás voy a llorar. Y no quiero llorar.
-¿Qué tiene de malo?
-No –dije que con firmeza –Ya lo he dicho antes. Nunca, pero
nunca, voy a llorar por un hombre. Por el único que he llorado es por mi padre,
y así lo seguiré haciendo. Los demás no se merecen nada.
-Pero...
-Nada. Y ahora, voy a dejar de penar. Está bien, no es su
culpa, nunca fui explícita, y no se dio cuenta de lo que me pasaba con él,
aunque....bueno, una vez se lo dije. Pero fue hace mucho y seguramente lo
olvidó. Bien, no me quiere. ¿Qué puedo solucionar poniéndome mal? Que sea feliz
con su...¿cómo era? Geraldine. Yo voy a seguir con la frente bien alta –estiré
con firmeza la remera que tenía puesta y me fui a la cocina. Cuando volví, Cris
estaba apoyada en la barra, esperándome.
-Te felicito por el discurso. Faltaron los aplausos de un
montón de feministas.
-No me cargues.
-Está bien, pero pese a tus palabras, te noto mal. Si querés
dejá todo y andá a tu casa a descansar.
-No quiero, acá me distraigo.
-Encima sos caprichosa....Ah, ¿sabés una nueva? Tu hermano
anda con Marcia la marciana.
-¡Estúpido idiota! –exclamé –Tranquila, mi hermano será para
vos. Yo me voy a encargar de la zorra esa.
-Dejalo. Cuando se dé la cabeza contra la pared, vendrá.
-Admiro tu paciencia.
-No es paciencia, es experiencia. Por algo soy mayor.
-Y ya que sos mayor y tenés experiencia, ¿qué me recomendás
con Richard?
-Nada, ya está con otra, no vas a ir a quitárselo. Lo único
que te pido es que no hagas algo de lo que te arrepientas.
Caminó con tranquilidad hasta la puerta, y allí se encendió
un cigarrillo. La seguí con la mirada, tratando de dilucidar el porqué de sus
palabras. Yo me conocía bien, no era capaz de locuras....
-Esta clase es un bodrio, yo me voy –cerré de un golpe el
cuadernillo de clase, mientras miraba a Evelyn -¿Qué vas a hacer?
-Me quedo un rato mas. Si dicen algo importante te aviso.
-No creo que digan algo –reí –Nos vemos.
Salí del aula pasando frente al aburrido profesor, que me miró
con cara de pocos amigos.
Tomé por una de las calles arboladas de la universidad, en
dirección a la salida. Había escapado una hora y media antes, y la verdad, no
tenía mucho para hacer, salvo volver a casa y ponerme a estudiar. Un plan feo.
-¡Ey!
Miré a todos lados, buscando a quien me habría llamado. Vi a
Friederich corriendo hacia mí.
-Hola, veo que también escapaste.-le dije.
-Estaba harto de Platón. ¿Volvés a tu casa?
-En realidad, no sé qué hacer.
-Tengo que retirar un libro de la biblioteca, ¿después
querés que compremos unos helados? Aunque sea para pasar el rato...
-Claro, me encantaría.
Caminamos rumbo a la biblioteca. Comenzó a hablarme de su profesor,
que tenía fama de ser un témpano de hielo. No hice mas que reírme de lo bien
que lo imitaba.
Enseguida encontró el libro y lo retiró.
-Cerca de acá hay una heladería, pese a que aún hace frío,
creo que sigue abierta, ¿vamos?
-Sí, vamos.
-¿Me averiguaste lo de la batería?
Ya me parecía que llevaba mucho tiempo pasándola bien. Creo
que en la cara me saltó un gesto de dolor.
-Ehh...no pude. Mis amigos no saben nada, y el baterista de
su grupo se fue de viaje –mentí descaradamente.
-Ah, no te preocupes, ya conseguí asesoramiento. El amigo de
un amigo –rió- de George, toca en una banda de Birmingham, y lo llamé por teléfono.
Me dio algunos consejos que me guiaron bastante.
-Qué bien. ¿Cuándo la comprarás?
-Seguramente la semana que viene.
Llegamos a la heladería, que por suerte estaba abierta, y
casi vacía. Pedimos nuestros helados, que él, muy caballero, pagó, y nos
sentamos allí mismo a comerlos.
-¿Puedo hacerte una pregunta? -dije saboreando mi helado de chocolate
blanco.
-La que quieras.
-¿Tenés algún apodo, o sobrenombre? Friederich es un nombre
largo.
Rió, y comió un poco de su helado.
-En Leeds me llaman Deri.
-¿Deri?
-Si. Por FrieDERIch. Un asco.
-Ey, no está mal. Creo que es de la única forma que te
podrían llamar.
-Sí, tengo un nombre complicado. Pero el apodo parece de mujer.
-Para nada, me gusta. Y...¿seguís tocando la armónica, Deri?
Otra vez rió.
-Veo que te va a costar poco acostumbrarte a mi apodo. Y
respondiendo a tu pegunta, sí, sigo tocando. La llamo “la armónica de la
suerte”, porque el año pasado la traía a la universidad todos los días, y
cuando había exámenes todos la tocaban un poco para que les fuera bien.
-¿Y funcionaba?
-Y...a veces si, y a veces no. No la traje mas, porque los
compañeros que tenía dejaron la carrera, sólo quedaron desconocidos, excepto
George. La armónica quedó en el olvido, salvo para mí.
-Traela, así la toco yo y me da suerte. Aunque...si no
estudio, dudo que sus poderes puedan ayudarme.
Otra vez rió y me quedé viéndolo. Ese chico, hasta hacía
poco tiempo me gustaba, y mucho. Pero había quedado en un rincón cuando me
jugué todas las fichas con Richard. Y perdí. Ahora podia volver con Friederich
pero eso sería...usarlo. Y eso no estaba nada bien. Todo sería cuestión de
darle tiempo al tiempo, todavía no quería saber nada del amor.
Seguimos a las risas, a veces eran tan fuertes que los
empleados de la heladería nos miraban mal.
-Bien, está anocheciendo, voy a irme –dije riéndome después
de que él me contara un chiste que podía ir al infierno de tan malo que era.
-Te acompaño
-Voy sola, no te preocupes.
-Mercy, no está tan lejos, te acompaño. De paso sigo
contándote chistes.
-Jaja, ok, está bien.
El trayecto se hizo corto, y cuando legamos vi a John
apoyado en la puerta de la que era su casa. Enseguida cruzó la calle y se
plantó frente a nosotros, con una mirada de hielo.
Hola –lo saludó Deri, con una sonrisa.
-Hola Friederich –respondió John. Lo miré con severidad.
-Bien Mercy, fue un gusto acompañarte. Nos vemos.
-¡Adiós Deri! ¡Y no te olvides de la armónica de la suerte!
-¡Ya la llevaré, no te preocupes! –respondió ya alejándose.
-¿¿¿Qué hacés con este tipo??? –John me tomó del brazo y me
miró con furia.
-¡John soltame, me hacés mal!
-Te dije que ese tipo no me gusta nada.
-John Winston Lennon te recuerdo que para discutirme algo
estás en inferioridad de condiciones. ¿Sabés por qué? ¡Porque me enteré que
estás con Marcia!
-¿Quién te dijo eso? ¡Es mentira!
-Me dijo Cris.
-Ey...¿Cris? Y...¿estaba celosa? –borró su furia y me miró con
interés.
-¡Eso no viene al caso, pedazo de cuadrado! ¿Por qué estás con
esa puta?
-¡Yo no estoy! Me la cruzé un par de veces y charlamos, eso
es todo. Reconozco algo: ella me busca.
-Animal rastrero....La voy a reventar.
-Vos ocupate de la tuyo, que demasiado tenés. ¿Qué onda con
el infeliz éste que te acompañó?
-Ay nada John, eso, me acompañó. Antes tomamos helado, nada
mas.
-¿¿¿Tomaron helado???
-¡Dejá de hacer escándalo por cualquier gilada!
-Está bien. Estás grande y creo que sabés lo que hacés. Pero
ya te dije una vez: en eso de que un clavo saca a otro clavo, te podés
martillar un dedo.
-Dejame tranquila Lennon –me giré y entré al jardincito delantero
de mi casa, que por cierto, estaba bastante descuidado. Él me siguió.
-Se va a Hamburgo el lunes. Tenés una última oportunidad.
-No quiero mas oportunidades. Te dije que me dejes
tranquila.
-El sábado hay una fiesta en su casa, estarán todos ellos, y
nosotros y otros de otras bandas también. Vos estás invitada, él me lo dijo.
-¡Qué hipócrita que es!
-Mercy él no sabe nada....
-¡¿Cómo que no sabe nada?! ¿Cómo nunca se dio cuenta? ¡Cómo
puede estar tan ciego, Dios! –me apoyé en el marco de la puerta, y respiré hondamente,
tratando de calmarme –Ya....tengo la respuesta: nunca se dio cuenta porque
nunca me quiso. Normal.
-Mercy, ¿vas a ir?
-No seas tarado –lo miré con rabia.
-Es tu última oportunidad.
-No hay mas oportunidades John, tiene novia, fin de la
cuestión.
-Vas a ir igual, todos vamos a ir. Olvidate que será en su
casa, aprovechá para disfrutar. Hasta podés darle celos, si es que alguna vez
le pasó algo con vos....
-No voy a ir. No quiero sufrir mas.
-Como quieras. Pero el sábado vengo, por si cambiaste de idea.
El viernes y el sábado fueron días espantosos para mí.
Primero: no había dormido nada en las noches, tenía una pesadilla tras otra.
Eso me daba la pauta de que vivir sola me estaba costando...Segundo: un parcial
en el que había puesto todo mi empeño fue estampado con un aplazo grande como un
piano. Y tercero.....no podía dejar de extrañar a mi papá. Llorándolo a él,
lloraba por todas las cosas que me pasaban.
Por eso, el sábado a la tarde, me senté frente al televisor
para consumir toda la mierda que quisiera venderme. Me preparé algo para comer
y allí estuve bastante rato, masticando frente a un concurso de talentos donde los
talentos brillaban por su ausencia. El timbre sonó a eso de las 9 de la noche.
-Hola hermana –saludó John con una sonrisa -¿Y? ¿Venís?
-¿Adónde? –pregunté desorientada.
-¿Te olvidaste?
Hice memoria y lo recordé. Lo miré con cansancio.
-No voy a ir. Dejame sola –intenté cerrarle la puerta en la
cara, pero él me detuvo.
-Pará. No te hace bien estar sola. Vení conmigo, van a estar
las chicas, charlás, tomás algo, te reís un rato y listo. Si te sentís muy mal
nos volvemos. Al él ni lo saludes, no es necesario.
No sé porqué acepté. Quizás era porque John tenía algo que
hacía que yo jamás me negara a nada, o quizás, simplemente, era una masoquista.
Sólo lo seguí, sin siquiera cambiarme mi camisa y mis raídos pantalones negros.
Tomamos un bondi y casi no dije una palabra, sólo lo escuchaba, asentía y
miraba por la ventanilla.
Llegamos a la casa de Richard, y yo seguía en esa especie de
“no-estado”, no pensaba en absolutamente nada, tenía la mente en blanco.
Como parecía que todos entraban y salían a su antojo, John
ni tocó timbre, directamente entró. Allí estaban todos de mucha arana, tomando
alcohol como locos. Y en un rincón, Richard y la famosa Geraldine. La miré,
primero como a una rival, y después....después ya no. La chica no tenía la
culpa de nada. Era flaquita, mas que yo. De hecho, yo parecía un gigante a su
lado. Rubia, de cabello rizado y unos grandes ojos verdes. Si las cosas continuaban
bien para ellos, en poco tiempo tendrían unos hijitos preciosos...
John me llevó directo al fondo, donde estaban Paul, Stu,
Abby, George y Pete. Me sumé a ellos, aunque lo único que hacían era contar cuentos
verdes. Pero John tenía razón, me había olvidado de dónde estaba. Hasta que lo escuché.
-Hola Mercy ¿cómo estás?
-Hola Richard –mi voz salió seca, sin vida. Y mi mirada
hacia él era igual, o eso creía.
-Creo que de todos los que estamos acá, vos sos la única que
no conoce a Rory, ¿Puede ser?
-No, no lo conozco. –volví a responder con la misma
sequedad.
-Vení –me llevó hasta un sillón, donde el dichoso Rory
tomaba cerveza y charlaba con tres tipos mas.
-Ey Rich, ¿quién es ésta chica tan linda?
-Soy Mercy Wells, un gusto Rory –respondí sin darle tiempo a
Richard a contestar.
Extendí mi mano, que Rory besó caballerosamente.
-Mercy, el gusto es mío, conocer a un dama tan fina como
vos....
-Bueno...gracias...-reí nerviosa. Me di cuenta que Richard
nos miraba a los dos, algo sorprendido. En ese momento, él estaba completamente
de más.
-¿Y de dónde se conocen?
-Éramos compañeros de colegio –respondió Richard.
-Ah...ya lo veo....
-Wells, vení –John me tomó del brazo y me obligó a seguirlo
hasta dond estaban los chicos, sin darme
tiempo ni a saludar a Rory.
-No sé si agradecerte o qué –le dije.
-Quedate acá.
-Bestia, ¿qué te parece si hacemos una competencia? –propuso
George.
-¿Competencia de qué?
-Fondo blanco. El que toma más rápido, gana.
-Wells no puede tomar.
-John, me traés acá para sufrir, aunque sea dejame tomar un vaso
de algo.
-Uff...está bien, pero poco.
El “poco” de John, se transformó en “demasiado”. Pero a la
vista quedó que George tenía menos aguante que yo, porque al rato no paraba de decir
estupideces, se reía, y pedía por favor que no le sirvieran mas. McCartney, por
su parte, fue un duro contrincante, pero dejó la competencia cuando Abby se
enojó, y con toda la razón. Por eso, ellos fueron los primeros en irse, mientras
Abby arrastraba a Paul, le decía que jamás volvería a salir con él. John, para esas
alturas, también estaba entrando en un estado deplorable, pero no paró de
brindar por Hamburgo.
Al quedarme casi sola, salvo por tener a George ya durmiendo
en mi hombro y babeándose, me dediqué a tomar, mas de lo que había tomado. Los
efectos no tardaron en aparecer, y pronto estaba mareada y....llorando. Si,
lloraba escondida, en realidad me hacía la dormida sobre la mesa para que nadie
me viera. Era la primera vez que al pasarme de copas, me daba por llorar y no
por reírme. Cuando paré de hacerlo y
levanté la vista, ya pocos quedaban en la fiesta. Esos pocos estaban o dormidos,
o borrachos. Pero también escuché voces fuertes, como una discusión. Traté de
centrar mi vista, buscando a los que pelearían, y para mi sorpresa, eran Richard
y su novia. Él estaba mas muerto que vivo, y ella parecía muy sobria, y así se
fue, dando un portazo.
George seguía durmiendo, John estaba a punto de hacerlo y
los otros chicos también. Rory charlaba muy cerca de una rubia, y el resto de
los desconocidos charlaban o se besaban como si nada.
Me paré, como pude, y busqué mi chaqueta. La tenía John y la
estaba usando para taparse en la silla donde se habia quedado dormido. Pensé en
despertarlo, pero estaba en un estado terrible, y llevarlo a rastras no podía,
porque yo tampoco estaba en condiciones. Le saqué mi chaqueta, él siguió
roncando, y caminé hacia la puerta, mientras me la ponía. Pero no llegué. A la
pasada, Richard me tomó de una mano y me atrajo hacia él, con fuerza.
-¿Qué hacés? –dije casi gritándole.
-Vamos a bailar –dijo apenas, la lengua se le trababa.
-No podés estar ni parado, soltame –intenté zafarme, pero
él, pese al alcohol que llevaba encima, tenía mucha fuerza.
-Pero dale...-me agarró de la otra mano, y me pegó mas a él.
Tragué saliva, intentando no mirarlo. Si lo miraba, podía caer, y no al piso,
justamente.
-Richard te dije que me sueltes, estás mal, y yo....también.
Me voy, estoy muy mareada.
-Un ratito mas –rogó.
Y ahí lo miré. Pese a que no tenía que hacerlo, lo miré. Y vi
a quien me tenía loca, de amor y de dolor. Sentí esa fuerza irrefrenable que no
sabía de dónde venía, que me empujaba a él. Esa vez no me resistí, cedí. Lo
hice porque ya no podía aguantarme mas.
Y lo besé. Sin saber besar, pegué mis labios a los suyos y
sentí, por un instante alegría. Pero después no. Ese no era el beso que muchas
veces había soñado darle. Era un beso lleno de culpa, dolor, rabia....
Para mi sorpresa, él me correspondió, y lo hizo de una forma
desconocida para mí, una forma apasionada, casi brutal, a la que poco me costó
acostumbrarme. Me agarró la cara, y siguió besándome así, mientras para mis
adentros me repetía una y otra vez que eso no estaba bien, que eso me causaría mas
dolor que el que tenía. Pero no podía parar, era él, Richard, el que me besaba
y no me importaba qué tanto apestaba a cerveza, o si tenía novia, o si estaba
consciente de lo que hacía.....Me importaba que me besaba, y punto. Creo que
fue el acto mas egoísta de mi vida.
A tientas, me hizo caminar, chocándonos con todo, hasta que
abrió una puerta. Era la habitación donde estaba su batería, aquella habitación
a la que una vez yo había entrado cuando lo visité porque estaba enfermo y él
me pidió que le buscara pañuelos....
Me soltó, entramos, y cerró con llave. Me arrinconó contra una
pared y siguió besándome, mientras dentro mío tenía un debate del mismo
infierno. Sentí sus manos en mi cintura, que entraban debajo de mi camisa. Y
después sentí sus labios locos en mi cuello.
Me mordí, y le agarré el pelo. Lo deseaba ciegamente, quería acostarme con él
ahí mismo. Pero la conciencia llamó a mi puerta. ¿Qué estaba haciendo? Jamás
había pensado algo así, nunca había sido una puta que se entregaba a la primera
de cambio....Estaba por hacer algo de lo que podía arrepentirme toda la vida,
con el tipo que amaba, sí, pero ese tipo tenía novia, y él estaba completamente
borracho. Yo también lo estaba, pero tenía una gota de conciencia, cosa que él
no. No podía aprovecharme de eso. No podía ser tan basura.
Por eso le di un empujón para apartarlo. Me miró desconcertado,
y yo me vi agitada, con la camisa casi desprendida del todo.
-¿Qué pasa? –preguntó enojado.
-Richard...Richard...-le tomé la cara con las manos, buscado
en esos ojos la mirada de la que me había enamorado, pero no la encontré.
-¿Qué pasa? –volvió a preguntar.
Mirame, decime quien soy, decime que sabés quien soy –lo
dije con desesperación, esperando que me contestara que sí, que sabía. Creo que
si hacía eso me hubiera entregado a él completamente, sin un pero.
-N...no sé...¿Qué tiene que ver eso? –respondió perdido,
pero volvió a lanzarse sobre mi, empecinado en besarme los hombros y desabrocharme
el pantalón.
Pero otra vez lo separé, ya llena de tristeza.
-¿Y ahora qué?
-¿No sabés que soy Mer...? Nada, dejá. Será mejor que me
vaya.
-Pero....-no lo dejé terminar, porque le di un beso suave,
dulce, de esos que alguna vez creí que podría darle. Me separé, con los ojos llenos
de lágrimas y lo miré otra vez.
-Adiós Ritchie....
Lo solté, quité la llave de la puerta y salí, dejándolo solo
a él, que seguía completamente desconcertado. Levanté mi chaqueta que estaba
tirada en el suelo y miré hacia donde John, por suerte, seguía durmiendo. No se
había enterado de nada.
Salí a la calle, prendiéndome los botones, y abrigándome con
la chaqueta. Era demasiado tarde, ya no había bondis, así que caminé cargada de
angustia. Cuando al fin llegué a casa, cerré la puerta de un golpe y me apoyé
sobre ella, deslizándome lentamente hasta quedar sentada en el suelo. Me pregunté
una y otra vez qué había hecho, porqué lo había hecho. Me desconocía. Si Richard
alguna vez lo recordaba, no sé qué pasaría. No entendía porqué me había dejado
llevar y agradecía al cielo el hecho de haber parado a tiempo.
Y entonce se acosté en el piso, y empecé a llorar, a llorar
por ese amor que tanto me dolía. A llorar por él. ¿Había roto mi promesa? No lo
sabía y tampoco me importaba. Lo único que sabía era que lo amaba, y no lo tenía.
Creo que si el diablo se me presentaba, le hubiera vendido el alma como Fausto,
con tal de conseguir ese amor no correspondido. Pero eso no sucedió. Llorando así,
me quedé dormida.
Saludos!
Ahahaha Maríaaaaa!!! No sé si llorar o reír histéricamente ._. Porque, bueno, por un lado me encanta todo el rollo del drama y además sería aburrido que todo fuera color de rosa, pero por el otro, pobre Mercy!! Cualquiera suponía ese primer beso con Ringo rodeado de cabras, con una lluvia de azúcar y pajaritos que sueltan arcoiris por la boca (?) pero lo hiciste bien crudo y... eso me encantó. En serio, me fascinó con todas las letras y unas cuantas "o" más al final de la palabra. Sólo le falto sangre por todos lados.... pero bah, ya eso sería pasarse un poquito y para eso tengo tu otro fic :3 Aunque... no estaría nada mal un par de escenitas crueles, salvajes y sádicas Y... bueno, no me prestes atención.
ResponderEliminarBuuuueno, a lo que vine: te hiciste todo un capitulón! En la parte del beso un tanto prendido, sinceramente creí que pasaría "algo más", pero también sabía que Mercy no es ninguna cualquiera, está loquita de amor, pero eso ya sería un extremo. Y en definitiva, una promesa que rompió enormemente, porque a la pobre le rompieron el corazón :(
Ahahah pero casi muero de ternura imaginándome a George todo babeado y borracho *w* No es precisamente el cuadro más tierno y adorable que se pueda ver, pero viniendo de Harrison, todo es hermoso.
Como sea, gracias por tremendo capítulo :3
¡Saludos y besos!
NOOOOOO noooooooo. Esperé todo el fic para este momento y ahora sinceramente no sé que decir. AAAAAY ESTE RICHARD HIJO DE RE MIL PUTAAA! Pero el no sabía que Mercy, pero, pero perooo... Me da pena por un lado, porque digamos que la Wells (?) no se le declaró como se debe, por lo tanto si es medio boludo puede que no se haya dado cuenta. Me parece genial que lo haya frenado, ya se dará algún día y en mejores condiciones.
ResponderEliminarAy, admití que me gusta George, que lindo que eeeeeeess. Y ese John lo vamos a matar si llega a volver con Marcia, la zorra esa ajaja.
¿Así que hay otra persona con la que debo disputar a Rory? Vení Aye, estoy dispuesta a pelear a muerte por su amor. Ah jajaja No, está bien, Rory ahí va, pero me tocan a Roger Daltrey y se pudre todo jajaj
Ay, que capitulo tremendo eh! No se que comentar, como verás. aksjfksalhgsajkg
Hola Juliii! aca estoy yo! la famosa Aye que María quemo! naaa, por el rubiolas, todo bien (si con amor le digo el rubiolas) jajaja cuando quieras, buscame por el facebook (Ayee Bortoli) y hablamos de ese loquillo XD ahora, MARIA deja de hacerme quedar mal!
EliminarPodes creer que juli me llamó avisandome que habías subido un capitulo? Y que capitulo mamita querida!! me encantoooo. En especial la crueldad del momento, supongo que el primer beso de Mercy y ringo hubiese sido lindo en otras condiciones pero le hubiese faltado ese toque de emoción que le pones a todo. No me puedo imaginar como seguirá esto y me entristece la idea de pensar que algún día va a terminar (pensarás que estoy re loquita) en especial por haberlo descubierto tan avanzado (gracias juli!) Quiero ver la reaccion de john cuando se entere, seguro lo va a querer matar al narigón. que lindo georgito borracho :) Pero ahi falto stuuu! no puedo esperar que subas otro
ResponderEliminarMe cortas las alas:c
ResponderEliminarDigamos que hoy no fue mi dia:l y llegue aqui con la ilusion de un capitulo y que si:D
pero solo me puse mas triste:c
Pobre Mercy... Aunque debo decir que la picarona nada tonta aprovecho hasta el ultimo minuto jajaja:c
Yo quiero que se casen tengan hijos y cabras MUCHAS MUCHAS MUCHAS cabras:l
maldita sea:c pobre Mercy y el idiota de John-.-' kajsdjaskjkjdas. Roncando alli:l
Deri, *u* me inspira confianza pero yo soy eternamente Ritchie:b esos dos -Mercy y Richard- deben estar juntos, lo siento por Deri:c
Abby xD jajajaja se llevo a McCartney a rastras:c pero se lo merecia.
Este fue uno de mis capitulos favoritos!!
Sigue con el drama no importa-u- y al menos aun yo no participo en esa Hoguera xD Pero si dejas a Mercy si Richard yo mismo te quemo! xD
Ok no, es broma:p
Saludos espero el proximo capi*u*
Hello! Aquí vine yo a comentarte que, pese a tarde, ya sabes que nunca fallo. Sabes? El día que no te comente uno de tus capis, por favor, hazme el favor de vengar mi muerte, jajajajajjajajaja. Poco me queda ya que decir porque ya te dije lo que pensaba nada más acabé de leerlo. Ya sabes, esa serie de whatsapps en los que casi te pido en matrimonio por hacerme gozar tanto por como escribes y todo eso... XDDD Pero en fin, te vas a tener que aguantar porque pienso repetir algunas de las cosas que ya te dije :P En primer lugar, agradecerte la dedicatoria del capi. No me lo esperaba y me sorprendiste. Con esa sincera frase me hiciste emocionar... Ya sabes, como te dije, a las malas, a las menos malas y a las buenas, ya sabes que me tienes a mí ahí, con mi cafetería imaginaría (en la cual conociendo mi adicción al "feca" seguramente ya no quedaría ni gota de café porque me lo habría bebido yo todo). Y como ya hace tiempo que no te pongo cosas de estas en los comentarios, retomo mi tradición de los vídeos... XD Hija (porque eres mi hija "internetera"), que sepas que... http://www.youtube.com/watch?v=-aa80jOxlk8 XDDDDD
ResponderEliminarSiguiente, te voy a comentar en líneas generales el capi y después ya paso parte por parte. Ya sabes, me gustó, pese a que pensabas que te tiraría un zapato volador como se lo echaron a Bush... XDDD No, corrijo. No me gusto. ME ENCANTÓ. Es triste, mucho, y me creo que te costara escribirlo. Obvio, cuando nos encariñamos con nuestros personajes, nos cuesta hacerlos sufrir, pero es una historia y es lo que hay. Pero lo que más me gusta de todo esto es que tú, al contrario que la mayoría, no caes en dramatismos fáciles sacados de telenovelas cutres de la televisión. No. Tú muestras como es la vida en sí. Se sufre, se sufre por amor y se sufre por muchas cosas, pero a veces no es necesario que haya un gran drama detrás para vernos sumidos en el más negro de los pozos. Y como siempre, esa maña tuya a la hora de mostrarnos los pensamientos de Mercy, de hacernos sentir como que estamos en su piel, sintiendo todo lo que ella siente... Pues eso, ya paro que si te creces :P Así que optaré por resumirlo todo en dos simples palabras: IM PRESIONANTE, jajajajajjajajajajjajaja.
(Y HASTA AQUÍ LA PRIMERA PARTE DE ESTE COMENTARIO MÍO QUE BLOGGER SIEMPRE INSISTE EN CORTAR POR EXCESO DE CARACTERES. CONTINUARÁ...)
(LIBRO SEGUNDO -O SEGUNDA PARTE DEL COMENTARIO- XD )
ResponderEliminarBien, ahora ya paso a destripar esto parte a parte... JUJUJUJUJUJUJUJUJUJUJUJU. Primero, Geraldine. Vale. Estamos de acuerdo en que no tiene la culpa. Estamos de acuerdo en que la chica a lo mejor no es tan mala como un asesino en serie, que quizá no desolle cachorritos todas las mañanas antes de ir a clase. Estamos de acuerdo en todo eso. Pero pese a estar de acuerdo en todo esto, apuesto a que si pego una patada me salen hordas de lectoras dispuestas a raptarla y a alejarla del Richard por lo menos 40.000 kilómetros. Por cierto, si ese devastador ejército se constituye, presento mi candidatura a dirigirlo y "juro ser fiel y prestar mi servicios a Mercy tanto en la paz como en la guerra, en la vida y en la muerte, a partir de este momento y hasta que mi Señora me libere o la muerte de lleve". (Desde aquí pido disculpas a Tolkien y a sus herederos por haberle "pillado prestado" este trocito de juramento... jajajaja). Bueno, queda claro pues que a Geraldine, que no ha hecho nada y tal y cual, ya le tengo una manía tremenda, aunque sé que al que debería de apedrear es al señor Richard Starkey. Sí, sí, a ése. A ése que hasta hace nada iba revoleando detrás de Mercy y que ahora (quizá no sé yo si celoso por lo de Friedrich) se ha puesto a salir con esta chica después de estar dándole esperanzas a la pobre Mercy! LO MATO! LO MATOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!
Y el otro. Otro que espero ansiosa que se dé un trompazo contra la pared tan grande que después deba recoger sus dientes del suelo con una escoba. Sí, ya sabes a quién me refiero, a John, jajaja. La verdad es que con éste no me enfado tanto (me puedo enfadar con él? No, no creo, :P ) . Vale, le pegaría un barrazo en la cabeza por estar con la Marcia esa, que es lo que viene a ser un pedazo de putón más grande que la catedral anglicana de Liverpool, pero mira, ya se dará cuenta, animalico. Y si no se da cuenta, no pasa nada... Siempre puedo hacer que parezca un accidente y quitar a cierta persona del panorama... XDDDD
Uhhhh... Friedrich va haciendo avances demasiado grandes. Ahora Mercy le llama "Deri". Mala cosa. Deri es ya un nombre demasiado cariñoso... Y además, sabiendo que Richard está con Geraldine, a lo mejor... Uinsh, mal pensamiento! Sal de mi mente rai naw! Jajajajaja.
Vale, vale, veamos... La fiesta... Uffff... No tengo palabras para describirlo. Pero bueno, primero voy a darle la bienvenida al fic al RUBIOOOOO! Jajaja. Hola Alan! Mira, nos apareció el esposo de Aye, mira tú por donde.
Y ahora, ya al tema... Fiesta. Todos borrachísimos. Mucho. Final de la noche. Richard sin novia, Mercy que por fin, presa de la rabia y de todo lo que lleva adentro le da ese beso desesperado, furioso. Él que se deja llegar porque seguro que siente algo más y... cuando está a punto de pasar, ella reacciona. MUY BIEN POR ELLA. MUY BIEN. La verdad es que de haberlo hecho seguramente se hubiera arrepentido y hubiera supuesto un paso en falso con la persona que ella quiere con todas sus fuerzas aunque le duela aceptarlo. Algo que podría haberlo estropeado todo. Pero pese a que agradezco la lucidez de Mercy, he de decir que me puso todo esto inmensamente triste. Por qué tiene que ser todo tan complicado? Joder, cuando los dos podían no pasó nada y ahora precisamente... De hecho, entiendo las lágrimas desesperadas de Mercy al final del capi. Las entiendo porque yo también las hubiera derramado ante una situación así.
Pobrecita. Sólo espero que cumplas tu promesa y que los próximos capis no sean tan malos para la pobre. Si no, pues avisa y ya voy afilando mi espada y colocándome la cota de malla y el yelmo para entrar en justa batalla en pos de Mercy, jajajaja.
Y bueno, nena, un súper beso y sigue así de genial, deleitándonos a cada capi que nos publicas!
Tu madre que te quiere.
Cris.
:P
(LIBRO TERCERO -TERCERA PARTE DEL COMENTARIO-)
ResponderEliminarLo siento, siento ponerte otro comentario, pero es que cuando he acabado de publicar el otro ha empezado a sonar "In my life" y estoy babeando tanto que me gustaría matizar parte de mi comentario anterior. No quiero que John se rompa los dientes. Pobrecito. Lo quiero tanto que ni eso quiero, aunque fuera más malo que Hannibal Lecter en una mala mañana no lo querría. Si se da contra la pared que se dé flojito y que no se haga mucho daño, vale? Jajajaja.
Ahora sí, ya acabada mi trilogía de comentarios, me despido. Bye, bye, mon amour! :)
No me pude contener y así como Cris, te mando la segunda parte de mi comentario jaja Por la presente les informo que en el caso de querer formar un ejército Mercyano cuentan con todo mi apoyo y fidelidad. Proponiendo, para esto y como primera medida,un pacto de sangre que finalice con la eliminación total del ser más odiable, a saber, Marcia. Seguido por el petiso narigón.
ResponderEliminarBueno, no puedo esperar a que subas otro, tanto que te vuelvo a comentar. VERAAS QUE TODO ES MENTIRA, VERAS QUE NADA ES AMOOOR, QUE AL MUNDO NADA LE IMPORTA YIRA YIRAAA. Perdón, no pude contener ya que compartimos la pasión del tango jaja askjghasjdkghdaskj Richard te voy a reventar. George ebrio. John sos un gatero. Stuart te entro. Rory (say no more). Mercy ídola.
me gusta como pasas de la sonrisa al llanto con esa agilidad que te caracteriza..describes muy bien las situaciones sin caer en la memez o tonteria romantica..me ha gustado mucho amiga mía..(Valentin)
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