Ni bien puse un pie en el andén, supe que mi estadía en
Londres sería un tormento. Toda la gente que corría de aquí para allá, el
bullicio, las bocinas de los trenes, en fin, todo ese movimiento me mareó. Y
una ola de recuerdos, demasiados recuerdos, se abalanzó sobre mí, como pirañas
hacia su presa.
Tomé mi maleta, me acomodé la guitarra en la espalda y suspiré,
encaminándome a la salida de la estación. No había nadie esperándome porque no había
avisado el horario de mi llegada. Así lo quería, necesitaba caminar esas calles
que separaban la estación de mi casa, esas calles que tantas veces había
recorrido sin darles importancia.
La maleta estaba pesada, por lo tanto la llevaba con ambas
manos. Serían las 6 de la tarde del 30 de diciembre, y eso explicaba la gente
que, apresurada, caminaba o corría. Me detuve y me apoyé en una pared para
recuperar el aliento. Veía como me salía humito de la boca, y me ajuste mas el
gorro rojo que llevaba en la cabeza. Luego de un rato de descanso, continué la
marcha.
Llegué a un parquecito. Era uno al que me llevaban a jugar de
pequeña, cuando los columpios me daban vértigo. No habia cambiado nada, sólo
que no habia niños, sino gente que cruzaba.
Dejé mi maleta en el suelo y me senté sobre ella, con los
codos apoyados en las rodillas, sosteniendo mi cabeza. Otra vez acomodé mi
gorro y traté de respirar profundo. Puteé a la anemia que seguramente tendría
en mi sangre, a ella culpaba de mi cansancio, un cansancio que cada vez
aparecía con mas frecuencia.
Miré a la gente que cruzaba el parquecito. Algunas ni
reparaban en mi, otros me veían raro, cono si fuera una vagabunda. Saqué de mi
bolsillo un trozo de chocolate que venía comiendo en el tren. Cuando lo terminé,
mi cansancio también había terminado. Se me cruzó la idea loca de tocar la
guitarra allí, quizás alguien me diera monedas, pero andaban unos policías
cerca, me sacarían a patadas.
Cruzé el parque cargando la maleta y caminé las calles que
me faltaban, calles que cada vez se alejaban mas del centro y se volvían mas tranquilas.
Minutos después estaba frente a la puerta de mi antigua
casa. La miré bien, estaba exactamente igual a como la habia dejado. Miré la
puerta, la mirilla, el timbre, sopesando las posibilidades de tocar y entrar, o
dar media vuelta y desaparecer. Sinceramente, la segunda opción me atraía mas.
Con un suspiro resignado toqué timbre y esperé, mirando a todos
lados. La puerta se abrió y apareció mi madre, radiante. Un pensamiento brutal
cruzó mi mente: quizás mi madre no estaba tan contenta por mí. Quizás tuviera
un novio.
Me sirvió té y enseguida llevé mi maleta a mi habitación. Me
dijo que había cambiado el acolchado, ya que el otro estaba muy raído.
La cena de fin de año fue en la casa de unos tíos. Durante
el día casi no hablamos, ella corría por la cocina preparando comida y yo sólo
la miraba. De todos modos, no tenía mucho para contar.
En fin, la cena trascurrió entre el aburrimiento y la
incomodidad. Tíos borrachos pelando por política, tías preguntando por novios
inexistentes, y primos ostentando sus títulos universitarios. Recordé mi fiesta
de fin de año, tan alegre en comparación con esta otra.
Le había prometido a mi madre que me quedaría con ella hasta
el 15 de enero. Durante ese tiempo no pude averiguar si ella tenía pareja o no,
pero varios indicios me daban a entender
que sí. Me dolió.
En esos 15 días, el clima fue una mierda. No paraba de
llover así que me lo pasé encerrada, “estudiando”. En realidad, sólo ponía un
libro, abierto, mientras leía una novela. O arrancaba hojas del cuaderno para
escribir cuentos, o para dibujar casas enormes, con muñequitos tomados de la
mano y...muchas cabras. Sí, de más está decir que en ese lapso había pensado
como nunca en Richard. Él era lo único que me alegraba en una casa llena de
recuerdos tristes, o alegres, pero al ser recueros, igual eran tristes.
Mi otro consuelo era Violeta, con ella me encerraba en mi
habitación a tocar lo que se me viniera a la cabeza. Pero mucho no era, ya que
esa habitación me resultaba asfixiante....Todo lo sentía ajeno, extraño. Si me había
criado allí, ¿por qué me pasaba eso? Quizás era porque Liverpool era mi lugar
en el mundo, y mi vida allí, pese a sus
bemoles, era una vida. Lo que había tenido en Londres me parecía, ahora,
artificial, un sinsentido.
Después de sobrepasarse en atenciones hacia mí, de un día
para oro mi madre cambió su actitud. Estaba muy susceptible, y cualquier cosa
que yo dijera, cualquier sonido que saliera de mi boca, era motivo de escándalo.
Yo no peleaba, solo miraba su rostro lleno de recriminación, que no entendía.
Mucho problema no me hacía, tenía la conciencia tranquila, yo no había hecho
nada malo.
Por eso, ni bien pasaron los 15 días prometidos, me fui.
Mejor dicho, huí.
Quería sacudirme todo eso.
Volver a Liverpool
fue un soplo de liberación. Es mas, creo que nunca había ido con tantas ganas a
trabajar....y a estudiar. Bueno, en eso último, tantas ganas no tenía. Digamos
que me sentía defraudada, aunque no sabía porqué. De la carrera, de la universidad,
o de mí misma. Lo cierto era que sentía que todo eso no era lo mío, pero ¿qué
era lo mío? Eso tampoco lo sabía.
-Ey, Mercy
-Hola –saludé a Friederich con poco entusiasmo, en mi mente
se proyectaron los momentos deliciosos que me había arruinado con Richard.
-¿Que tal empezaste el año? –dijo caminando a mi lado.
-Pues....aburrido, en Londres.
-¿Fuiste a Londres? Eso es genial, quisiera ir. ¿Tenés clase
de idiomas hoy?
-Si, empieza en.....-miré mi reloj pulsera -10 minutos.
-Te acompaño, tengo clase de historiografía en el aula de al
lado.
Caminamos hasta el pabellón, hasta que el se detuvo.
-¿Qué pasa? –pegunté extrañada.
-Verás....me decidí. Quiero tocar la batería.
Oh si, qué genial. Habiendo millares de instrumentos.....
-Te felicito –creo que nunca hice una sonrisa tan forzada
-El tema es que no sé cuál comprar. Tengo espacio, tengo el
dinero, pero....no sé nada. Pueden venderme cualquier cosa. Pensé que vos
podrías preguntarle a alguno de tus amigos, los músicos....¿me harías ese favor?
Lo miré bien, parecía muy interesado, y a la vez preocupado
por su ignorancia en el tema baterístico.
-Está bien. Le preguntaré a alguno.
-¡Gracias Mercy! –de la nada me dio un abrazo -¿Podrías darme
una respuesta para la semana que viene? Como ves, estoy algo apurado.
-Emm....sí, sí, claro.
-¡Muchas gracias!
Caminamos hasta la puerta de mi aula, allí estaba Tamar,
fumado un cigarrillo.
-Ah chicos, los presento. Tamar, él es Friederich. Friederich,
ella es Tamar.
-Hola Tamar –saludó él con su sonrisa perfecta.
-Hola ¿que tal? –respondió ella mirándonos a los dos.
Al día siguiente, debatía conmigo misma mientras limpiaba la
cafetería. ¿A quién preguntarle sobre baterías? Yo no tenía idea, a John era
imposible porque a él le daba igual una batería que dos ollas de cocina, Pete
Best me echaría a la mierda con su mal genio.....La última posibilidad era Richard.
Pero yo no iría a preguntarle a ÉL algo para FRIEDERICH. Salvo que le mintiera
pero...no quería. Entonces opté por un intermediario.
Llegué a la casa, o mas bien “choza” de John con el papel con
la dirección en la mano. En la puerta justo estaba Stu, que al parecer se iba.
-Hola linda –saludó con su habitual galantería.
-Hola Stu ¿John está por acá?
-Si, está adentro, pasá.
-Pero...¿está en condiciones de recibirme? O sea, no quiero
encontrarlo con una mujer, a eso me refiero.
Mi temor le causó gracia y rió, exhalando el humo del
cigarrillo que fumaba.
-Tranquila, está leyendo, o algo así.
-¿Leyendo qué? ¿Una Playboy?
Otra vez se echó a reír.
-No te rías, es que desconfío....
-Pasá tranquila, no hay problema. Es la tercer puerta, a la
izquierda.
Entré a un oscuro pasillo, Stu se fue diciéndome que se iba
a la casa de una novia o algo así. Busqué
la tercer puerta y golpeé con suavidad. Nada se oyó del otro lado. Golpeé un
poco ms fuerte y la puerta se entreabrió. Me asomé, John estaba tirado en un
despelote que podríamos llamar cama, leyendo una revista de historietas.....y
en calzoncillos.
-Stu cerrá esa puerta que entra un chiflete que me va a congelar
las bolas.
Me tapé la boca para ahogar la risa, entré con sigilo. Estiré
la mano, y apreté el dedo gordo de su pie izquierdo.
-AAAHHH! ¿Qué hacés St...? AAAHHH! ¡WELLS SALÍ DE ACÁ!
Comenzé a reírme a carcajadas, mientras él buscaba con
desesperación algo para taparse. Le arrancó la frazada a la cama de al lado y se envolvió, ya de pie.
-¿QUÉ HACÉS ACÁ?
-Tenés que recibir mejor a tus visitas –dije todavía a las
risas –Por si no te diste cuenta, me estoy cobrando la que me hiciste el otro
día. ¿Viste que feo es que entren así a tu habitación?
-George tiene razón, sos una bestia. A ver, date vuelta que
me voy a vestir. Carajo, ¿dónde está mi pantalón? –miró debajo de su cama
-¡Date vuelta, che!
-Uy Lennon, que vergonzoso te pusiste de pronto,. Por favor,
como si hubiera mucho para ver.
-¡Date vuelta! Acá está –de un revoltijo de ropa sacó un
pantalón y una camiseta.
-¿Ya puedo ver?
-Si, si, ya está. Decime a qué viniste. Supongo que será importante,
te dije que jamás vinieras. ¿Quién te dejó entrar?
-Stu
-Me imaginé.
-Ey...lindas pinturas –dije mirando unos cuadros apoyados en
la pared y en el piso. -¿De qué son estos frascos?
-No toques nada. Decime a qué viniste.
-Que lindos colores -abrí los frascos, eran de pintura -¿Son
óleos? ¿O acrílicos?
-Dejá eso te dije.
-Ufa, está bien –volví a ponerlos sobre la mesita en la que
estaban, pero uno se me cayó -¡Ay, no! ¡Volqué todo!
-¡Serás infeliz Wells, eso no es mío! –sacó mis manos del enchastre
que había hecho. La pintura, de color rojo, se había desparramado sobre la
mesita y goteaba en el piso.
-Perdón....-dije apenada.
John agarró un trapo y me limpió las manos.
-Andá a lavarte con
jabón, yo limpiaré esto –se agachó y limpió el piso. Se dio cuenta de que lo
miraba con miedo, porque así era, me había mandado una macana y él, con toda
razón, estaba enojado. –Lavate ahí –dijo apenas levantando la vista, y
señalando una puerta.
Entré ahí, parecía el baño, pero en realidad era una
acumulación de mugre. Con razón no quería que viniéramos ni Mimi ni yo. Me lavé las manos con jabón, mientras miraba
por una ventanita que daba a un patio igual de mugriento, donde daba el poco
sol de la tarde.
-Ya está –dije al salir. Él recién terminaba de limpiar, y
arrojó el trapo a un tacho de basura.
-Bien.
-Perdón, fue sin querer.
-Lo sé. Decime a qué viniste –se puso las manos en la cintura.
-Necesito un favor. Quiero que hables con Richard.
Hizo una amplia sonrisa, y fue hasta su cama, y allí se dejó
caer.
-Sentate –señaló la cama de al lado –Así que mi hermanita
quiere ayuda con su galán. No sé porqué pero me encanta la idea.
-Esperá, no es lo que pensás. Te explico: Friederich quiere
comprarse una batería.
-Ya Friederich....
-John –lo miré con severidad –Sigo. Quiere comprarse una batería,
pero no tiene ni idea. Me pidió ayuda, yo, obviamente no sé nada y....el único
es Richard. Pero a él no puedo preguntarle algo para Friederich, ¿me entendés?
Pensé que quizás....vos...podrías....
-No pienso hacer nada por ese. Ya te dije ese tipo no me
gusta.
-¡Pero John...!
-Lo lamento, pero no. Si tanto querés ayudarlo, vas y le preguntás
VOS.
-Ay, no puedo ir a la casa y decirle “Hola Rich, ¿qué
batería puede comprarse Friederich?”
-No es necesario que vayas
a la casa......y no es necesario que le hables de Friederich. –lo miré,
esbozaba una sonrisita pícara, mientras enrollaba la revista.
-No entiendo.
-El sábado su banda toca en The Cavern, es la última
actuación antes de irse a Hamburgo.
-¿Hamburgo?
-Es por una temporada. Tranquila, el amor de tu vida no se irá
para siempre. Y ya que estamos, te voy avisando: parece que nosotros también, pero no
es nada confirmado.
-Pero John...Hamburgo es un asco....
-Por eso me encanta la idea –rió –Pero volvamos a lo nuestro.
El sábado vamos a ir todos. Vos también. Usá la excusa de Friederich para
acercarte a Richard. Que de una vez tu
compañerito te sirva de algo. Decile a
Richard que es...para un primo de Londres, lo viste ahora cuando fuiste allá.
Con esa tontería charlan, y aprovechá y le decís todo. Me entendés cuando te
digo “todo·”, ¿no?
-Claro, claro que sí...-dije mirando a un cuadro y sonriendo
–Es un buen plan.
-¿Lo ves? Antes de que se vaya a Alemania, el chico es tuyo
–me guiñó un ojo.
-John, deberías escribir revistas de consejos sentimentales.
-Naa....solo trato de ayudar a mi hermana un poco tonta.
Pero esperá: si la cosa no funciona, si vamos a Hamburgo y lo encuentro, lo apalabro.
-¿Lo qué?
-Lo apalabro. Le tiraré indirectas sobre vos.
-¡No, no!
-Si no se da cuenta, es porque es boludo. ¿Eso era todo?
-Si, eso era. ¡Gracias Johnny! –me tiré sobre él, a darle
besos y apretarle los cachetes.
-¡Salí de encima! ¡Si entra Stu pensará cualquier cosa!
-Está bien, te dejo tranquilo –me puse de pie y me planché
la pollera con las manos -¿El sábado me pasás a buscar?
-Si no hay remedio....
Sonreí me fui de allí,
silbando una canción.
El sábado llegó y yo andaba de los mas feliz. Me sorprendía
a mi misma por la valentía, estaba decidida a todo.
Me bañé en perfume después de ponerme el vestido mas lindo,
y me maquillé. Estaba luchando con los zapatos cuando el timbre sonó con insistencia.
-¡Ya voy John! –grité por las escaleras.
Abrí y me encontré a mi querido hermano encendiendo un
cigarrillo para mí.
-Vas demasiado bien –fue todo lo que dijo.
-Por lo menos no soy una crota como vos, que vivís en una pocilga.
-Mas respeto con el chiquero donde vivo.
-Vámonos de una vez.
Mientras caminábamos, John no paraba de mirarme y reírse.
Según él, nunca me había visto tan resuelta.
Llegamos a The Cavern, afuera estaba George con Juliet. Era
la primera salida que tenían solos, y de noche.
-Aún falta, esperemos afuera –propuso George.
-No, tengo que entrar –dije.
-¿Pero por qué tanto apuro?
-La Wells
tiene un asuntillo.....importante –dijo John, haciendo todo tipo de señas.
George entendió enseguida, pero Juliet parecía desorientada.
-¿Qué...?
-Ya te voy a explicar.
-Harrison no comentes nada –advertí -¿Entramos o no?
-Uff... está bien.
De mala gana me siguieron. Era la primera vez que entraba
allí, y me pareció un lugar raro. Era un sótano lleno de gente y humo, pero a
ese lugar aspiraban a llegar a tocar los chicos. Era su gran meta.
Los cuatro nos sentamos en una mesa, esperando a Paul y
Abby. John fue por cerveza, y como tardaba en volver, fui a buscarlo, y lo encontré.
Lo encontré con Marcia. Me llené de bronca, era un idiota, aunque sólo estuviera
charlando con ella.
Volví a la mesa, pero no dije nada. Unos minutos después,
comenzó la música. Y vi a Richard. Nunca antes lo había visto actuar.
-Con razón dicen que éstos son los mejores –dije, casi
gritando, en el oído de Juliet.
-Mirá al chico que canta
-Si, es Rory....gran fama tiene. Es lindo, ¿eh?
-Si, lo es....
George nos miraba con desprecio, pero era mas que nada por
celos. Para hacerlo enojar mas, segui contándole a Juliet todo lo que sabía de
Rory Storm, y ella parecía interesada. George se dio cuenta enseguida de mi
travesura y se la pasó sacándome la lengua.
Pero después, me concentré en Richard. Me encantaba, me encantaba
todo de él. Esa sonrisa....se notaba que disfrutaba lo que hacía....
Me puse de pie para acercarme mas al escenario, y Juliet y
George me siguieron. Algo me dijeron sobre Rory y su cabello, sólo asentí, pero
no les puse atención. Mis sentidos estaban concentrados en una sola persona.
Rory anunció la última canción, y el público rogó por una
mas. Mi corazón comenzó a latir mas fuerte, ni bien terminaran buscaría a Richard.
Después de dos canciones mas, que me parecieron muy cortas, agradecieron
y se despidieron. Hice a un lado a George, apresurada, y me abrí paso entre la
gente, para llegar al lado derecho del escenario, por donde bajaban los músicos.
Vi a Rory y los demás saludando y charlando con otra gente, y divisé a Richard.
Con dificultad y miedo de que alguien me quemara con algún cigarrillo, conseguí
acercarme mas, quedando a escasos metros. Y ahí vi algo que nunca tendría que
haber visto. Richard, mi Richard, el chico del cual estaba enamorada hasta la
médula, estaba con una chica rubia...besándose.
Todo a mi alrededor desapareció, sólo escuché que la chica lo
felicitaba por su actuación, y él le decía “Gracias amor”. Sentí que algo se me
clavaba en el pecho, que la mandíbula me temblaba, y tragué saliva. Como pude
me di vuelta, y empujando a la gente, salí corriendo. Escuché que Juliet me gritaba
algo, pero ni me molesté en saber qué
era.
Subí las escaleras y al fin salí a la calle, donde el viento
frío me dio de pleno en la cara. Sin darme cuenta, me había llevado a la boca
mi dije con la MW
y lo mordía con los dientes, con tanta fuerza que creí que podía partirlo. Si
no lo hacía estallaría en lágrimas y eso no quería. Me apoyé en una pared y
traté de respirar, apretando los puños.
-¿Por qué? -fue lo único que golpeaba mi mente una y otra
vez -¿Por qué?
Creo que si hacía el suficiente silencio y ponía atención, podía
escuchar a mi corazón rompiéndose en pedacitos. Otra vez la vida me daba un
cachetazo.
-Mercy, al fin te encuentro –Juliet apareció, agitada -¿Qué
te pasó? ¿Por qué te fui....?
Negué con la cabeza y le hice seña con una mano para que
dejara de preguntarme. Entendió enseguida, pero se quedó mirándome preocupada.
-Me voy a casa –dije
apenas.
-Esperá, le digo a George y te acompañamos.
-No dejá, puedo sola –me di vuelta y comenzé a caminar
lento, cansada. Me detuvo una mano en mi hombro, que reconocí enseguida.
-Hermana.....-me giró y suspiré, apoyándome en una pared.
-John....
-No me digas nada, ya vi todo. Si querés le pego.
-¿Para qué? No tiene la culpa, tenía novia y yo no lo
sabía....No me quiere. Y no sabés cuánto me duele.
-Vamos –me rodeó con un brazo y caminamos sin decirnos nada.
Cuando llegamos sólo me acarició el mentón.
-Cuidate –me miró con una profunda mirada de tristeza. O lástima,
no sé.
Entré a mi casa y me arrojé sobre el sofá. “No debo llorar,
no debo llorar”, me repetí. Me serví el whiskey mas fuerte que mi padre había
guardado. Esa noche fue la primera vez que tomé por amor. Y desgraciadamente,
no sería la última.
OOoooh me alegaste el día al subir un capitulo! Aunque ahora no se que voy a hacer el fin de semana jajaj Me encanta, sos una geniaaa! Y si, lamentablemente, somos primas jajaj La vi el 31, no se enfermó, bueno, más que de lo normal jajaj
ResponderEliminarAhora sí, el capítulo. La parte de Londres estuvo buena y para los que vivimos la situación de que nuestros padres estén separados sabemos que es exactamente así. Después... Rory let me love you(?) JAJA Ay, que Richard sorete, me vas a decir que no se dio cuenta nunca que Mercy estaba enamorada de él? Me encantó lo de "¿querés que le pegue?" Mataría por ver eso jajaj Ahora hay una razón más para que Mercy esté con Friederich (o Stu quizás jaja) y es más, que vaya y le pregunte a richard por la batería y que le diga que es para él, por forro! Jajaja
hola hola!!! Bueno aqui una completa desconocida a llegado :D me eh leido tus tres fic de un jalon!!! Espero y no te moleste mi obsecion por ti!!!!!! Este me a sorprendido por que no me habia enamorado de ningun fic de richard y bueno este me ha encantado fascinado anodadado (:/) simplemente no hay palabras lo haces muy bien hasta lo he recomendado por que??? Mercy jajaj pobre se lo que se sinte y como ya han dicho que utlice a friederich(lo escribi bien???) y y ... Ya sabes jajaja en fin gracxias por alegrarme el dia siendo que el clima aqui es frio y nevado jajaja me encanttan las cabras!!!!!
ResponderEliminarY después me dices a mí! Y DESPUÉS ME DICES QUE YO HAGO LLORAR??? DESPUÉS ME DICES ESOOOOOO???? Pero... Pero... Mecagoenlaputamadrequelopariótodo!
ResponderEliminarSi te digo la verdad, lejos de enfadarme con los protas, con el Richard y tal, este capi me ha puesto tremendamente triste. Entiendo que se te partiera el alma al escribirlo... :( Joer, normal! Con lo bonito que era todo en el anterior y ahora... Ahora... Mal, muy mal. :S
Pero empecemos por el principio porque es lo que toca. Primero. Muchos matarían por ir a Londres en Fin de Año. Mercy mataría por huir. Y claro, normal. Con la que tiene allí montada como para no desear irse a Liverpool con cohete si es preciso... Tela. Con su madre parece que las cosas no van demasiado finas, aunque bueno, se mantengan las formalidades... No obstante, a la vista saltan los conflictos que a la mínima pues se generan... Y después, lo de la pareja. Quizá la tenga, aunque Mercy no lo sepa a ciencia cierta. Y es lógico que le duela, a mí también me dolería, si te soy sincera... Está todo muy reciente como para ir enterándote de esas cosas. Y para colmo de los colmos, la cena de Nochevieja con la familia. Típica cena familiar que no tiene por qué ser la mejor del mundo, sino más bien todo lo contrario... Menos mal que pese a todo Mercy tenía sus libros, sus dibujos (cabras! Eran como las de la foto que te mandé el otro día por whatsapp? jajajaja) y sus cuentos... Y Richard, sí, Richard... :(
Bueno, después de 15 días de "vacaciones" en Londres, de vuelta a "casa", a Liddypool que decía el Xic, jajaja. Y se suponía que esto tenía que ser un feliz regreso y tal... (espera que voy a romper unas cuantas cosas). Por primeras, ya empezamos a joder con el Friedrich que ahora quiere ser batería... Anda que... Yo no es por malpensar pero... pero... No hay más instrumentos que la batería? No será que el chaval éste se ha dado cuenta de que Mercy babea por el baterista más genio de Liverpool y y ahora quiere sorprenderla con unas baquetas??? Bueno, ése y otros misterios nos serán desvelados en breve, jajaja.
A todo esto, morí con el encuentro de Mercy con John... Tela. Es que lo visualicé. Visualicé la pocilga en la que vive el chaval éste, lo visualicé en gayumbos tirado sobre la cama versión garrulo con la revista en la mano y visualicé su grito al darse cuenta de que no es Stu quien ha entrado en la habitación sino Mercy, que por cierto tenía prohibida la entrada a la cueva de trolls en la que vive (debería plantearse el prohibir también la entrada a los del Ministerio deSanidad, porque si ven allí tanta mierda junta a lo mejor los ponen en cuarentena y los aíslan a Stu y a él, rodeados por cientos de soldados con máscaras de gas y metralletas en la mano y con la finca precintada como en las pelis estas de plagas y cosas así que hacen, jajajajajjaja). Y encima, no está ya todo bastante roñoso ya como para que vaya Mercy y le tire las pinturas por ahí... De todas maneras, gracias a ella, se ha conseguido un hito hasta ahora nunca visto en la Historia de la Humanidad: JOHN WINSTON LENNON, sí, el mismo, HA PILLADO UN TRAPO Y HA LIMPIADO! Cantemos himnos de alegría! Tiremos fuegos artificiales ante tan gran evento! lol XDDD
(y como ya viene siendo habitual y he sobrepasado los caracteres permitidos por comentario, sigue en el siguiente, jajajaj)
Ah, y lo del plan del chaval éste, como me mata! SOY FAN! Lo que dice Mercy, si es que se tendría que poner un consultorio sentimental... La lástima es que no funcione su plan porque a la pobre Mercy ni siquiera le da tiempo a ponerlo en práctica. JODER! Que mala leche me entró con la escena de la Cavern! Yo que me había medio alegrado de decir "mira, el rubio del Rory", ya me estaba automatando de risa pensando en los insultos que le iba a poner a la Marcia en el comentario... y de repente, va y Mercy ve lo de la rubia ésa y el beso de Richard. Y encima por si no fuera poco, va y la llama "amor". Hay que joderse. Y hay que joderse bien. Porque Mercy es como es que yo, después me viene el John ofreciéndose como se ofrece a pegarle y no sólo le digo que sí sino que además le doy a un doberman rabioso para que le ayude en la tarea... :/ Lo que más mal me sabe es como la ha destrozado a la pobre. PERO POR QUÉ AHORA? POR QUÉ???? JODER!!! SI HACE NADA ESTABAN REBIEN EN LA FIESTA DE MERCY Y...!!! (sabes eso que he dicho antes de que más que enfadarme me había puesto triste? Pues olvídate de ello, me he cabreado, joer, me he cabreado!). Y ahora, claro, con toda la mierda, la pobre Mercy llega a casa y empieza con una cosa que ya creíamos olvidada... el alcohol :/ Mucho me temo que volveremos a tener problemas, qué mal...
ResponderEliminarEn fin, nena, pese a triste y que me enfade el capi, he de felicitarte de nuevo porque eres una jodida artista escribiendo. Una jodida artista en plasmar los sentimientos de los personajes. Y como artista que eres, he de postrarme ante ti! Jejejeje. De verdad, eh? No es coña. En este mundillo estarías en el podio de lo que a describir sentimientos internos se refiere, así que mi más sincera enhorabuena! :)
Saludos!!!
PD (no creas que es una PD como las tuyas de graciosa, jajajaja): Ya está Hamburgo en el horizonte? Jorrrrrrrr!!!!!!! Se avecinan vientos del este que incitan al cambio!
Y ahora sí... BESOTES! :D
Yo tambien lo lei en un dia:L xD
ResponderEliminarHolaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaac:
La verdad que estoy enojada xD
Maldito Richard porque porque?!:c
No.. no:c casi lloro, me dieron ganas de tirar el computador al suelo:l
no es justo!!:@
Al menos Mercy tiene apoyo:'c
John y los demas.
y alegremente Richard ya se larga a Hamburgo-.-
ojala no vuelva:c
Mercy no se merece eso-.-'
Pobre pequeña:l me partio el corazon:c
El asco de departamento que tiene John jajajajaja me lo imagine en calzoncillos$:
jajaja e.e
Ese Rory es todo un pillo, aunque obviamente George es mejor*u*
Bueeeeeee, espero el siguiente capitulo con muchas muchas MUCHAS ansias, chao:3 nos vemos:D
Te comento por segunda vez este capítulo con el fin de comunicarte que esa banda de richard me causó mucha intriga por lo que me puse a buscar videos de "Rory Storm and the hurricanes" y Rory estaba buenísimo. Bueno nada, eso. (?) Jajaja
ResponderEliminarCuídate, porque si te encuentro, te mato >_<
ResponderEliminarParece que te encanta hacer sufrir a la pobre Mercy, eh?! Pero bueno, espero que la recompenses porque pobre tipa el mundo se le viene encima todo el tiempo =(
Me encantó como narraste el tiempo que estuvo en Londres, tan diferente a todo lo de Liverpool...
Jajajaja y estuvo genial la escena en la "casa" de John, me lo imagino en calzoncillos leyendo historietas y agarrándole el dedo del pie xD
Un saludito!
Más lindo el capitulo, medio crudo, pero realista. Me gusta mucho la parte que vuelve a liverpool, todo tan alegre! el cuarto de Johny, que pibe ese eh! Y el atorrante de stuart que le dice linda a Mercy mientras va a la casa de la novia jaja De todas formas sigue siendo hermoso, una cosa no quita la otra, no? :P
ResponderEliminarEste Richard pelotudo, yo lo mandaria al carajo.
Gracias por la bienvenida! ¿Un halago para vos? Al contrario, es todo un placer leer esto, es re entretenido, en especial ahora que estoy al pedo todo el día. Y si, somos primas realmente con esa desquiciada jaja Espero el proximo capitulo!