Desolación. Eso sentía mi alma. Me sentía cada vez mas sola,
mas triste. Y me repetía que no era así. ¿Adónde había quedado la Mercy alegre de los primeros
días en Liverpool? No lo sabía. En el espejo sólo veía a una chica que iba convirtiéndose en mujer,
con ojeras y mucha tristeza. La escalera había pasado a ser mi lugar favorito
de la casa y allí pasaba las horas muertas, leyendo o pensando. Ni la música llenaba
mis días, allí abandonados habían quedado Ernesto el piano, y Violeta.
Veinte días habían pasado y de Deri no sabía nada. Otra vez
se lo había tragado la tierra. Por eso, mis idas a la universidad eran cada vez
mas tediosas. Durante el tiempo que llevaba allí no había podido relacionarme
con nadie mas, cosa rara en mí. Evelyn y Tamar tampoco aparecían por ningún
lado, y aparte de Deri, ellas eran las únicas con las que me hablaba.
Un miércoles que no sabía si convertirse en soleado o
quedarse nublado para siempre, vi a lo lejos a George, el amigo de Deri. El
pelirrojo intentaba prender un cigarrillo, pero al parecer el yesquero no le
andaba. Corrí a él, levantando mi pesado portafolios.
-¡George!
Contrariado, levantó la vista, pero cuando me vio relajó su
expresión.
-Hola Merrcy, ¿qué tal? Hacía mucho que no te veía.
-Lo mismo digo.
-Estuve ocupado en Leeds con trámites de mi madre que tengo
que realizar yo sí o sí. ¿Y vos? ¿Todo bien?
-Bien, si...Ehh....quería preguntarte por Deri, hace mucho
que no sé nada de él.
-¿Deri? Jé, ese atorrante se volvió a Leeds con su novia.
Si un tren me hubiera atropellado, no habría sentido nada
comparado con lo que acababa de sentir. Fue como si King Kong me hubiera dado
una trompada.
-¿Q...Qué? ¿T...Tiene novia? –no sé cómo pude articular las
palabras, que salieron apenas.
-Sí, desde hace un año....¿No lo sabías?
-N...No...Nunca me dijo.
-Pues qué raro, siempre jode con Evelyn.
-¿Evelyn? ¿Así se llama?
-Si, empezó historia este año. Bah, ahora dejó porque se fue
con él....Esperá, vos sos de 1ºaño, ¿no
la conocés? Es una bajita, de pelo negro, muy simpática y....
Ya no escuché mas nada. La vista se me había nublado y sentía
que todo me daba vueltas. Sin embargo, tuve un momento de lucidez para forzar
una sonrisa y mentirle a George diciéndole que se me hacía tarde para entrar a
clase. No sé cómo llegué hasta el baño y me encerré. Eso simplemente no lo recuerdo
porque llegué allí caminando como autómata, sin saber lo que hacía. Cuando le
puse la traba a la puerta, me apoyé y traté de tomar aire. Sentía que me
ahogaba, que no podía respirar, y una puntada de dolor fuerte, tanto en el
pecho como en las sienes, me hacía pensar que me estaba dando un ataque. Pero
ni asustarme pude. Solo resonaban en mi cabeza las palabras de George. Deri
tenía novia. Y esa novia era Evelyn. Yo simplemente era “la otra”. Me sentía
desesperada y ni las lágrimas me salían. De mi estado me sacaron unas voces,
casi gritos mezclados con risas, de unas chicas que entraron al baño. De
inmediato reconocí sus voces: por lo menos dos eran compañeras mías, otra era
Anna, la que se peleaba con Marcia, y las otras no las conocía. Me quedé escuchando
lo que decían, al parecer estaban arreglándose frente al espejo.
Una de las que eran mis compañeras, preguntó de repente:
-Ey, ¿no han visto mas al chico de los rulos?
Abrí grande los ojos, y presté atención. Igual chicos con
rulos había muchos. La otra compañera mía le contestó.
-¿El de Leeds? Ese se habrá ido a trabajar a alguna fábrica
textil de su pobre pueblo...
-¿Dejó la carrera?
-Si, se fue con la novia.
-Já, pobre mina –dijo Anna –Mientras estuvo en Liverpool
habrá sido la mas cornuda.
-¿De verdad? –preguntó asombrada una de las desconocidas.
-Uy, si, tenía famita de rompecorazones –contestó una de mis
compañeras -¡Debe haberse tirado medio profesorado de historia! Qué lástima que
a mí no jaja
Comenzaron a reírse, hasta que Anna interrumpió.
-Que yo sepa, aparte de la novia, tenía dos más....
En ese momento, quise meter la cabeza en el inodoro, pero
seguí escuchando. Anna continuó.
-Estaba con la amiga de su novia, una alta de pelo negro que
siempre se ríe....
-Ah si, la cara de mosca muerta, Tamar...no la soporto
–interrumpió una de mis compañeras.
-¿Con ésa? –dijo una de las desconocidas.
-Si, con esa tonta.
-Pero ella lo dejó –prosiguió Anna -¿Y saben por qué lo
dejó? Porque él le dijo que en Leeds se había casado y que tenía un hijo.
Todas prorrumpieron en puteadas, pero Anna las calló.
-Es mentira, le dijo eso para sacársela de encima. Y también
anduvo con otra, una tal....Marcy, Mercy....no sé, de ésa no se sabe mucho porque
anduvo poco, la dejó enseguida.
-Mírenlo al Friederich, quién iban a decirlo, tan perfecto
que parecía....
-Kathy, los hombres son todos iguales...Vayámonos, ya es
hora de entrar.
Se fueron hablando indignadas, y pronto el baño quedó en silencio.
Temblaba, sin asimilar todo que acababa
de escuchar. Era demasiado para un día.
Abrí la puerta, miré a todos lados, y salí corriendo de
allí.
Cuando llegué a mi casa, tenía un mareo fatal. Seguía sin poder
respirar, y el dolor de cabeza me estaba volviendo loca. Pero mas me volvía
loca lo que había en ella. Pensamientos, imágenes, palabras....Deri había
resultado una basura de la peor. Era novio de una casi amiga mía, y había
andado con otra casi amiga. Y Tamar..Tamar lo sabía, sabía que él estaba
conmigo...Traidora....Pero así le había pagado.
Nunca en mi vida me habia sentido así, tan dolida. No era el
segundo plato, era el tercero.
El dolor continuaba, cada vez mas fuerte. Tuve miedo de que
me estuviera dando lo mismo que a mi padre. Pero no, no me iba a morir por eso.
Mas que nunca tenía que ser fuerte.
Decidí no contarle a nadie lo que me estaba pasando. No quería
que supieran que era....una cornuda. O qué sé yo. Más que nunca, extrañaba a
Richard. Aunque él me había hecho algo parecido. No, no se le comparaba ni
remotamente.
Dos días después, arrastraba mis penas por la calle, rumbo
al trabajo, cuando por la vereda de enfrente, vi la figura de alguien conocido.
Sin lentes, sólo era capaz de reconocer
a la gente por su forma de caminar, y esa forma, solo era de alguien:
George Harrison.
Sin embargo, me parecía imposible que fuera él, pero me
arriesgué. Crucé la calle y caminé detrás de él, hasta alcanzarlo.
-¿George?
El chico se giró y...¡sí, era él!
-¡George!
¡George! ¡Ayy! –lo abracé o mejor dicho lo apretujé todo y lo sacudí -¡George!
¡Sos vos!
-No, soy el presidente de Estados Unidos...
-Ay Georgie, ¡volviste! ¿Cuándo llegaste? ¿Dónde están los
chicos? ¿Por qué no avisaron?
Paré de hacerle de atosigarlo cuando noté su semblante:
triste, gris, cansado.
-¡Dios, George! ¿Qué te pasó? –dije tocándole su carita de niño.
-Ay Mercy...-trató de no quebrase –Lo arruiné todo...
-¿Qué?
-Si...Los alemanes me echaron porque soy menor...Nos
descubrieron. Recién me soltó la policía.
-Pero...pero...
-El dueño de un club nos denunció porque nos íbamos a otro
mejor....Y nos echaron. Los chicos llegan mañana. ¡La culpa es mía! –como un
nene, se puso a llorar -¡Soy un desastre!
-Geo...George no....no digas eso...Ay, vení –no pude menos
que abrazarlo y él se dejó. Era como una criatura asustada y yo no sabía muy bien
qué hacer.
-Es mi
culpa.
-No, no lo
es. Por lo menos no es sólo tu culpa, es la todos, porque sabían que andaban
de contrabando.
-Pero nos estaba yendo mejor, y ahora...
-Ya van a volver, no te preocupes.
-Cuando los chicos vuelvan me matarán.
-No. yo te voy a defender.
-Bestia, si vos no matás ni una mosca...
-Escuchame una cosa –me separé bruscamente -¿Te hicieron
algo? ¿Te pegaron?
-Un poquito.
-Si serán hijos de puta...¿Un poquito cuánto?
-Unos coscorrones por la cabeza, mas que nada porque soy
inglés. Si era de otro lado capaz que no me hacían nada. Pero igual fue eso
nada mas, poco. Eso sí, tengo un hambreeee....
Dos horas después, George comía como nunca en su vida, pero
aún así tenía aire para hablar sin parar. Ya no había secretos, estaba contando
todo, penuria tras penuria. Yo lo miraba indignada, mientras Cris le revisaba
la cabeza, en busca de alguna herida.
-Tenés un
piojo.
-Dejalo. Es
un piojo Harrison.
-Qué asco, te pondré vinagre. Lo único que me falta es que me
contagies. Y te hace falta bañarte también.
-Si, quiero llegar a mi casa bien, si no mi mamá se pondrá
mal...
Cris comenzó a pasarle algodón embebido en vinagre y a los pocos
minutos George se había convertido en Ensalada Harrison.
-¿Pero sabés
qué? Por un lado estoy contento. ¡Veré a Juliet!
-¿Y con todo lo que te pasó tenés ganas de pensar en chicas?
-Si Cris, porque Juliet es el amor de mi vida.
-Ah bué...y lo dice un chico de 17. Menor de edad.
-Ay, no me lo recuerdes...
-Capaz que tiene razón dije seria –Con 17 puede descubrir al
amor de su vida.
-Como vos.
-Ay, no me lo recuerdes...
-¿Y el tal Deri?
-¿Quién es ese? –quiso saber George.
-Nadie que te importe. De ese empleado del diablo no quiero
hablar.
Cris y George se miraron, me miraron a mí, se aclararon las
gargantas, y casi al unísono dijeron:
-Bueno....yo me voy a hacer mis cosas...
El resto del día lo pasé ansiosa. Los chicos volverían,
seguramente llenos de amargura, pero volverían. Quería ver a John, y tener su
consuelo, aunque ese consuelo sólo fueran retos y puteadas, y miles de “te lo
dije”. Pero aunque no lo quieran
creer, yo quería eso.
Dormía tranquila,
en mi cama. Al fin había dormido una noche completa, sin tardar horas en
conciliar el sueño, o despertándome sobresaltada. Vaya a saberse qué soñaría
cuando sentí que me sacudían.
Casi pego un grito, pero no lo hice porque ví a mi querido
John.
-¡Hermanito! –grité saltando de la cama y abrazándolo.
-Ay no me abraces ni me hables, tenés aliento a perro –dijo poniendo
cara de asco, separándose. Pero después hizo una gran sonrisa y me abrazó con
suavidad- Hermanita...¡te extrañé un montón!
-¡Y yo también Johnny! ¡Ay qué alegría!
Me soltó, y como si nada, se acostó en mi cama.
-Ahh...hacía mucho que no estaba en una cama tan cómoda...¿Tu
pijama es ropa vieja?
-¿Podrías salir de ahí?
-No, está calentito –se acomodó mejor –Dale, los dos
entramos. Yo me quedo así, vos tapate porque te va a dar frío.
Me metí de vuelta en mi cama, y el se quedó solo recostado,
con sus sucias zapatillas. No me importaba, había vuelto.
-Si tu mamá o Mimi nos vieran, nos cagan a palos por
promiscuos.
Largué una carcajada, como hacía mucho no hacía.
-Ya sé todo. Me mentiste.
-Perdón –contestó apenado –Ah, el dinero que me mandaste no sé
cuándo te lo devolveré, pero lo haré. Me vino de 10, lo necesitaba. ¿Cómo
supiste?
-Me contó un pajarito.
-Mmm...bueno, ya me enteraré quién fue. Estuvo todo muy
jodido Mercy, la verdad es que....nos las vimos en figuritas. Pero vamos a
volver, ni bien George sea mayorcito, y vamos a aprovechar todo mejor.
Sólo asentí, no dije nada porque estaba analizándolo. Lo veía
distinto, y eso era algo que también había visto en George. Estaban mas hombres, mas maduros, mas curtidos.
-¿Y vos? –la pregunta de John me sacó de mi análisis de él
mismo.
-¿Yo? Yo...nada.
Frunció el ceño y se acomodó mejor.
-Una pregunta: ¿se puede saber cómo entraste a mi casa?
-Estaba esperando que me preguntaras eso, pero estás tan
dormida que no reaccionaste. Fui a la casa de Mimi, y al lado de la puerta de
la cocina tiene un coso para colgar llaves. Sé que tiene una copia de la llave
de tu casa, la busqué y acá está –del bolsillo de su pantalón sacó una llave
plateada con un papelito pegado que decía “Wells”. Pero la llave se le cayó por
un hueco entre mi cama y la pared, y se inclinó a buscarla....-Wells, ¿¿¿podés
decirme qué es esto???
Auch y
muchos auch. Miré a otro lado. John acababa de descubrir una petaca de
whiskey que escondía allí y que tomaba cuando no podía dormir. Me miraba muy enojado.
-¡Te dije que no me gusta que tomes!
-Lo que pasa es que...
-No, nada de justificaciones. Ahora tirás esto y vamos a
hablar seriamente, porque a vos te pasa algo, y no me lo niegues. Hablá.
-No me pasa nada, yo...
-Mercy Tancreda Wells, hablá.
-¿Tancreda? ¡Yo no me llamo así!
-Dale, hablá.
-Está bien, de todos modos quería contarte, ¡pero no me
mates!
-No, no, no te mato. Te escucho.
-¿Te acordás de Deri? Friederich, el chico ese que...
-Si, si, me acuerdo del boludo ese.
-Bueno yo...yo...anduve con él.
-¿¿¿QUÉ???
Parecía que no iba a cumplir su promesa. Me iba a matar. Pero
a pesar de su cara de furia, seguí hablando sin pausa. Le conté todo desde el
principio, sin omitir detalle, hasta el final. Cuando terminé, me sentí
aliviada, era como si me hubiera sacado un peso de encima. Él se quedó callado
por unos segundos, hasta que habló.
-¿Dónde decís que vive?
-En Leeds.
-Bien, mañana mismo voy allí.
-¡No, no!
-¡Si, lo voy a matar! ¡Ese tipo no va a vivir mucho, te juro
que lo mato! ¡Nadie se mete con mi hermana!
-John, John, por favor, no hagas nada. Vos me advertiste, yo
no te hice caso, la culpa es mía.
-¿Y encima te echás la culpa? No, no lo cubras. Ese tipo es
una basura, tiene tazón tu padrastro, es un canalla. Y va a pagar por lo que te
hizo.
-No, Johnny, por favor, no hagas nada, te lo suplico...
-Soy tu hermano por lo tanto te defiendo.
-Gracias, pero dejá todo así.
Y era verdad. Quería que John dejara todo así, porque la que
quería cobrarse todo era yo. Estaba sintiendo algo que creía no haber sentido
nunca: odio. Sí, le estaba tomando odio a “ese”.
-Vos no lo querías –otra vez John interrumpiendo.
-Claro que lo quise,
pero ahora lo estoy odiando.
-No, no. Bueno, quizás lo quisiste, pero no estás mal por
eso. Estás mal porque te hirieron el orgullo.
-¿Eh? No
digas sandeces...
-Es la
verdad. Vos a ese tipo no lo amaste. ¿Y sabés porqué no lo amaste? Porque
amás a otro. Y podés andar con toda Europa si querés, pero no vas a poder cambiar
lo que sentís.
Me quedé callada. Como nunca, John había dado en el clavo. Nunca,
nunca podría cambiar eso.
*-*-*-*-*-*-*-*
Ejército! Formen filas! Preeeepareen! Aaapunteen! FUEGO!!!!!
Vamos, vamos, las quiero enojadas!
Bueno, después de esta arenga, las saludo: Hola!
Perdón pro la tardanza y todo eso, soy una chica ocupada (?)
Bueno, voy con los saludos, y agradecimientos. Le agradezco a mi gato, a mi madre que está haciendo albóndigas y.....Naaa, enserio, voy a saludar bien.
Pattie! Niña, no te pongas mal, todos no tenemos tiempo para ir leyendo los capitulos ni bien se suben y tampoco para comentar! No te hagas problema, con saber que estás ahí me es suficiente!
Valentina! Bienvenida! Benvenuta! Bueno, es una alegría que mas gente lea esto que ya está tan avanzado...Espero que te siga gustando, y por favor, no atormentes a tus compañeras de colegio con mi fic jajajaja.
Y ahora, un saludo especial, porque tengo una lectora angloparlante o angloescribiente, como dice mi Cris.
Welcome my
reader!
Well, I
like reading and listening in english, but I'm not good for writing....I'm like
you with the spanish!
Therefore,
I'm going to write for you in spanish! (or espanglish XD)
¡Hola! Me alegro de que te guste mi fanfic, espero que
entiendas todo, está en un español muy...argentino.
Cualquier duda que tengas, me preguntas ;)
And...What
is your name?
Faaaaa que dominio del idioma! (Si me ve mi teacher, me pega con un palo en la cabeza) Bueno, se hace lo que se puede jajajjaja
Me despido de ustedes, nuevamente agradezco que me acompañen en esta locura.