01 diciembre 2014

Capitulo 91 Mareo



-O sea, ¿es definitivo?
-Sí.
-¿Y no me vas a dar ninguna explicación?
-Ya te dije, no quiero seguir con esto, es todo. Por favor, andate.
-Estás loca, Mercy. No entiendo nada, pero por supuesto que me voy, y no me vas a ver nunca más. Nunca.
Richard cerró la puerta de un golpe y sentí que también cerraba la puerta de mi vida. No fue hasta escuchar aquel golpe que supe que había tomado la peor de las decisiones, y mucho, pero mucho peor aún, que no había vuelta atrás.





El hospital de Londres seguía siendo tan viejo y húmedo como figuraba en mis tempranos recuerdos de infancia. Parecía que la guerra aún no había finalizado allí, o que el gobierno no se preocupaba por remodelarlo un poco. Seguramente sería lo segundo.
Cyril debía ser un médico muy importante allí como para que aquel hospital abarrotado tuviera unos metros de espacio para que él pusiera su propia oficina. A otro le hubieran dado una oficina en la vereda.
Pero como todo lo de aquel hospital, la oficina también era oscura y fría, y pequeñita y llena de cajas de medicamentos. Suspiré impaciente, pese al frío me sudaban los dedos, que mojaban el sobre que tenía los estudios que no entendía. Al fin entró Cyril, que parecía no estar sorprendido por verme allí.
-No pensé que algún día volvería a ver a la paciente más porfiada que tuve. –sonrió ampliamente–¿Cómo estás?
-Estoy para no soportar bromas.
-El mismo carácter de siempre…¿Qué te trae por acá? La verdad que la recepcionista me sorprendió cuando me dijo que me buscabas.
-Decile que atienda un poco mejor a la gente, ya que la conocés.
-Sentate. –señaló la silla que estaba detrás de un escritorio, en el que dejé caer el sobre.
-Vine por esto.
-Lo supuse. –hizo una mueca de disgusto, sin dejar de mirar el sobre.
-Mi madre me contó todo, hace un rato.
-Perdón, tendría que habértelo dicho yo, pero pensé que ella siendo mujer y tu madre, le pondría una sensibilidad necesaria para estas cosas, sensibilidad de la que carezco porque soy hombre.
Me miró como para que le dijera algo, pero como no sabía, me quedé callada. Él continuó.
-Por tu cara veo que la noticia no te cayó muy bien…
-¿Y cómo querés que me caiga? La llamé para decirle que me casaba, y me dijo que viniera a verla. ¿Para qué? Para esto. Para decírmelo justo en este momento de mi vida. ¿Por qué no lo dijo antes? Si te soy sincera, pienso que es toda una mentira, no querrá que me case e inventó esto. Pero me dio este sobre y la verdad es que no entiendo nada de lo que dice ahí.
-Ajá. –increíblemente, sacó un cigarrillo de un bolsillo de su guardapolvo y lo encendió–Lo que te dijo es verdad, y ahora pasaré a explicarte estos estudios.–exhaló el humo–Bien, los hicimos pocos días después de que recuperaste la conciencia. Muestran el estado general de tu cuerpo, incluidos el cerebro y el corazón. Todo está perfecto, menos lo último. Un corazón débil, de latido irregular, que además hace que tu presión se dispare o caiga en cuestión de minutos. Resumiendo: sos una bomba de tiempo.
-Genial, me haré terrorista.
Sonrió apenas, agarró otro estudio.
-En su momento los vieron diversos profesionales, y un ginecólogo señaló el peligro que sería que un día quedaras embarazada. Lo consulté con otro y dijo exactamente lo mismo, es algo casi básico, la madre debe ser sana o todo es peligroso. Picos de presión pueden llevarte  aun ACV, como a tu padre. Otro infarto, es lo más probable también. Supongamos que tengas un aborto espontáneo, la pérdida de sangre puede ser letal, y ni hablemos de un parto.
-Qué mierda…-dije luego de un par de segundos.
-Lo siento mucho, Mercy.
Me soné la nariz, guardé los papeles en el sobre.
-Sos doctor, no deberías fumar, ¿no?
-¿Conocés el refrán que dice “Haz lo que yo digo y no lo que yo hago”?
-Qué chanta que sos.
-Así que te casás.
-Con este panorama, lo dudo.
-Con ese chico, ¿no?
-Sí. Ese chico no es tan chico. Y se llama Richard.
Otra vez exhaló el humo hacia arriba, sonrió apenas.
-Está bien, no es chico. ¿Por qué dudás ahora en casarte? Si te quiere, no te dejaría por eso. Yo no lo haría.
-Vamos Cyril, no empieces…
Sonrió con más amplitud y me clavó sus ojos verdes de una forma que me hizo temblar como una hoja. Se cruzó de brazos sobre el escritorio, acercó más su rostro.
-Sólo digo lo que pienso. En caso de que eso ocurra, ya sabés que hay un doctor  en Londres que está feliz de verte otra vez.
-Empiezo a pensar que todo esto es una excusa inventada para que me vieras.
-Ojalá fuera eso. –bajó la mirada–Ojalá te estuviera mintiendo y pudieras tener veinte hijos. Pero no, no es ningún invento.
Me puse de pie y agarré mi maleta.
-Esperá.–dijo él también poniéndose de pie–Ya que viniste, podrías hacerte estos estudios otra vez. Quién sabe, quizás haya mejorado.
-Te aviso que no creo en los milagros.
-No te costará nada hacértelos. La semana que viene te llamaré y te diré las novedades. Puede que no esté todo perdido.
Antes de que le respondiera por sí o por no, ya me estaba llevando por un amplio pasillo en el que las enfermeras iban y venían.
-Este está libre. –señaló un cubículo, me senté en la camilla. –Comenzaremos por un análisis de sangre.
-¿No se hacen en ayunas?
-Vos te callás.
Puse los ojos en blanco mientras él me sacaba sangre, me auscultaba, me tomaba la presión. Después se le ocurrió un electrocardiograma y unos tests boludos para saber si mi cerebro estaba en condiciones. Cuando terminó, me puso en libertad.
-Te llamaré así no tenés que viajar hasta acá. Y por favor, no culpes a tu madre, no hizo nada.
-Justamente porque no hizo nada es que estoy tan enojada.
-Entendela, te lo quiso ocultar para que no sufras.
-Igual estoy sufriendo ahora.
-Tratá de asumirlo. Mercy –me agarró de los brazos, otra vez me dedicó su mirada esmeralda–No hagas estupideces.






-Hiciste una estupidez.
Desvié los ojos de los de Cris, que quemaban, nunca los había visto tan acusadores, tan enojados.
-Lo sé. –respondí apenas.
-Con saberlo no solucionás nada. –se levantó de un salto, comenzó a preparar té–No tenía nada que ver una cosa con la otra, no entiendo porqué le mentiste, ¿no era más fácil contarle la verdad? Lo mataste.
-Lo sé.
-¿Podés parar de decir “Lo sé”? Abrí los ojos, arruinaste todo. Por más que te quiera, no puede perdonarte lo que le hiciste, decirle las cosas así. Le rompiste el corazón.
-Lo s…
-¡No digas “Lo sé”! Basta, hasta aquí llegó mi ayuda, Mercy. No puedo creer que seas tan terca, que te arruines la vida vos misma una y otra vez.
Asentí viendo cómo me temblaban las lágrimas en los ojos. Me puse el abrigo.
-No hagas té para mí. Me voy.
-No, no te vayas ahora, tenés que escucharme.
Me giré para verla, un fuego de resentimiento se encendió en mí, algo desconocido.
-¿Para qué? Me dijiste más que suficiente, sé perfectamente que arruiné todo, no hace falta que me lo recalques en cada frase. Está bien, me equivoqué, siempre me equivoco, hago todo mal, soy así ¡ya no puedo cambiar!
-Claro que podés, la gente cambia. Lo que pasa es que vos no querés.
-¿Y vos qué sabés si quiero o no? Dejá de decirme lo que hago mal, soy bastante grandecita para saberlo y…
-Ey, ey, ey, si te peleaste con tu madre no te la agarres conmigo.
-¿Qué? ¡No estábamos hablando de mi madre! ¡Mezclás todo!
-No grites. Ya sé que no hablábamos de eso, pero veo que querés descargar tu bronca con alguien. Bueno, conmigo no, que te quede claro.
-¡Ahora con ella no se puede hablar porque claro, la señorita perfectita está embarazada y ni siquiera se le puede hablar fuerte!
-Ahh…por ahí venían los tiros. A ver, ¿qué culpa tengo de que esté embarazada y vos no puedas?
-¡¿Y qué culpa tengo yo?! Me cansé, me voy, quedate con tu té, con tu hijo, con tu novio, y con tu familia feliz. No quiero nada de eso.
Caminé rápido, casi dándome bofetadas en la cara para sacarme las lágrimas. Lo que sentía adentro era rabia pura hacia todo el mundo y también mucho dolor por cómo estaba haciendo las cosas. Lo peor, lo enfermante, era que no era la primera vez que me sentía así.





Pese a que mi intención en Londres era la de visitar, aparte de a mi madre, a Grace, no tenía el ánimo necesario para hacerlo. Así que caminé directo a la estación, y cuando llegué una mujer me preguntó si me sentía bien, dándome la pauta de que tendría más cara de muerta que de viva. Saqué boleto para volver a Liverpool y me quedé parada esperándolo, ya tendría tiempo para estar sentada. Quería que llegara pronto, quería volver a mi casa, aunque no sabía bien para qué. Barajé la posibilidad de cambiar el boleto y viajar hacia cualquier otro lugar, para quedarme dos días y estar tranquila y pensar. Pero sentía la necesidad de estar en casa, en esas cuatro paredes que eran mi refugio, con mi cama, y mis cosas. Al fin apareció el tren y esta vez no me dormí, tenía mucho en qué pensar.
Me daba miedo y a la vez mucha pena decírselo a Richard. En un futuro él querría hijos, y no podría tenerlos porque su mujer era una inepta. Y en un futuro quizás yo también querría y no podría. En ese momento no importaría, pero más adelante sí. Tenía el ejemplo de mis padres, que estuvieron a punto de divorciarse por lo mismo hasta que aparecí  yo para salvarles o complicarles aún más el matrimonio por dieciocho años más.
No sabía cómo se lo tomaría y tampoco quería saberlo. Merecía estar con alguien que le alegrara el futuro y no con alguien que se lo amargara, y claramente yo haría eso. No era justo para él.
Me di cuenta que el tren estaba detenido. Bajé la ventanilla, miré a todos lados. El guarda entró vagón.
-Señores pasajeros, hay un pequeño inconveniente, estaremos detenidos aproximadamente media hora.
Murmullos. Quejas. Algunas patadas al piso. Dos bebés llorando. Bebés. Oh, mierda.
Comencé a pasearme por los vagones, no era la única, muchos lo estaban haciendo, incluso bajaban y miraban el campo. Hice lo mismo, maleta en mano, y vi a varios operarios junto al guarda inspeccionando las ruedas. Todo apestaba a combustible, tanto que no prendí un cigarrillo de miedo a que explotara todo. Porque sí, me había comprado cigarrillos.
-Señores –el guarda se acercó limpiándose las manos–lamento decirles que el tren está averiado. Tendremos que esperar a que pase el siguiente.
-¿Y cuándo pasa? –preguntó un tipo.
-En unas seis horas.
-¿Qué? –grité–¿Seis horas acá tirados? ¿No puede venir un mecánico?
-Están de huelga.
-¡Me cago en todo!
Comencé a golpear la maleta contra uno de los vagones. Me miraron como si hubiera enloquecido y sí, tenían razón, había enloquecido.
-¡Me cago en este mundo, me cago en este tren de mierda, me cago en la huelga, me cago en este país, me cago en la reina puta, y sobre todo, me cago en mí! –le di un último golpe y la maleta se entreabrió, cayeron algunas cosas. Las metí y cerré la maleta con otro golpe contra el tren.
-¿Dónde puedo tomar un colectivo?
-La ruta está a dos kilómetros….–el guarda señaló al este, temeroso de que también a él  le diera un maletazo.
-Perfecto.
-¿Va a ir caminando?
-Por supuesto, me da igual que estemos en medio del campo.
Vi que todos habían hecho silencio y me miraban, incluso algunos de los  que estaban adentro del tren se habían asomado.
Caminé tropezando y enredándome con la maleza y las ramas caídas. Un poco de campo no me venía nada mal, me fui calmando más que nada por el silencio que reinaba allí. Me senté sobre la maleta para descansar y otra vez comencé a pensar en lo que haría. Amaba a Richard, no podía obligarlo a no tener una familia. Lo correcto sería decirle la verdad y que él decidiera, sin tenerme lástima, si no que lo hiciera porque realmente lo elegía.


El viento de los autos y camiones que pasaban me despeinaba y aturdía. Luego de un par de minutos parada en la orilla de la ruta, vi que aparecía a lo lejos un colectivo con un cartel que decía “Liverpool”. Hice señas hasta que se detuvo, y me senté en uno de los primeros asientos. Tenía dos largas horas por delante. En la radio sonaba un estrepitoso presentador de música al que el colectivero, negro y gordo, le reía todos los chistes.
-“¡Y ahora tenemos el nuevo número 1! ¡Please please me!
El colectivero subió el volumen y comenzó a silbar y a golpetear los dedos en el volante. Incrédula, me acerqué a él.
-¿Esos son The Beatles?
-Claro que sí, nena. Ey, qué raro que no los conozcas. Son geniales, ¿no te parece?
-Sí, lo son…–no podía creer que en ese día que había viajado, hubieran alcanzado semejante logro. Imaginé el barullo que estarían haciendo en Liverpool.
-Todas mueren por ellos, y yo también, son muy buenos. A la mayoría les gusta el baterista, un enano piojoso, pero bueno, así de raras son las mujeres.
Asentí con una sonrisa melancólica. El presentador interrumpió la canción para decir una bobada  y el colectivero apagó la radio de un golpe.






¿Por qué no le había contado todo? ¿Por qué dije cosas tan horribles? No lo entendía. Quizás el tenerlo frente a mí había hecho que olvidara todo lo que tenía preparado y que sólo me saliera eso, un intento desesperado de que se alejara de mí, que al parecer atraía a la mala suerte. A él la vida le estaba sonriendo, a todos, y a mí no, y eso no lo soportaba pero, ¿era necesario lastimarlo así? Otra vez sentía furia y odio contra mí. Lo había perdido, y sabía que esta vez sería para siempre. Una y otra vez volvía a mi mente, mientras me servía lo que quedaba de la botella, esa conversación que sería la última entre nosotros dos.
Su llegada alegre, que me estrujó el corazón, su intento de besarme y yo corriéndole la cara. Su preocupación, y al fin, mis palabras.
-Te llamé para decirte una cosa, Richard. –cerré la puerta, me planté delante de él –Quiero que nos separemos.
Pestañeó varias veces, seguramente creía que estaba bromeando o que estaba en un mal sueño.
-¿Qué decís?
-Que nos separemos. No quiero seguir.
-¿Eh? ¡Pero si recién empezamos! ¿Mercy, pasó algo? ¿Algo en Londres?  Amor, contame, debe haber alguna razón para esto….Ah, ya sé. Tu madre, ¿no? No le hagas caso, suelen ser así, después cuando tienen nietos se les pasa todo y se olvidan de quién es el yerno.
-No digas eso.
-¿Qué cosa?
-Lo de nietos. No los habrá porque no estaremos juntos. Ya está Richard, seguí con tu vida, yo con la mía, listo. Buscate una chica que te merezca, y que te haga feliz.
-Vos me hacés feliz, ¿por qué me decís esto? ¿Qué te pasó? ¿Es por celos, por la banda, por qué? Mercy si querés dejo todo, pero por favor decime qué pasa.
-Nada pasa, simplemente no quiero seguir, ni casarme con vos, ni nada. Tomá. –me saqué la pulsera que me había regalado, se la puse en la mano.–Terminemos esto de una vez, no quiero seguir.
-¿Pero por qué?
-¡Porque ya no te quiero!
Se hizo un silencio, me tapé la cara,
-No…no me digas eso. Mercy no mientas, siempre me quisiste, y yo lo sé y lo siento.
-Bueno, te quise pero ya no. y no me voy a casar con alguien a quien no quiero. Así que basta, andate.
-O sea, ¿es definitivo?
-Sí.
-¿Y no me vas a dar ninguna explicación?
-Ya te dije, no quiero seguir con esto, es todo. Por favor, andate.
-Estás loca, Mercy. No entiendo nada, pero por supuesto que me voy, y no me vas a ver nunca más. Nunca.
Richard cerró la puerta de un golpe y sentí que también cerraba la puerta de mi vida. No fue hasta escuchar aquel golpe que supe que había tomado la peor de las decisiones, y mucho, pero mucho peor aún, que no había vuelta atrás.



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¡Levante la mano la que pensó que este capitulo es una cosa que no se entiende nada! *todas levantan la mano* Bien, cumplí mi objetivo, que no entiendan. Como ven, me quise hacer la innovadora y escribí así, un capi desordenado porque no veo porqué hay que escribir todo cronológicamente. El resultado me gustó, aunque seguro que me putearon.(Hablando en serio, espero que hayan entendido). Ah, como ven, nuestra protagonista está más loca-rayada-sacada mal, que de costumbre, pero ya saben que la gente tiene sus períodos donde se enloquece más de lo habitual. Después suele pasarse, aunque eso no significa que a Mercy se le pase jajaja. 
Bueno, ahora les deseo un ¡feliz diciembre! Wow, qué rápido pasó este año y yo que quería terminar el fic en el 2014. Sí claro...
Disculpen la tardanza, tuve semanas de parciales y mucho estudio que no me permitieron escribir nada. Y ya les aviso que diciembre es peor para mí, el mes más cansador y al que llego más cansada, pero aún así espero subir otro capitulo, aunque sea antes de que termine el año jajaja.

 Y antes de irme, les presento al famoso Cyril...
Ahora algunas me dirán, "¡Pero boluda, ese es uno de los de ER Emergencias!" y yo les digo "Pero claaaaro, ¿cómo quieren que no sea si estoy re manija con esa serie?" Fuera de joda, yo al personaje lo tenía en mi mente, y hace uno o dos meses, mirando la serie, apareció este tipo y me quedé re pasmada porque es casi IGUAL al hombre que tenía en mi imaginción, salvo porque no tiene ojos verdes, pero bueee, un detalle. Díganme si no da ganas de enfermarse! 
Y dichas todas estas cosas, me retiro. ¡Nos leemos en el próximo capitulo!

6 comentarios:

  1. OH POR EL JODIDO DIOS, JESUCRISTO, BUDA Y SATANÁS. AMÉN.

    Mercy... QUÉ HACÉS? Con todo lo que lucharon para estar juntos, todo el tiempo, todas las lágrimas, ME ESTÁS JODIENDO? Uno, dos, tres, cuatro, cinco, noventa y uno. NOVENTA Y ÚN CAPÍTULOS PARA QUE HAGÁS ESTO. No, no, yo me voy a pegar un tiro...

    Tengo un problemita que me hace leer las posdatas antes que los capítulos, y cuando leí lo que escribiste sobre el capítulo desordenado dije QUÉ? y me fui a leerlo. Quizás por eso lo entendí bastante :(

    María siempre me sorprendés, sos una genia monumental. Gracias por escribir un fanfic tan bueno, hay pocos como este. Y sobre lo que pusiste en mi fic, lo de Ocho Brazos para Abrazarte, ya lo leí, y fue HERMOSÍSIMO. Pasa que como ya está terminado, ni siquiera comenté. Eva, un gran personaje, la verdad te superas todo el tiempo, te admiro ♥ UN BESO! Que estés bien :*

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  2. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! TERRIBLE CHURRO! yo también amo a Luka y si CYRIL VOS TAMBIEN! MERCY CHAU RINGO HOLI CYRIL! jajajjajaja bueno si ya se, me enloquecí. Pero bue... TA LOQUITA VO? como lo deja asi!? VOLVE! no.... esta vez se paso y si, NO ENTENDI UN POMO pero se que me tengo que enojar y LINCHARTE, EMPALARTE, TORTURARTE por el capi! jajajajaja me encantó y como no entendí solo digo que arranque con Cyril nomás! che viene onda por ahí? mmmmmmmmmm Ringo... remala, es loca la nena jajajajaj bueno... me despido trucheando una frase tuya, SUBÍ MAS PRONTO y....


    para pa pa....


    BAILA CYRIL AL 13013!

    Oficialmente constituyo el club de fans de Cyril. AMÉN!

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  3. OMG omg omggggggggggg!!!

    María como me hacé estooooooooo!?

    Volveré cuando me vqlmeeeeeeeeeeeeeeee

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  4. Sí, sí, por favor, es por aquí... Exaaaacto, sitúense en esa zona de allá, con cuidado no se pisen unos a otros, que la estancia no es demasiado grande como para meterles a todos. Bien, bien, así, así están perfectos... Hace falta que les deje un ratito para ensayar? Ah, no? Pues mira, mejor... Son ustedes muy eficientes, ya venir ensayados y afinados de casa, la verdad es que se nota cuando una trata con profesionales... Ah, sí, sí, lo siento, señor director, pase usted, yo me pondré aquí, en la sillita esta que queda al lado del sofá de María para disfrutar de su actuación. Y sí, ya me callo, que ahora les toca ustedes. *Cris se vuelve hacia María y le guiña el ojo y le susurra un "ya verás como te gusta" antes de que el director levante su batuta y...* http://youtu.be/SVcmMPlZ5EY
    Y SÍ, SEÑORAS Y SEÑOREEEES, SÍÍÍÍÍ!!!! QUE EL MUNDO ENTERO ENTONE ESTE CÁNTICO!!!! QUE EL MUNDO ENTERO DIGA "ALELUYA" A LA VEZ PORQUE... HABEMUS WIFIIIIIIIIIIII!!!!!
    Sí, lo sé, esto es como para llorar de la emoción, yo, que ya creía que mi historia de amor entre el Wifi y yo se había acabado para siempre y hoy por fin se ha puesto fin a mi suplicio! Semana y media, semana y media nada más ni nada menos sumergida en las cavernas del Averno, sin conexión, sintiéndome como si viviera en la Edad Media, que sólo me faltaba una epidemia de Peste Negra para completar el cuadro y... Vale, ya, que sí, que paro, que me llamas exagerada y con razón, pero... Oye, la pena negra de no tener internete es muy jodida, te lo digo de verdad. Y más teniendo en cuenta que estaba esperando, oh yeah, como agua de mayo la conexión para comentarte esta joya de oro puro que te marcaste como capi hace ya demasiados días.
    Pero bueno, nada es eterno, ni lo bueno ni lo malo, y el wifi, tal y como hizo el hijo pródigo de la parábola, ha vuelto felizmente a casa y yo, como madre comprensiva, le he acogido de nuevo con los brazos abiertos y sin rencores, jajajajajaja.
    Pero yo no había venido aquí a hablar de wifis ni de hijos ni de conexiones ni tampoco a cantarte el Aleluya del Mesías de Haendel al oído (esto último básicamente no lo hago porque tengo miedo a que me des una leche que me gire la cara del revés por maltratar a tus tímpanos :P ). Yo había venido aquí a decir cosas sobre este capi, qué digo capi, obra de arte fiquera. Y no, ahora sí que no te permito que me llames exagerada porque es verdad. Me ha encantado ese juego temporal que te has marcado, ya te lo dije en su momento y te lo vuelvo a decir. Te han quedado genial esos saltos temporales, eso de no seguir la cronología al pie de la letra e ir jugando con lo que pasa antes y lo que pasa después. Es como un puzzle, delicioso de leer, en el que al final te encaja todo a la perfección, así que mi más sincera enhorabuena. El recurso te ha quedado de lujo, ya quisieran otros muchos conseguir ni siquiera acercarse a hacer algo así y que encima les quede bien... ;)
    Supongo después de esto que sobra decir que me ha regustado el capi. La verdad es que, si te soy sincera, acabé de leerlo con un regustillo agridulce. Agridulce porque claro, lo que pasa es muy shockeante, muy de no esperárselo, pero, a la vez, sabes que es un capi fabuloso. Así que ya sabes, me haces sentir cosas encontradas, si necesito algún día algún terapeuta, hazte cargo de tus responsabilidades, jajajajaja.

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  5. Bien, a ver, y ahora, felicitaciones y apuntes sobre el estilo aparte, voy a meterme a desgranar el capi, que ya sabes que es lo que más me gusta a mí...
    Ay, Mercy, Mercy... Yo te reñiría, te estrangularía o no sé yo qué cosas más, pero si me par a pensarlo tal vez hasta entienda tu reacción. Que la entienda, no que la comparta, ojo. Entiendo que el enterarse tan de golpe de lo que se enteró fue una putada, más cuando ya tenía media vida montada y solucionada en su mente, en sus perspectivas de futuro... El mazazo que ha debido tener habrá sido de los más grandes que se pueden recibir en la vida de una. La madre, craso error de habérselo ocultado, aunque fuera por miedo a herirla cuando estaba tan delicada y por amor... Pero claro, estas cosas aunque duelan, hay que decirlas a la afectada porque cuanto más se tarde en decirlo, peor. Y si no, mira ahora la reacción que ha tenido la pobre Mercy, que tiene un cabreo tremendo con el mundo... :/
    Cyril también falló ahí un poquitín, aunque me caiga bien el doc y tal, hay que reconocer que debió de haber asumido su responsabilidad de matasanos y decir las cosas a la paciente por jodidas que fueran, no? Pero claro, el tipo se debió acojonar, encima sabiendo cómo estaba Mercy de susceptible después de su enfermedad (me recuerda mucho a cómo está ahora, la verdad, es una reacción muy similar) y teniendo en cuenta también que el tipo estaba (o está, que eso nunca se sabe... Jejeje) colgado por ella. Pero bueno. Ahora nos vuelve a aparecer el Cyrill buen tipo, aunque no mola que aparezca porque normalmente eso suele augurar problemas de salud con Mercy... Vuelve a aparecer y ahora sí le confirma lo que le acaba de decir su madre haciéndole ver que no, que no es una neura de su madre para que no se case con el Richard ni nada por el estilo, sino que es la cruda y dura realidad. Qué mal, xè... Yo sabía que estaba fastidiada y que debía de tener más cuidado que los demás por eso de que no le dé de nuevo otro ataque, pero de ahí a que su cuerpo no sea capaz de soportar un embarazo... Menudo palo, la verdad, más ahora que parecían que las cosas empezaban a irle de lujo en lo sentimental... Bueno, al menos le ha hecho unas exploraciones, supongo que eso es buena señal porque significa que Cyril se está replanteando lo que dijo en su momento. No queda otra, para desgracia de todos, que esperar unos duros días de espera en los que la incertidumbre va que reina...
    Y de nuevo, vuelta a casa. Oye, me acuerdo de tus recomendaciones de hace una semanita y poco sobre los pastores brasileros. Lo mismo le recomiento yo a Mercy... Coño, está segura de que nadie le ha echado un mal de ojo? Porque mira que después de la noticia, que se te rompa el tren y que encima haya una huelga... Lo dicho, pastores brasileros, Wells, pastores brasileros, ésa es la solución, jajajaja. Ainsh, yo me río, por echarle un poco de humor al asunto, pero pobreta. A mí me pasa eso y suceden dos cosas: o me rindo y empiezo a llorar como una loca o le pego fuego al tren y me encierran en la cárcel. Si alguna vez, que no sea así, me pasa algo parecido, crucemos los dedos porque se produzca la primera situación... Jajajajaja.

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  6. Y... Ay ay ay... Muy bonito lo del viaje en bus, muy bonitas esas reflexiones que se hace, esos planes sobre qué le va a decir a Richard cuando lo vea, todo tan maduro y demás, pero... MIERDAAAAA! Pero... Perooooo... Peroooooooooo...?????? Pero qué ha pasado??!!! En qué momento su mente hizo clic y cambió el chip completamente y acabó diciéndole todo eso a Richard???? Me cago en el clic ese mil veces si hace falta!!! Mercy, por el amor de todos los dioses de todos los panteones que ha habido desde la Prehistoria, pero qué has hecho, alma de cántaro? Por qué esas mentiras tan crueles de repente? Bueno, sé el porqué. Quiere que Richard se aleje de ella en pos de una supuesta felicidad que puede encontrar no sé dónde o no sé qué gaitas más... Pero no, ahí has metido la pata, cari, y mira que yonte defiendo siempre, Wells, pero no. Nadie, ni siquiera alguien extremadamente cercano a otra persona, puede decidir con qué situaciones una persona va a ser o no feliz. No, porque en la mayor parte de casos, la metida de pata es monumental. A lo mejor, y estoy segura de que así sería, Richard estaría más feliz con ella sin hijos que sin ella y con hijos. Y eso es así y Mercy no lo puede saber, eso el que lo debe decidir es él. Lo peor de todo esto es que ella también es consciente, aunque no lo quiera reconocer abiertamente, de que ha metido la pata hasta el fondo, de que ha cruzado una línea roja que a saber qué consecuencias tiene... Mala cosa, qué manera de sufrir... Con tanto que les había costado estar juntos y ahora... Bueno, te informo con respecto a esto que hace unas semanas estaba releyendo tu último comentario de mi fic y en el decías que te habían sobrado muchas escobas. Las tengo aquí, guardaditas. Si alguna vez las necesitas, me lo dices y las sacamos y rejuntamos a estos dos aunque sea a leches.... Jajajajajaajajaja.
    Y bueno, lo de Cris y Mercy ya queda hasta como una cosa secundaria después del mogollón este, pero no deja de ser bastante chof. Bueno, digamos que no se elige el mejor momento paar reñir a Mercy aunque haya cometido la metedura de pata más grande de su vida y que, si a eso le unes que la que riñe está embarazada... Es un poco combinación explosiva. Duele, porque duele, pero supongo, o eso espero, que se le pase la neura pronto. El mundo no tiene la culpa de lo que le ha pasado y seguro que hay luz al final del túnel.
    Y ahora... Me despido ya. Espera que antes te dé un diploma por genia por el capi, que lo he releído y aún me ha molado más que la primera vez, y no te levantes todavía del sofá, porque el espectáculo aún no ha acabado. Eso sí, podrías llamar a Mercy para que se siente aquí a nuestro lado y mire este numerito final? Sí? Pues ale va, Wells, pasa para dentro y toma asiento, y escucha a estos señores que están entrando ahora en el comedor y que se están autocrucificando (qué? Es parte del número... Y sí, ya lo sé, tengo unas amistades muy raras...). Y ahora... Lista para escuchar???? Pues adelante los Montyyyyyy!!!!
    http://youtu.be/P-7moc6I9Jg
    Y ahora sí, silbando, silbando y mirando el lado brillante de la vida (y de la lucecita del router que por fin está encendida), me despido hasta el próximo!!!! Adéuuuuuuuuu!!!!!

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