Durante el paseo nos reímos mucho, paseamos por un parque, tomamos helados y hablamos de chicos (¿qué grupo de amigas no lo hace?). Regresamos a la casa de Majo y en la sala estaban Paul y George. Paul parecía algo nervioso y se acercó a Majo, le dijo algo al oído y ella sonrió pícaramente.
-Chicas, vamos a mi habitación –invitó Majo, todas comenzamos a subir la escalera hasta que ella se detuvo- Abby buscá en mi mochila la revista que me pediste ayer.
-¿Donde está?
-En el sillón de la sala
Todas subimos menos Abby que volvió a la sala. Majo nos encerró en su habitación.
-Chicas, esto fue una excusa, Paul le quiere dar algo a Abby y necesitaba estar a solas jejeje- Majo tenía una cara de felicidad que se le notaba de allí a
-¡Perfecto! –exclamé- ¡vamos a espiarlos!-entreabrí la puerta y por allí justo pasaba George
-¿Ustedes tambien van a espiar?- me preguntó con una sonrisa cómplice
-¡Claro que si!
-¡George, vení a ver con nosotras! –Majo se había asomado también e invitó a George a entrar, cosa que él aceptó.
Nos quedamos mirando desde allí la escena de la sala. Abby buscaba la revista en la mochila de Majo, obviamente la revista no existía, y Paul la miraba, hasta que se acercó a ella.
-Ehh....Abby....-dijo visiblemente nervioso- ...hice esto para vos...-le entregó una hoja de carpeta
Abby lo miró un poco confundida y desdobló la hoja. Leyó lo que había y negó con la cabeza.
-¡Oigan, no veo nada!-se quejó Isabella
-Shhh...van a escuchar...-dijo George con su dedo índice tapando su boca- Prudence ¿querés ver desde acá?
-Gracias George –Prudence se acercó mas a éll, desde allí podía ver lo que sucedía
-Paul no puedo aceptar esto –Abby le devolvió la hoja
-¿Por qué? –preguntó triste- es una canción...la escribí para vos
-Es muy linda, pero no
-Esto es por culpa de Jason ¿no? –ahora no se veía triste, sino molesto
-¿Qué tiene que ver Jason en esto?
-Porque vos gustás de él...y no de mí....-Ahora se veía nuevamente triste
-Paul yo....yo no gusto mas de él, es una porquería
-¿Y entonces?
-Entonces nada. No me gusta nadie.
-Abby ¿cuántas veces voy a tener que decirte que me gustás mucho?
-No lo digas mas. Siempre fuimos amigos, no quiero que se termine todo por esto
-¿Le dijo que no? –Majo estaba sorprendida
-Así parece –respondí
-Pero...harían linda pareja –dijo Prudence
-No te preocupes, hay otras parejas mas lindas –George la miraba de una forma que la hizo poner colorada
Las chicas casi ni escucharon el comentario de George, porque vieron que Abby se acercaba y cerraron la puerta. Abby la abrió de golpe
-Majo tu revista no está –dijo secamente
Todos la miramos de una forma que hizo que se diera cuenta que lo sabiamos todo
-¿Qué? –preguntó molesta- ¿esperaban una escena de amor?
-¿Como supiste que estábamos espiando? –Majo aún seguía sorprendida
-Lo veo en sus caras de chusmas. Además George está acá, no me digan que vino a hablarles de vestidos
-¡Me gustan azules! –dijo George con vocecita de niña
Reímos por su comentario y comenzamos a atosigar a preguntas a Abby. George bajó a ver a Paul
-¡Ay basta! ¡Le dije que no porque no me gusta! –Abby estaba muy cansada con nuestras preguntas.
-¡Es mentira, te gusta y no lo reconocés! –Majo insistía en que su amiga dijera la verdad
-¿Tantas ganas tenés de que me convierta en tu cuñada?
-¡Si!
-No aguanto mas, me voy –tomó su bolso y bajó rápidamente las escaleras, pasando por donde estaba Paul, que la miró casi con resignación. Nosotras la seguimos y nos despedimos de Majo.
Llegué a mi casa muy cansada, aunque me seguía riendo por la situación de Abby y Paul. En verdad se veían bonitos los dos juntos, pero...Abby no aflojaba. Estaba haciéndome unas tostadas con mermelada cuando escuché el timbre.
-¡Mercy!
-John ¿qué querés? Ya te di la tarea...
-No venía a eso. Vengo a presentarte a tu nueva vecina –se notaba que atrás de si escondía algo y cuando me mostró....
-¿Una guitarra? –pregunté incrédula
-¡No, es un tren ruso! Claro que es una guitarra, Mimi me la compró esta mañana. No te la presenté antes porque estabas ocupada con tus amiguitas. Ahora, dejame pasar, toquemos juntos, vos en el piano y yo con mi guitarra dulce y hermosa
Entró y se sentó en un sillón, muy dueño de casa. Yo lo miré con fastidio y me senté en el piano.
-¿Y bien? –pregunté- ¿qué tocás?
-Ehhh...en realidad no sé nada.
-John....
-¡Mamá me enseñará a partir del lunes! Y ya verás, en pocos mese, vas a ver a mi banda en todos los carteles
-Si, si, y yo voy a ser Miss Universo.
-Vos seguí burlándote, ya vas a venir a pedirme plata
Pasaron dos semanas. La escuela seguía igual de aburrida, Marcia con sus tonterías, Gabriel muy feliz porque continuaba en el Cuadro de Honor, y John....bueno John seguía con su guitarra. Hay que reconocer que había progresado mucho, sin dudas se llevaba muy bien con su mamá, se lo veía contento por pasar las tardes con ella, que le enseñaba los primeros acordes. Yo continuaba soportando a mis padres, sus peleas eran como siempre, solo que estaban mas preocupados porque se habían enterado que mi abuela estaba enferma, así que planeaban viajar pronto a Londres para visitarla. Entre los dos pintaron mi habitación, de un lila tal como había soñado. Era lindo verlos trabajar juntos, como antes, sin pelearse, porque, claro, ni siquiera se dirigían la palabra. Un fin de semana caí enferma, una gripe horrible que me hacia toser hasta hacer temblar las paredes. Al lunes siguiente falté al colegio, sino contagiaría a todos hasta que mi gripe se convirtiera en una pandemia de la que se enfermaría todo el mundo y....ok, ya estoy exagerando. Porque, no sé si lo sabían, soy una exagerada.
-Cof! Cof! A....A...ATCHÚUUU!!! Auch...mis costillitas...me duelen....
-Vecina....
-¿quién anda ahí?
-¿Como quién anda? –John se asomó a la puerta de mi habitación- ¡Yo, John, el mejor guitarrista! –dijo levantando en alto su guitarra
-¡John! ¡estoy en pijama! ¡Salí de acá!
-Uyy olvidé que estaba en el convento de carmelitas descalzas...estás en pijama, no desnuda, y tampoco voy a hacerte nada. Así que voy a cantarte igual, para que te recuperes –tomó una silla y se sentó junto a mi cama
-Si vas a cantar no creo que me recupere, voy a terminar en terapia intensiva
-Che sos mala, eh! Uno que es un buen compañero, un buen vecino, viene a cantarte ¡y salís con eso!
-Jajaja, no te ofendas, lo dije porque necesito molestar a alguien, hace muchos días que estoy en cama y me aburro.
John comenzó a cantar, no lo hacía mal, además se acompañaba con la guitarra muy bien. Al final terminé cantando yo, aunque estaba afónica.
-Después me decís que canto mal, vos sos un desastre
-Es que estoy enferma
-Sos un desastre siempre, enferma o no jaja. Ah! aunque no lo creas copié todas las tareas y te las traje.
-Ayy gracias John, de verdad. No puedo creer que hayas copiado todo
-En realidad me lo copió Yasmine -Yasmine era una “amigueta” de Marcia, no me caía bien, pero, bah, no importa, le copió las cosas a John
-Ahh ya me parecía...¿ninguna novedad en el colegio?
-No...¡ah, si! ¡Tenemos compañero nuevo!